Rescatadores de serpientes y culebras: salvando reptiles de efectos trampa
- Cientos de serpientes mueren cada año atrapadas en pozos, balsas o canales donde caen en busca de agua
- Cada vez más personas se organizan para rescatar culebras y dar a conocer los beneficios que aportan al ecosistema
- El domingo, a las 22.30 horas, en el Canal 24 horas y en RTVE Play
Cuando llega el verano, las serpientes salen de su letargo invernal. Buscan hidratarse y comer, y por eso se acercan a pozos, aljibes, balsas o canales donde una vez caen, ya no pueden salir, muriendo así lentamente. Son los conocidos como “efectos trampa”.
Deborah Pinto es técnica veterinaria y muestra como algunas de estas construcciones, por ejemplo en Alpicat (Lleida) hasta allí llega un canal de riego cuyas paredes, casi verticales, hacen imposible salir a los animales que caen dentro. Sin posibilidad de salvación, el agua los arrastra hasta el final del canal, junto con todo tipo de desperdicios. Deborah y, otro compañero, José, vienen cada cierto tiempo porque saben que aquí pueden rescatar culebras de una muerte segura.
“Para rescatar hay que iniciarse con alguien especialista, porque puede ser peligroso“
Más tarde, en los pozos abandonados de casas semi derruidas, en la zona de Los Monegros, continúan la búsqueda. Cuentan con cientos de puntos localizados que visitan de tanto en cuanto. Y siempre acaban salvando serpientes, así como también otros animales que se encuentran dentro. Deborah nos avisa: “Para rescatar hay que iniciarse con alguien especialista, porque puede ser peligroso”. Ella superó su fobia a las serpientes a base de conocerlas y estudiarlas, y hoy en día dedica el 100% de su tiempo libre a salvarles la vida.
Su objetivo es fomentar el respeto por estos animales, cuya mala fama les ha generado una gran antipatía social que pone su vida en riesgo. Deborah explica sus múltiples experiencias rescatando serpientes en su canal de YouTube Rescate de animales y fauna salvaje, y además, creó la página de Facebook Serpientes de España para fomentar el interés y el respeto por estos animales.
Víboras o culebras
Daniel vive en Cangas de Narcea (Asturias), y Ángel en Villablino (León). Ambos son colaboradores de la misma página de Facebook para dar a conocer las distintas especies autóctonas. Tienen un interés fundamental: que la gente sepa distinguir víboras de culebras.
Las víboras son más peligrosas, puesto que pueden inocular veneno al morder. Además, tienen las escamas de la cabeza pequeñas, y los ojos elípticos, parecidos a los de un felino. Las culebras, prácticamente inofensivas, utilizan algunas técnicas defensivas, como triangular la cabeza, que a menudo llevan a error a muchas personas que, al confundirlas con víboras, creen que son peligrosas y acaban con ellas. Pero a diferencia de estas, tienen las escamas de la cabeza grandes y los ojos redondos.
“Es importante diferenciar las culebras de las víboras“
Daniel y Ángel muestran cómo en lugares cercanos a ríos, es fácil que podamos encontrar culebras inofensivas. Por ejemplo, debajo de las baldosas de los jardines públicos de los pueblos, rodeadas de hierba y agua.
Muerte en la carretera
Además de estas u otras construcciones, hay otro peligro que acecha a las serpientes: las carreteras. Cuando cae la noche, algunas culebras buscan en el asfalto el calor que necesitan para regular su temperatura, porque son animales de sangre fría. Y esa es también otra trampa mortal para ellas porque coches, camiones o motos las pueden atropellar.
Por eso, los rescatadores de serpientes salen a veces a las carreteras a intentar ponerlas a salvo. Y lo consiguieron, aunque lamentablemente, por la mañana, encontramos algunas que habían perdido la vida.
Curarlas y enseñarlas
En el Centro de Recuperación de Reptiles y Anfibios de Cataluña (CRARC) reciben anualmente varios ejemplares de serpientes heridas. La mayoría, atropelladas, o golpeadas. Intentan salvarlas y si lo consiguen, las devuelven a su hábitat.
“En España solo hay tres especies de víbora venenosa“
En sus instalaciones se pueden visitar otro tipo de serpientes no autóctonas: algunas, importadas ilegalmente; otras, en su día legales, lo han dejado de ser, pero ninguna venenosa.
"En España solo hay tres especies de víbora venenosa", indica Albert Martínez, director científico del CRARC. El resto de las culebras son prácticamente inofensivas. Intentan dar a conocer estos animales a los estudiantes que se acercan hasta aquí. Así pretenden evitar que se propague su mala fama y también fomentar el respeto hacia ellas.
Historias de serpientes
La mitología, la religión y las historias rurales han contribuido a potenciar el miedo atávico que sentimos por víboras y culebras. Pero poco a poco cambia la perspectiva de quienes deben convivir con ellas.
Es el caso de José María, que cuenta con varios de estos ejemplares viviendo en sus tierras, en la localidad oscense de Alerre. Es agricultor y asegura que cumplen un papel fundamental para la conservación del ecosistema. Él disfruta viéndolas comer peces en la balsa de agua que utiliza para regar y comparte con sus hijos su simpatía por estos animales.
Se coló una culebra en casa
Por mucha información que tengamos sobre las serpientes y por mucho que sepamos que no se les debe hacer daño, pocos saben cómo reaccionar cuando entran en casa. Y eso es algo habitual en zonas rurales. Por eso, lo mejor es llamar a la policía local, que siempre sabrá contactar con un especialista capaz de retirar estos reptiles.
“No hay que matarlas. Hacerles daño está prohibido por la ley“
Es el caso de Efrén, policía local de Bigastro (Alicante), quien efectúa rescates de estas características. Efrén avisa: "No hay que matarlas. Hacerles daño está prohibido por la ley". Y poco a poco, consigue que el miedo vaya retrocediendo y el respeto por estos animales, vaya aumentando.
Padre e hijo rescatadores
El amor por las serpientes une generaciones. Nos lo han demostrado Antonio y su hijo Javier, quienes no dudan en viajar kilómetros cada fin de semana para revisar los efectos trampa de los alrededores de Alicante. Con escalera o sin escalera, baja el uno o el otro, armados con un frontal, y si acaso unos guantes: siempre rescatan animales. “Cuando bajas a los pozos y rescatas una serpiente y luego la pones en libertad… es fantástico”, comenta Antonio reafirmando así este vínculo que le une cada día más a su hijo.
Van equipados para poder resolver cualquier imprevisto y graban también sus vídeos para su canal de YouTube Rescate de animales. Algunos visitantes les piden que se expongan más, que vayan un paso más allá y ofrezcan vídeos más peligrosos. Pero Antonio es muy claro: "Yo no quiero arriesgar. Yo quiero rescatar".
Y Javier advierte a otros niños que puedan ver sus rescates: no es conveniente que cualquiera les imite, puesto que antes hay que conocer muy bien estos animales, y los lugares a los que acceden. Pueden ser peligrosos, así que no hay que acceder nunca sin alguien experto al lado.