¿Por qué las mujeres tienen más riesgo de padecer alzhéimer?
- Por cada hombre que padece esta enfermedad, lo hacen dos mujeres, aunque las causas siguen sin estar claras
- Descubrirlas será crucial para mejorar la prevención y tratamiento de esta enfermedad que aún esconde sus mayores secretos
¿Por qué el alzhéimer afecta mucho más a las mujeres que a los hombres? Este es uno de los grandes misterios de una enfermedad que aún esconde sus principales secretos a los ojos de la ciencia. Aproximadamente, por cada hombre que la padece, lo hacen dos mujeres, aunque las causas siguen sin estar claras. Entre las principales hipótesis: que el cerebro femenino procesa de manera diferente dos proteínas, amiloide y tau, que se acumularían propiciando la muerte neuronal. Aunque tampoco se pasan por alto factores de riesgo que tienen diferente prevalencia entre ambos sexos, como la mayor longevidad de la mujer o los cambios hormonales vinculados al sistema reproductivo.
Hasta ahora, la causa mayoritariamente aceptada de alzhéimer es que se origina por una alteración relacionada con las proteínas amiloide y tau. Estas son necesarias para el correcto funcionamiento del cerebro, pero en la enfermedad de Alzheimer no se degradan una vez han desempeñado su función, y con los años se van acumulando y matando a las células nerviosas, lo que repercute en las capacidades cognitivas y funcionales de la persona.
En cuanto a los factores de riesgo, hay uno que sobresale por encima del resto: la edad. Cuanto mayor seas, más probabilidades tendrás de padecer alzhéimer, y como las mujeres viven de media más que los hombres en todos los países, ellas tendrían considerablemente más papeletas para desarrollar demencia. Sin embargo, por sí sola, esta tampoco parece ser la causa. Como tampoco lo serían los cambios hormonales, asociados principalmente a la acción de los estrógenos durante la etapa menopáusica.
Muchas hipótesis sobre la mesa
"Hay varias hipótesis, pero ninguna de ellas ha demostrado de manera fehaciente cuál es el factor principal que puede generar que la enfermedad de Alzheimer, a una misma edad, afecte más a las mujeres que a los hombres", asegura a RTVE.es Raquel Sánchez del Valle, jefa de servicio de Neurología del Hospital Clínic de Barcelona, quien explica que en la actualidad se están llevando a cabo varias investigaciones controladas para ver cómo evolucionan los cerebros de las mujeres y de los hombres, a diferencia de los grandes estudios epidemiológicos que utilizan datos retrospectivos, y que son los que se han hecho de manera mayoritaria hasta ahora.
"Todavía está por decidir si que las mujeres padezcan más alzhéimer que los hombres se debe a que tienen mayores factores de riesgo, o bien que el metabolismo de estas proteínas que causan la enfermedad son diferentes, aunque a veces los factores están imbricados unos en otros y por eso no es fácil", reconoce esta neuróloga, que también es secretaria del Grupo de estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Además de la mayor longevidad y los cambios hormonales, hay otros muchos factores de riesgo que se están estudiando para intentar explicar la mayor prevalencia del alzhéimer en la población femenina. Uno de ellos es el trastorno del sueño, ya que las mujeres tienen más dificultad para dormir de manera continuada a partir de la menopausia; e igualmente presentan una mayor tendencia a desarrollar depresión, otro de los principales factores de riesgo. El uso de psicotrópicos y opioides, junto con otros fármacos como los hormonales -cuyo consumo es más frecuente en mujeres-, también podrían aumentar el riesgo de alzhéimer.
Finalmente, hay otro factor que se ha tenido en cuenta: el menor acceso de las mujeres al sistema educativo, en una etapa de su vida en la que su cerebro estaba en proceso de desarrollo. El deterioro cognitivo está muy relacionado con la actividad intelectual, ya que un cerebro entrenado es mucho más eficiente para luchar contra la demencia. Dicho de otra manera, la educación es un factor de protección frente al alzhéimer, y muchas mujeres que en la actualidad tienen 70 u 80 años no pudieron ni siquiera acceder a la escolarización, o en cualquier caso lo hicieron mucho menos que los hombres. Aunque tampoco parece que este efecto sea determinante para explicar la mayor prevalencia.
