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Día Mundial contra el Cáncer de Mama

Curar con terapias personalizadas y "cronificar" la metástasis: dos metas posibles en la carrera contra el cáncer de mama

  • La incidencia del cáncer más común entre las mujeres ha aumentado, debido a un mayor diagnóstico precoz y otros factores
  • La mortalidad se ha reducido en los últimos años, mientras se siguen buscando tratamientos más eficaces y menos tóxicos

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Una mujer joven, con pañuelo rosa en la cabeza por el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, en una imagen de archivo
Una mujer joven, con pañuelo rosa en la cabeza por el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, en una imagen de archivo

Una de cada ocho mujeres desarrollará cáncer de mama a lo largo de su vida. Solo este 2022, se estiman 34.750 casos nuevos, según pronostica Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Pero el temido diagnóstico no significa lo mismo hoy que hace 20 años, ni será igual dentro de 10, gracias a la investigación médica.

"Hemos identificado que el cáncer de mama es una enfermedad más heterogénea de lo que creíamos. Es biológicamente diferente, con diferentes subtipos (...) de tal manera que buscamos individualizar el tratamiento", explica a RTVE.es el doctor José Ángel García Sáenz, miembro del Comité ejecutivo del Grupo GEICAM de investigación en Cáncer de Mama.

En el Día Mundial contra la enfermedad, el oncólogo recuerda que ocho de cada diez mujeres superan los cinco años desde el diagnóstico inicial, pero la metástasis continúa siendo una espada de Damocles sobre las pacientes: un 30% de quienes reciben un diagnóstico temprano sufren una recaída con metástasis años después de haber terminado el tratamiento.

"Si no podemos curar, vamos a intentar cronificar la enfermedad. No es solo alargar la vida de la paciente, sino mejorar su calidad, que no se sienta enferma", desarrolla García Sáenz sobre lo que considera el “reto de la próxima década”. Actualmente, el cáncer de mama metastásico tiene una tasa de supervivencia en torno al 25% y suponen entre el 5% y el 6% de los diagnósticos de cáncer de mama.

“Curar con menos”

Pero, ¿qué significa desarrollar tratamientos personalizados o dirigidos? “Miramos biomarcadores, por qué a algunos enfermos les va bien un tratamiento y no otro. Todo eso nos permite poco a poco ir estableciendo grupos de pacientes que se pueden beneficiar más de un fármaco o de otro y no hacer tratamiento que, a veces, pueden tener mucha toxicidad, pero poco beneficio”, expone, por su parte, la oncóloga en el Institut Català d'Oncologia (ICO) de Badalona Mireia Margelí, en un vídeo de la institución.

La “toxicidad” es la palabra que resuena en las explicaciones de ambos médicos, porque el cansancio, la caída del pelo, el dolor o los problemas menstruales siguen marcando la vida de las pacientes en quimioterapia. Así, según el doctor García Saenz, el objetivo para los tumores en estadios de 1 a 3 es “ser más eficaces” y “curar con menos”. Es decir, “buscar terapias menos tóxicas, cirugías más conservadoras e identificar qué pacientes pueden evitar tratamientos que no necesitan”, apunta.

Para la Fundación CRIS Contra el Cáncer, esto supone también desarrollar “un arsenal de fármacos” que permitan “ir atacando las resistencias” de la enfermedad a medida que van apareciendo. “Muchas pacientes no responden a los tratamientos habituales o se vuelven resistentes con el tiempo”, advertía el investigador y director de proyectos Jesús Sánchez en unas declaraciones recogidas por Europa Press.

¿Más cáncer o mejores diagnósticos?

La incidencia del cáncer de mama en España ha aumentado y supone el 29% del total de cánceres en las mujeres, aunque se está reduciendo la mortalidad, según ha pormenorizado la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) este miércoles, junto a la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN). Además, entre 2002 y 2020, la incidencia ajustada por edad se ha incrementado de 106,5 a 126 casos anuales por cada 100.000 personas.

Pero, ¿significa esto que hay más cáncer de mama que antes? El oncólogo García Saénz pone en contexto las cifras: ahora contabilizamos mejor los datos, diagnosticamos mejor los casos y vivimos más tiempo.

“Hay otros problemas de salud como las enfermedades infecciosas o las patologías cardiovasculares y laborales que se han reducido. Con lo cual, por el envejecimiento de la población, incrementa el riesgo de detectar un cáncer de mama”, señala. Además, las mamografías modernas permiten detectar cánceres “que hubieran permanecido ocultas hace décadas”.

En este sentido, el investigador enfatiza la toma de conciencia de la sociedad sobre la importancia de acudir a los cribados ha marcado un antes y un después en el diagnóstico precoz del cáncer de mama.

"Es muy importante la prevención con mamografías a pacientes cada dos años, a partir de los 40 o 45 años de edad", refiere la oncóloga médica del Hospital Ramón y Cajal, Noelia Martínez, en declaraciones a Europa Press Televisión.

Además -recuerdan SEOM y REDECAN- un estilo de vida saludable puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de mama, al margen de la predisposición genética y la edad. Por ello, recomiendan no fumar, reducir el consumo de alcohol, seguir una dieta mediterránea, hacer ejercicio, evitar tener sobrepeso y, en caso de tener hijos, practicar la lactancia materna, en línea también con el Código Europeo contra el Cáncer.