Maravillas, el barrio bohemio y feminista de Madrid donde muchas mujeres querían vivir
- Celebramos el Día de las Escritoras paseando por el barrio madrileño de Maravillas, hoy Malasaña
- La escritora Ana Rossetti y Jesús Gabán homenajean en Maravillosas a 30 mujeres feministas
- Puedes ver Objetivo igualdad la noche del lunes a la 01:30h en C24h y ya en RTVEplay
Dar un paseo por el barrio de Malasaña de Madrid de la mano de la escritora Ana Rossetti convierte un miércoles cualquiera en un día especial. Primero, porque no hay nada como visitar lugares "con historia" junto a alguien que la conoce bien. Segundo, porque mirar de cerca a todas esas mujeres que vivieron a lo largo de los años en este barrio antes llamado Maravillas es algo que te enriquece como persona y como periodista.
“Yo en 1982 me vine a vivir al barrio y me di cuenta de que aquí habían vivido mujeres increíbles, empezando por las que habitaban en mi propio edificio”, recuerda con ilusión. Eso fue precisamente lo que la animó a escribir Maravillosas, un libro ilustrado en el que ha reunido a 30 mujeres –no solo escritoras– que lucharon, cada una a su modo, por la igualdad.
Emilia Pardo Bazán
Dos años después de su publicación, Rossetti organiza recorridos por su barrio en los que cuenta, por ejemplo, que Emilia Pardo Bazán se citaba con Benito Pérez Galdós en una iglesia. “Esta es la entrada actual de la Iglesia de las Maravillas. Antes se entraba por la calle de La Palma, que era la dirección que usaba Pardo Bazán en la correspondencia con Pérez Galdós. Se dice que luego se iban a un pisito”, nos cuenta con cierta picardia.
Al margen de sus amoríos, Pardo Bazán –nos explica – “escribió muchos cuentos sobre violencia de género y sobre todo tipo de violencia. Le interesaban estos temas. Entre otras cosas, porque su abuela materna fue asesinada por su segundo marido”.
Rosa Chacel
Otra de las paradas obligadas es la casa de Rosa Chacel, también escritora. “Aquí vivió durante unos años y fue al llegar cuando se dio cuenta de que justo ahí al lado estaba la Escuela de Artes y Oficios, donde ingresó porque ella quería ser escultora. Una vez que dejó la escultura por motivos de salud –en los sótanos había mucha humedad y cogió una neumonía– se dedicó de lleno a la escritura”, relata.
En esa casa de la calle San Vicente Ferrer fue donde escribió su novela Barrio de Maravillas, en la que citaba, entre otros lugares, la Farmacia Juanse, conocida por los fabulosos azulejos que aún resisten, a pesar de los grafitis, el paso del tiempo. “Esta novela forma parte de una trilogía. Lo importante de Rosa Chacel es que jamás le quiso sacar partido al exilio y tampoco a ser mujer”, afirma la poeta rotundamente.
Continuando con el paseo, nos acercamos a calles tan típicas del barrio como la calle Madera, que se llama así, nos explica, porque “Catalina de la Cerca tenía un corral donde se almacenaba la madera traída de Valsaín y de otros lugares, lo que hizo que empezaran a abrir carpinterías alrededor. Hay, de hecho, muchas calles en el barrio que se llaman como se llaman a partir de la actividad de algunas mujeres”.
Un barrio bohemio
Efectivamente, Maravillas era un barrio bohemio y olía a libertad. Clara Campoamor nació allí. “Campoamor es una de las pocas que reúno en el libro y que nació en el barrio. Ella fue una luchadora en todos los aspectos porque su padre murió pronto, y tuvo que buscarse la vida: se puso a coser, luego fue telegrafista, trabajó en un periódico… Años más tarde empezó a ahorrar con las traducciones y a los 30 años se puso a estudiar”, resume.
“ A Campoamor –que se licenció en Derecho a los 36 años– le debemos, entre otras cosas, poder votar. “
Maravillosas repasa la vida también de Concepción Arenal, Olga Ramos, Carmen de Burgos, Loreto Prado, Manuela Malasaña y Rosalía de Castro, entre muchas otras. Esta última también vivió en el barrio, y fue allí donde conoció al que fue su marido, Manuel Murguía, también gallego.
Rosalía de Castro
Seguimos con el recorrio. En la Plaza de San Ildefonso, donde está la iglesia con el mismo nombre, Rossetti nos habla de la madre de las Letras Gallegas, Rosalía de Castro. “Se casó aquí porque era su parroquia. Y la verdad es que todo el mundo la tiene como triste, como melancólica pero, en realidad, si te metes de lleno en su obra, ves que no es así. En realidad estaba metida en todos los trasiegos y tenía inquietudes feministas. Era librepensadora. Entendía el mundo de otra manera”, explica.
“Maravillosas cuenta con las magníficas ilustraciones de Jesús Gabán“
Tras el precioso paseo, Rossetti nos dice que no debemos olvidar que ha habido muchas mujeres que tenían ya en su agenda las reivindicaciones por las que hoy estamos luchando. “No nos estamos inventando nada”, argumenta un tanto seria.
Una seriedad que se vuelve dulce cuando recuerda a su madre, que la acercó –a través de la lectura– a estas y a otras muchas mujeres: “Este libro es, de alguna manera, un homenaje a mi madre. Es como devolverle lo que ella me dio. Aunque también se lo dedico a los que vienen detrás de mí”. Rossetti organiza sus paseos a través del correo electrónico edicionesdeliciosas@gmail.com.
Maravillosas cuenta con las ilustraciones de Jesús Gabán, uno de grandes dibujantes de nuestro país.