Factores genéticos
Las causas que están más claras en el desarrollo del alzhéimer son las puramente genéticas, aunque estas representan un porcentaje muy pequeño de los casos. Se trata de las variantes en las que se conocen las mutaciones de determinados genes que provocan la enfermedad. Sin embargo, cuando se trata de casos esporádicos, que son la mayoría, estos mismos genes no aparecen mutados.
Los avances en genómica están permitiendo investigar otro tipo de alteraciones que también podrían ayudar a desvelar los secretos del alzhéimer. Se conocen como "genes de susceptibilidad", y son los que, sin tener una implicación directa, incrementan la probabilidad de que un individuo desarrolle una determinada enfermedad o trastorno. Identificarlos también podría ayudar a esclarecer por qué la demencia es más frecuente en mujeres.
"Probablemente la explicación sea multifactorial, como ocurre con la enfermedad de Alzheimer, que es muy compleja, y no haya una sola causa sino que haya muchas, tanto genéticas como ambientales", declara a RTVE.es Pascual Sánchez, director científico de la Fundación Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas (CIEN).
Este neurólogo cree que, cuando se averigüen las causas exactas de esta mayor prevalencia en la población femenina, se habrá dado un paso muy importante de cara a la mejora en el tratamiento de la enfermedad. "Nos puede dar una orientación sobre nuevas dianas farmacológicas, o incluso sobre tratamientos personalizados, ya que puede haber un momento en el que tratemos de manera diferente a un hombre que a una mujer, porque los factores de riesgo que desembocan en la enfermedad pueden ser distintos en unos que en otros", asegura.
Importancia de la prevención
Sánchez va aún más allá, y apunta hacia la prevención personalizada, a la que califica como el "futuro". "Si realmente queremos frenar este tsunami de casos de demencia tenemos que centrarnos en la prevención, no solo en el tratamiento. Habrá que prevenir los casos evitables, de los que muchos se deben a factores externos, pero también tendremos que hacer una prevención personalizada cuando tengamos herramientas, como por ejemplo genéticas", agrega, y augura que "en un mundo de viejos, que es el que vamos a tener dentro de nada, las enfermedades crónicas van a convertirse en un gran problema".
Esta afirmación está respaldada por unas cifras cada vez más preocupantes. Actualmente hay casi 50 millones de personas en todo el mundo con alzhéimer, y se estima que esta prevalencia se triplicará en el año 2050, debido sobre todo al envejecimiento de la población en los países en vías de desarrollo, donde está aumentando la longevidad y con ella los pacientes con demencia.
En la actualidad hay muy pocos tratamientos eficaces para el alzhéimer u otras enfermedades neurodegenerativas, debido en parte a que estas suelen diagnosticarse una vez que aparecen los síntomas, mientras que el proceso que ha desembocado en la enfermedad puede haber comenzado muchos años antes. De ahí la importancia de las medidas preventivas, para ralentizar o incluso detener este proceso neurodegenerativo.
Aunque esto es algo en lo que ya se puede actuar sin necesidad de esperar a que se siga avanzando en el conocimiento de la enfermedad. Como explica la jefa de servicio de Neurología del Hospital Clínic de Barcelona, Raquel Sánchez del Valle, "todo lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro", e incide en la importancia del ejercicio físico diario; así como llevar a cabo de manera periódica controles de azúcar, presión arterial, colesterol...
"Por otra parte, sabemos que hay aspectos más específicos para el cerebro, como es tener una vida cognitiva y socialmente activa, ya que la parte social también es relevante para el cerebro", continúa, y señala un último aspecto que hay que tener muy en cuenta para prevenir el riesgo de alzhéimer: dormir bien. "La privación de sueño provoca un acúmulo de estas proteínas tóxicas que dañan al cerebro, y por eso es muy importante mantener el sueño de manera natural, porque hacerlo mediante farmacología tampoco es lo deseable", concluye.