La mayor indemnización por negligencia médica en España: 5,2 millones por lesiones a una bebé en el parto
- Las lesiones provocaron que la niña fuese dependiente de por vida
- Un acuerdo de las compañías aseguradoras con la defensa evita que el caso llegue al Tribunal Supremo
La mayor indemnización por negligencia médica en España se pagará por lesiones a una bebé en un parto en el Hospital Gutiérrez Ortega de Valdepeñas, Ciudad Real. La niña sufrió una prolongada falta de oxígeno que le convirtió en gran dependiente de por vida.
Un acuerdo con las compañías aseguradoras con la defensa por 5,2 millones de euros ha evitado que el asunto llegue al Tribunal Supremo diez años después. Esta cantidad la tendrá que pagar el servicio de salud de Castilla La Mancha.
En la actualidad, la menor sufre numerosas complicaciones que le ocasionan un 97 % de discapacidad; encefalopatía hipóxico-isquémica con parálisis infantil grave de predominio distónico, convulsiones, alimentación mediante PEG (sonda de gastrostomía endoscópica). "Tiene una parálisis muy grave, le impide hablar, comer, moverse y respirar. Lo que más me duele de verla cuando se empieza a ahogar. Cuando se pone mala tenemos que salir corriendo al hospital de Albacete, pidiéndole a Dios que no le pase nada en el camino", relata la madre de la pequeña.
"La niña estaba en 60 latidos cuando lo normal es hasta 160"
En octubre de 2012 nació la niña, el embarazo fue normal, al igual que los otros dos anteriores que tuvo su madre, de la que nacieron dos niños “completamente sanos”. Además, las visitas al ginecólogo antes del alumbramiento de la niña no detectaron ninguna anomalía.
A lo largo del parto, según recoge la sentencia del caso, "no se hizo un seguimiento adecuado" durante el parto ni se atendió a las "señales inequívocas de alerta" que reflejaban que no estaba yendo bien. "Ese ha sido el motivo para llegar a una conformidad con los representantes legales de estos profesionales al efecto de esas omisiones que hicieron. Fueron graves en el seguimiento de la dilatación y expulsivo de ese parto", explica Carmen Fernández-Bravo, abogada y hermana de Francisco Fernández-Bravo, de la asociación El Defensor del Paciente y letrado de la familia de la víctima del caso.
Las complicaciones en el parto no fueron pocas, sin embargo, no se les prestaron la atención necesaria, como en el caso de los 26 episodios de disminución de la frecuencia cardiaca de la niña: "La madre ya tenía una rotura espontánea de la bolsa, el meconio que indica el daño fetal. Estuvo dos horas sin un control completo de la dilatación, con unas bradicardias tremendas. Estas últimas indicaban que la niña estaba en 60 latidos cuando lo normal es llegar hasta los 160 latidos".
"Había medios suficientes, pero no los usaron"
El hospital, asegura la letrada, tenía a su disposición todos los recursos necesarios para el momento del parto: "Había medios suficientes, el tema es que no los usaron. Si los sanitarios hubieran seguido con atención la evolución, este daño no se habría producido. Los daños son muy grandes y las actuaciones son de descuido".
Las sentencias, en los años 2019 y 2022 sobre el caso, condenaban a la matrona y al ginecólogo como autores de un delito de lesiones por imprudencia profesional: "No había una explicación de por qué se había efectuado así. En este caso los facultativos han tenido una condena de una multa y siguen ejerciendo, la matrona se iba a jubilar".
"Tuvimos la oportunidad de que el forense apoyó esta mala praxis. Junto a nuestros peritos y la valoración del daño de un ginecólogo apoyaron totalmente esta valoración, el propio forense la apoyó viendo lo alarmante de este caso. Unido a nuestros informes fue una fuerza que ayudó a que pudiéramos conseguir este acuerdo", relata Fernández-Bravo en 'La Hora de la 1'.
"Los padres quieren que la vida de su hija sea lo más normal posible"
Después de la lucha, durante diez años, los tribunales les han dado la razón: "Cuando estás con los padres ves que lo que ellos querrían es tener una niña normal como sus otros dos hijos. Pero la niña está completamente postrada, necesita ayuda para todos los actos de la vida diaria".
Para finalizar, la abogada explica la realidad que viven la niña y su familia diariamente: "Quisieron que la niña hiciera la primera comunión, ya tiene diez años", e insiste, "los padres quieren que la vida de su hija sea lo más normal posible, pero es complicado, está postrada, necesita ayuda para comer, respirar, una atención de las 24 horas del día. Es una complicación tremenda por la limitación que sufre esta pequeña y la limitación que implica en toda la familia", concluye.