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Cómic

La diferencia entre el cómic digital y el impreso: el "scrolling infinito" ha revolucionado el formato

  • El bocadillo es el elemento que se toma de referencia para el inicio del cómic moderno
  • Para imprimir su trabajo, Ne tendría que rediseñar la colocación de las viñetas

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Imagen promocional de 'El-leanor. Estandartes hacia el futuro'
Imagen promocional de 'El-leanor. Estandartes hacia el futuro'

El origen del cómic es incierto y hay expertos que datan al noveno arte de más de doscientos años de edad. La historia del cómic occidental parece comenzar con El Chico Amarillo, un personaje de una tira en la prensa estadounidense obra de Richard F. Outcault y publicada alrededor de 1895. En aquella época las viñetas ya incluían las intervenciones dentro de un bocadillo. Este es el elemento que se toma de referencia para el inicio del cómic moderno.

Los diálogos dentro de los globos se vieron en España por primera vez en la serie ‘El suero maravilloso’ de Robledano, publicada en 1910. Entre todas las revistas infantiles que surgieron en nuestro país, TBO tuvo el honor de convertirse en el nombre usado por los españoles para referirse a este tipo de historias. Los tebeos pronto conquistaron al público y sortearon la censura franquista.

Como cualquier rama artística que está en contacto con la sociedad ha evolucionado. Alba Cruz, más conocida en redes sociales como Ne, es una ilustradora onubense especializada en webcomic y diseño de personajes con la que hablaremos de la evolución del noveno arte.

Contar historias en la era digital

Las últimas generaciones están acostumbradas a que todo sea más visual. En el caso de Alba Cruz, consumía películas y series de dibujitos desde pequeña. Ahí, nació su inquietud de dibujarlas. “A veces hacía viñetas cortas. De adolescente, dibujé mucho más porque me vino una idea a la cabeza y quería convertirla en cómic. Tenía los personajes y todo el desarrollo. Lo dejé aparcado porque seguí con los estudios”, recuerda Ne.

Tras acabar el grado de ciclo superior de ilustración en Granada, decidió continuar el cómic de su adolescencia. En 2019, la ilustradora se embarcó en ‘El-leanor. Estandartes hacia el futuro’, una nueva historia basada en una partida de rol del mundo de fantasía inventado. “Yo me hice mi personaje y mis amigos hicieron los suyos. Al final me encantó tantísimo toda la partida de rol que todo lo que ocurría lo iba escribiendo”, nos cuenta cómo se inició en su historia más popular.

A sus veintiocho años, el mundo de las redes sociales es un escaparate para su arte y el de muchos otros artistas. Como rara vez consiguen apoyo de editoriales, lo más usual es publicarlo en páginas web especializadas, como Tapas y LINE Webtoons, por la afluencia de lectores.

La contabilización de los lectores ha cambiado. En papel, va directamente relacionado con el número de ejemplares vendidos o las ediciones publicadas. Sin embargo, las visitas de los cómics digitales suelen fluctuar. En el caso de ‘El-leanor. Estandartes hacia el futuro’ que abarca, por ahora, más de cien capítulos que se han leído más de ciento diez mil veces, tiene suscritas a más de tres mil personas, que siguen la historia para no perderse cada domingo la nueva entrega.

Sin embargo, eventos externos pueden provocar la disminución puntual de visualizaciones, puesto que a los lectores se le acumulan cómics de diferentes artistas que leer. “El capítulo del fin de semana de la Japan Weekend tiene menos visitas, pero donde más lo noto es en los comentarios”, reconoce Ne.

El inglés como lengua principal de los cómics online

“La mayoría de las historias están en inglés”, confiesa la ilustradora. La supremacía del idioma tiene sus cimientos en que las primeras páginas para consumir este tipo de contenido eran en este idioma.

Alba Cruz supo de la existencia de páginas de webcómic en español después de llevar publicando más de cinco años en inglés: “Si lo hubiera sabido antes, a lo mejor lo habría empezado a publicar en español directamente porque ahora tengo que traducirlo todo y no me da la vida para dibujar un capítulo a la semana y encima en dos idiomas”

La gente piensa que, al ser una lengua más universal, lo va a leer gente de otros países

Otra de las razones es la creencia de que puedes llegar a un mayor público a través de este idioma. “Cuando comencé a publicar, todas mis redes sociales eran en inglés y pensaba que así llegarían a más gente. La mayoría de cómics que yo leía también estaban en inglés porque la gente piensa que, al ser una lengua más universal, lo va a leer gente de otros países”. Sin embargo, ahora se está consolidando el castellano como lengua para las historias gracias al apoyo entre España y los países de Latinoamérica. “Ahora no sé qué compensa más”.

La temática de los cómics

Desde el inicio, el noveno arte se diferencia de otros medios por atreverse a tratar diversos temas como las drogas, las relaciones sexuales, la identidad étnica, etc. La imaginación es el límite. En las páginas especializadas, además de contar con un buscador que ayudan a encontrar palabras claves sobre la historia que te apetezca leer, las creaciones están divididas por género como romance, horror, acción, comedia y ciencia ficción. Se pueden ordenar según su popularidad, las más nuevas o aquellas que tienen más número de capítulos para hacer un maratón de lectura.

