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La líder de ultraderecha de Hogar Social Madrid insiste en que "no se arrepiente" del ataque a la Mezquita de la M-30

  • El juicio ha arrancado a puerta cerrada por decisión del presidente de la Sección Quinta Penal
  • Todos los acusados de Hogar Social Madrid se han ratificado en lo que dijeron en la fase de instrucción

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La líder del colectivo del grupo neonazi, Melisa Domínguez Ruiz
La líder del colectivo del grupo neonazi, Melisa Domínguez Ruiz, en una imagen de archivo.

La líder del colectivo de ultraderecha Hogar Social Madrid (HSM), Melisa Domínguez, se ha reafirmado en el juicio del ataque a la Mezquita de la M-30 que lideró en marzo de 2016 tras los atentados múltiples de Bruselas por "financiar el yihadismo terrorista", manifestando que no se arrepiente de nada y que no cambiaría "ni una coma" del comunicado que entonces difundió por las redes sociales.

La protesta se produjo después de los ataques yihadistas en Bruselas (Bélgica), en los que murieron 32 personas. Aquel día, un grupo de personas ligadas a Hogar Social Madrid colgó una pancarta sobre la M-30, a unos cien metros de la mezquita, en la que se leía "HOY BRUSELAS, ¿MAÑANA MADRID?" y se veía la imagen de una mezquita en un círculo rojo y tachada a modo de prohibición.

Los atacantes lanzaron botes de humo y se dirigieron al centro islámico para insultar a los musulmanes, tras lo que dieron visibilidad al ataque publicándolo en redes sociales, según relata la Fiscalía en su escrito.

Juicio a puerta cerrada

La Audiencia Provincial de Madrid celebra durante tres días el juicio a los doce encausados por la acción llevada a cabo el 22 de marzo de 2016, y por su difusión en redes sociales, en el que la Fiscalía pide tres años de cárcel y 3.000 euros para su líder, Melisa Domínguez, mientras que la Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado pide entre dos y cinco para todos los procesados.

El juicio ha arrancado a puerta cerrada por decisión del presidente de la Sección Quinta Penal, el magistrado Pascual Fabia Mir, quien no ha permitido que la prensa acceda al mismo para seguir la vista de primera mano. La vista continuará este miércoles con la prueba testifical. Una de las pruebas de cargo era el testimonio del vigilante de la Mezquita, la única persona que presenció el ataque al templo. Está en paradero desconocido.

En las cuestiones previas, la defensa de Melisa ha aportado a la Sala documentación para constatar que en el momento de la protesta existía una investigación en curso de una célula yihadista radicada en esta mezquita y cuyos miembros resultaron condenados en septiembre de 2016 a 75 años de cárcel.

También se han entregado fotos de Melisa en la Embajada de Siria protestando contra el yihadismo y dando conferencias en Hogar Social Madrid por este asunto.

No se arrepiente

Tanto a su llegada al juicio, como a la salida, Domínguez ha enfatizado que ella "no cambia ni una coma" de lo que dijo tras el ataque ni ante el juez de instrucción, y se ha referido a la sentencia de septiembre de 2016 en la que la Audiencia Nacional finalmente condenó a varios acusados de captar a yihadistas en los alrededores de la mezquita de la M-30, destacando que en este lugar se practicaba "una especie de impuesto revolucionario en el rezo".

Este martes los procesados se han ratificado en lo que dijeron en la fase de instrucción: tres han sostenido que no participaron en la acción y el resto ha confirmado que sí estuvo, pero de forma pacífica, han informado fuentes jurídicas.

Domínguez, que no ha contestado a la acusación popular, ha explicado al tribunal que la concentración fue "espontánea" ante la indignación que había por los atentados de Bruselas de ese mismo día, y que se llevó a cabo sin violencia.

"El foco no estaba en el islam como religión, sino en un foco del terrorismo. Existía una investigación de la Audiencia Nacional contra una célula yihadista sobre la que se publicó que se financiaba desde la mezquita de la M-30", ha explicado la procesada a la prensa al término de la vista.

Antes del juicio, el abogado Ignacio Menéndez ha apuntado que no se dan los elementos de los tipos penales de los que se acusa a su patrocinada, recalcando que los mensajes que se lanzaron no iban dirigidos contra ninguna persona en concreto ni contra la religión musulmana sino contra el terrorismo yihadista.

La Fiscalía mantiene su petición

La Fiscalía ha mantenido al inicio del juicio su petición de tres años de cárcel, además de 3.000 euros de multa y cuatro años de inhabilitación especial para cargos en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre para Domínguez, y no acusa al resto.

El Ministerio Público sostiene que en los mensajes posteriores se difundieron por las redes comentarios islamófobos "por su contenido vejatorio y de menosprecio hacia ese colectivo" que, además, generaron un clima "de clara hostilidad y violencia contra el mundo musulmán". Por estos hechos, el fiscal solo acusa a Melisa Domínguez por un delito de incitación al odio.

Por su parte, la Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado pide hasta cinco años de prisión y multa de 3.000 euros para la líder del grupo neonazi, a la que acusa de desórdenes públicos y de incitación al odio, y para el resto dos años de cárcel solo por desórdenes aunque, como también ocurre con Melisa Domínguez, con el agravante de cometer el delito por motivos de discriminación referente a la ideología, religión o creencias.

La Red ha mostrado su "enorme preocupación" por que este caso de "odio y señalamiento racial por un grupo ya calificado por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado como de derecha extrema" se acaba sustanciando "seis años después y gracias a haber ganado varios recursos que intentaron, en la fase de instrucción, acabar con la investigación".