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Encuesta a personas sin hogar

Hombre, menor de 45 y con depresión: el perfil de las 28.000 personas sin hogar que van a albergues o comedores

  • El INE cuenta 5.000 personas más en esta situación que en 2012 la última vez que se realizó el estudio
  • La encuesta incluye un apartado sobre salud mental, vacunación contra la COVID-19, entre otras novedades

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Personas en situación sin hogar
Comedor social de Remar en Carabanchel (Madrid).

Al menos 28.552 personas se encuentran en situación sin hogar y son atendidas en centros asistenciales de alojamiento y restauración. El recuento supone un 24,5% más -5.000 personas- que en 2012, cuando se publicó la anterior edición de esta encuesta por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE), y 6.000 más que en 2005, cuando salió por primera vez.

El INE apunta que esta encuesta ofrece información sobre las condiciones de vida de las personas en situación sin hogar de 18 o más años que en la última semana han sido usuarias de los centros asistenciales de alojamiento y/o restauración ubicados en municipios de más de 20.000 habitantes. Por tanto, su muestreo no incluye a aquellas personas que, encontrándose en situación de sin hogar, no están recogidas dentro del sistema en el momento de la encuesta.

Entre la información que recoge sobre este colectivo hay variables sociodemográficas generales –edad, género, lugar de origen–, pero también cuestiones más específicas como el motivo que les llevó a estar en esa situación, la relación con la familia o el volumen de ingresos que perciben.

En esta oleada se han incluido nuevos apartados de estudio, como si se han vacunado contra el coronavirus, con quién pasan la mayor parte del tiempo o si han dejado de comer en algún momento. También se incluye un capítulo dedicado a la salud mental, donde se descubre que en torno al 10% de hombres y mujeres afirma presentar una sintomatología depresiva moderadamente grave.

Hombres, menores de 45 años y tanto españoles como extranjeros

La mayoría de los que acuden a estos servicios son hombres, cerca de los 22.000, aunque la presencia de mujeres –son ahora unas 6.600– crece conforme pasan los años: representan un 23% cuando hace 15 años apenas llegaban al 17%. Esta circunstancia pone de relieve un cambio: la creciente afluencia femenina a estos recintos.

Los datos del INE revelan que el grupo de más de 64 años es el que menos se ha visto expuesto al sinhogarismo, o al menos el que menos ha hecho uso de los servicios asistenciales disponibles. El grueso lo conforma la franja de entre 45 y 64 años, seguida de la de 30 a 44 años. No obstante, la suma de los menores de 45 años (14.619) es ligeramente superior a los que superan esa edad (13.944).

El origen de las personas que hacen uso de los servicios es tanto español como extranjero. La proporción es prácticamente la misma, con una diferencia de apenas 80 personas entre un grupo y otro (14.316 españoles frente a 14.236 extranjeros). Entre estos últimosLos datos del Instituto Nacional de Estadística apuntan a que, en el caso de la población extranjera, más de la mitad procede de África, y le siguen las personas procedentes del continente americano y del resto de la Unión Europea.

La distribución por comunidades y ciudades autónomas desvela que las regiones más pobladas, como Andalucía, País Vasco y Madrid, cuentan con un mayor número de personas en esa situación. Si se observa la situación por cada 100.000 habitantes, Ceuta se coloca con la región con la tasa más elevada, mientras que en Melilla hay una gran bajada, pero ello se debe a que en los primeros meses del año "la frontera terrestre con Marruecos estuvo cerrada, afectando al número de personas que acudieron a sus centros de atención a personas sin hogar".

Entre la variedad de centros de los que pueden ser usuarias las personas en situación sin hogar, buena parte de ellas, tanto hombres como mujeres, se aloja en albergues o residencias. Los siguientes espacios más concurridos son los pisos facilitados por una ONG u otro organismo.

En general, los centros asistenciales están bien valorados entre las personas que acuden a ellos. Un 61,8% opina que la ayuda recibida ha sido bastante o mucha, frente al 38,2% que estima que se queda corta. Además, un 85% asegura que ha tenido contacto con un trabajador social en el último año, un punto más que hace diez.

Más de 8.000 personas afirman no tener ningún tipo de ingreso

La situación de las personas en situación sin hogar en materia de empleo es bastante homogénea: más de un 70% de las personas no contaba con un empleo en la última semana. Aunque más del 70% asegura haber tenido algún trabajo con una duración superior a los seis meses.

La principal fuente de ingresos no es, por tanto, el trabajo. El apoyo de las ONG, las personas cercanas y lo que ganan pidiendo en la calle son las principales vías para salir adelante, aunque en muchos casos esa ayuda no supera los 300€. De hecho, hay más de 8.000 personas que aseguran que no tienen ninguna retribución.

Con buena salud y vacunados contra el COVID

Por lo general, el estado de salud de las personas sin hogar no es malo, sino más bien al contrario: más de la mitad asegura sentirse bien o muy bien.

En el contexto de la pandemia del coronavirus, el INE también pregunta a las personas encuestadas su percepción sobre esta realidad. Un 70% afirma que no ha tenido síntomas o que cree que no se ha contagiado, frente a un 24% que se ha contagiado y ha llegado a estar ingresado en el hospital. Además, un 85% afirma haberse vacunado –el INE no especifica si tan solo una vez o ha completado al menos la pauta– y solo un 9% ha rechazado hacerlo.

El INE también dedica un espacio al consumo de alcohol y drogas, uno de los estigmas con los que más cargan las personas de este colectivo. Según las entrevistas realizadas por la entidad, más de la mitad asegura no consume alcohol regularmente y nunca ha probado las drogas, mientras que el porcentaje se reduce con el tabaco: solo un 27% afirma no haber fumado nunca o de manera habitual.

La migración se impone como la razón para perder su hogar habitual

La pérdida del empleo se perfila como uno de los desencadenantes principales del sinhogarismo, un hecho que puede haberse acrecentado en los últimos meses debido a acontecimientos recientes como la pandemia del coronavirus, la subida de los precios o la inestabilidad del mercado laboral.

En esta ocasión, la pregunta sobre las razones para abandonar el hogar habitual incluye una variable nueva: la migración. Esto es, personas que se han marchado de su país y que han tenido que empezar de cero en España. Esta razón se coloca como la más frecuente, rozando el 29%, en un contexto de llegada de refugiados por el estallido de la guerra en Ucrania, que coincide con el periodo en el que INE elaboró esta encuesta.

Más de la mitad del colectivo declara llegar a esta situación estando soltero, especialmente en el caso de los hombres, donde dos de cada tres (el 68%) declara no tener pareja frente al 48,5% de las mujeres. Ellas también están casadas, pero también divorciadas en mayores proporciones que ellos.

Junto a la pareja o el cónyuge, los hijos son los miembros de la familia con los que más contacto guardan las personas sin hogar tras llegar a esa situación, o al menos son las figuras a las que aseguran haber visto más en el último mes. Con el resto, la relación se va perdiendo hasta el punto de perder el contacto, como ocurre con otros familiares, incluidos los progenitores.

Este colectivo no solo sufre la invisibilización y los estigmas de no contar con un hogar propio, sino que también vive agresiones o son víctimas de delitos. Un 50,3% asegura haber experimentado algún ataque, especialmente amenazas e insultos, pero también el robo de pertenencias o de documentación.