Hay tramas políticas, problemas de presión por parte de un grupo y resistencia hacia cierto sector ideológico

“‘El-leanor está basado en el mundo de Dragones y Mazmorras, pero no tiene exactamente las mismas reglas. Las razas de fantasía, por ejemplo, son diferentes”, cuenta la ilustradora. “Aparte de la fantasía de dracónidos y las peleas contra el mal, también hay tramas políticas, problemas de presión por parte de un grupo y resistencia hacia cierto sector ideológico”.

El proceso de creación

En el caso de Ne, la historia de ‘El-leanor. Estandartes hacia el futuro’ está basada en la partida de rol que hizo con sus amigos. El universo lo inventó su pareja y cada persona que jugaba inventó un personaje. Cuando comenzaron a jugar, lo disfrutaron tanto que Ne decidió tomar notas: “Tengo un montón de cuadernos escritos con cosas que han pasado en las partidas”.

Boceto de 'El-leanor. Estandartes hacia el futuro' (2022)

Boceto de 'El-leanor. Estandartes hacia el futuro' (2022) Alba Cruz (Ne)

Necesito su permiso porque, al fin y al cabo, no todos los personajes son míos, entonces no tengo todo el control.

A la hora de escribir la historia, Alba Cruz revisa las notas que hizo y toma decisiones. “Si para el cómic tengo que cambiar algo porque narrativamente quede mejor o porque, pensándolo en frío, a lo mejor habrían hecho otra cosa, lo hablo con mis compañeros y, si me dan el visto bueno, lo cambio”. Es por esta razón por la que ella considera que su historia es cooperativa. “Necesito su permiso porque, al fin y al cabo, no todos los personajes son míos, entonces no tengo todo el control sobre ellos. Me parecería una falta de respeto hacer lo que me diera la gana sin preguntarles”.

Boceto de 'El-leanor. Estandartes hacia el futuro' (2022)

Boceto de 'El-leanor. Estandartes hacia el futuro' (2022) Alba Cruz (Ne)

Hago el storyboard digitalmente con el tiempo que quiero que pase entre viñetas

Cuando ha decidido qué parte de la historia escribir, dibuja en un folio una cara junto al diálogo que diría el personaje. “El dibujito es para saber la expresión o el sentimiento. Cuando ya lo tengo, hago el storyboard digitalmente con el tiempo que quiero que pase entre viñetas. Tras pasarlo a limpio, le añado los diálogos y lo publico”, explica Ne.

Este proceso lo hace con dos semanas de antelación para poder publicar un capítulo exclusivo para aquellos que paguen una suscripción. “Este fin de semana publico un capítulo y el siguiente está en otra plataforma. Por dos euros al mes, puedes leerlo”, explica y se diferencia de aquellas historias que solamente se pueden acceder de pago: “Yo quiero que se pueda acceder a la lectura de manera gratuita. Entonces, simplemente esperan una semana más y ya está”.

Una sesión de una partida puede llegar a ser hasta veinte capítulos

La división de las sesiones de rol no está predeterminada. “El tiempo medio de una sesión de rol son tres horas. El capítulo es cinco minutos jugando. Una sesión de una partida puede llegar a ser hasta veinte capítulos”, calcula Alba Cruz.

Esos cinco minutos jugando se traducen en un trabajo semanal dividido de esta manera: “Tardo un día, o a veces más, en hacer el storyboard y en escribir el guion. Puedo tardar de cuatro a cinco días en terminar de limpiar y dibujar todo. Me considero que soy súper rápida”.

Cuando ya va terminando el capítulo de esa semana, comienza a calcular el principio del siguiente para que el proceso siga fluyendo. Después de años bajo este ritmo de trabajo, Ne es consciente de que su arte ha mejorado mucho. “Si veo ahora los primeros capítulos, no me terminan de gustar y, si pudiera, los reharía, pero no avanzaría nunca”, confiesa. “Son paranoias de autora. Simplemente el arte ha evolucionado y ya está.”

Dar a conocer tu historia

Por lo general, en Internet se viralizan más fácilmente aquellas historias que tratan sobre personajes de alguna narrativa ya existente. A este tipo de historias se les denomina ‘fanfic’ (ficción de fan). De hecho, las autoras que reciben ofertas sobre sus fanfics para publicarlas deben modificar nombres y detalles específicos de la historia original. Este fue el caso de novelas como ‘Cazadores de sombras’ de Cassandra Clare, cuyos personajes estaban sacados de la ya exitosa saga ‘Harry Potter’.

Pensé que quizá era capaz de llevar dos cómics a la vez, obviamente no fue posible.

Alba Cruz siempre ha apostado por historias propias. La ilustradora publicaba una historia llamada ‘Memories’ cuando surgió la idea de ‘El-leanor. Estandartes hacia el futuro’. “En un principio pensé que quizá era capaz de llevar dos cómics a la vez, obviamente no fue posible”, cuenta resignada. “El-leanor lo estaba disfrutando la gente mucho, por lo que decidí centrarme en esa. Otra razón fue que El-leanor ya tenía un final, así que no tenía que ponerme a pensar. Al final, ‘Memories’ me ha servido como práctica”.

Dentro de las páginas especializadas en webcómics, se pueden encontrar historias promocionadas. Para acabar en ese apartado, los usuarios pueden comprar el espacio publicitario. Otra opción es que el creador tenga un contrato con la página distribuidora.

Es un cómic en un mar de cómics, así que la portada y el título tienen que ser muy llamativos.

El 90% de las personas que han visto el cómic de Ne ha decidido seguirlo. De hecho, tiene 9.25 estrellas sobre 10, una calificación con la que podrían considerarla para tener un contrato en la página web. Sin embargo, el resto de números no parecen ser suficientes, por lo que eligió no depender de ellos y hacer publicidad en sus redes sociales. “La publicidad depende solamente de mí”, afirma. “Tienes que intentar que tus redes sociales fluyan y vayan creciendo, que es difícil. Si puedes pagarte algo de publicidad, hazlo”. De hecho, confiesa: “Es un cómic en un mar de cómics, así que la portada y el título tienen que ser muy llamativos. Tiene que ser justo el tipo de estilo de arte que te guste porque, si no te gusta mi arte, te vas a ir a otro”. Esa fue la razón por lo que se esmeró haciendo el primer capítulo lo más visualmente llamativo posible.

La diferencia entre el webcómic y el cómic impreso.

Viñeta de 'El-leanor. Estandartes hacia el futuro' (2022)

Viñeta de 'El-leanor. Estandartes hacia el futuro' (2022) Alba Cruz (Ne)

Lo más distintivo del cómic digital es el cambio de formato que se ha producido al cambiar el medio donde se lee. Aunque las páginas web especializadas están disponibles para varios dispositivos, como el ordenador y la tablet, el medio más usado es el móvil. En el cómic impreso, se componía por página según las dimensiones específicas del papel y se jugaba con la superposición de las viñetas. Ahora es la pantalla del móvil lo que restringe el ancho del cómic, pero no el largo. De esta manera, se ha creado el ‘scroll infinito’. “Las viñetas están puestas unas debajo de otras. Hay viñetas que son muy largas”, explica Alba Cruz. “El formato de lectura es de arriba hacia abajo”.

“La forma de medir el tiempo es completamente diferente. El tiempo entre viñetas es un hueco blanco”, profundiza la ilustradora. “El tamaño es el que veas conveniente, pero en el ‘scroll infinito’ puedes expandir el tiempo como quieras para crear tensión entre viñetas”.

En el caso de querer imprimir su trabajo, Ne tendría que rediseñar todos los capítulos para colocar las viñetas en una página. “No creo que disminuya el atractivo del cómic, pero sí sería diferente porque las viñetas largas habría que reducirlas y puede que no queden igual de bien”, se sincera. “El arte sigue siendo el mismo y las ilustraciones siguen siendo las mismas, pero, a lo mejor, sí que perdería un poco porque no estaba pensado inicialmente para ser impreso”.

Además de estas diferencias de formato, la comunidad de Internet está en continuo contacto y existen foros por temáticas donde se comentan las historias de manera más directa. “Toda la gente que conozco que está en el mismo mundo, por lo que todos nos ayudamos mutuamente siempre. Si veo que una amiga ha publicado, lo comparto en redes sociales”, cuenta Alba Cruz. De esta manera, sus lectores conocen las historias que le gustan a la ilustradora y alguno puede interesarse al tratarse temáticas similares.

Un comentario me da la serotonina que necesito para seguir haciendo el cómic.

En las páginas web se facilita hacer llegar al artista el apoyo de los lectores. Existen los ‘me gusta’, pero Alba Cruz reconoce que los comentarios es lo más importante: “Un ‘me gusta’ es un número que ha puesto una persona, pero un comentario me da la serotonina que necesito para seguir haciendo el cómic,” admite Ne. “Una persona puede decirte cuánto le ha gustado, si se ha dado cuenta de algún detalle, su parte favorita, qué ilustración le ha gustado más…”

Esta retroalimentación se distingue de la manera tradicional en la que a los creadores les llegaban los mensajes de los lectores. Aunque se pueden comentar las historias por redes sociales, en las páginas especializadas de cómic online se ordenan los comentarios por capítulos recopilándolos todos en el mismo sitio.

Encontrar una historia que tenga que ver con lo que a ti te gusta es tan fácil como buscar en las etiquetas, que es una categorización bastante similar a la de las estanterías en una librería.

Solamente hay que adaptarse al sentido de la lectura.

“Al final, la diferencia entre cómic impreso y digital es a gusto de cada uno. Hay gente que prefiere impreso porque quiere tenerlo en mano o porque le gusta el olor del papel. Hay quien lo prefiere digital porque así no ocupa un espacio físico y puedes acceder a ello cuando quieras. A mí me gustan ambos, solamente hay que adaptarse al sentido de la lectura”, concluye Alba.