Macron pide solidaridad a los franceses con la familia de la niña asesinada hallada en un baúl en París

• El mandatario ha calificado el asesinato de la menor como un acto de "extrema maldad"
• Le Pen ha atacado la política migratoria del gobierno porque la principal sospechosa es una inmigrante ilegal

Ciudadanos depositan flores en un evento en homenaje a Lola, la menor asesinada en París

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha dicho que Francia debe unirse en solidaridad con los padres de Lola, la niña de 12 años cuyo cuerpo maltratado fue encontrado la semana pasada en un baúl fuera de su casa en París. El mandatario ha calificado el asesinato de la menor como un acto de "extrema maldad".

Macron, que se reunió con los padres de la niña a principios de semana, ha asegurado en sus primeros comentarios sobre el asesinato que lo que más ha conmocionado a Francia ha sido la atrocidad incalificable que representó el crimen. "Cuando nos enfrentamos a la maldad extrema y nos damos cuenta de que esto es posible en nuestra sociedad", ha dicho.

"Pienso sobre todo en los padres de Lola, en su hermano y en su hermanastro, en la angustia de esta familia que está increíblemente dolida y unida en este momento y creo que necesita ante todo el respeto y el afecto de la nación", ha asegurado.

El cuerpo de Lola, de 12 años, apareció sin vida en el interior de un baúl a las puertas de su edificio. La autopsia confirmó que la menor fue asfixiada y reveló que sufrió cortes, fuertes golpes y una violación. El portal donde vivía está ahora repleto de ramos de flores y pancartas en homenaje de la niña.

La principal sospechosa, una mujer de 24 años, fue detenida el lunes y puesta bajo investigación formal por acusaciones de asesinato, violación y actos de tortura. La investigación ha desvelado que debía haber abandonado Francia hace meses.

Una fuente de tensión política

El asesinato de Lola se ha convertido en una fuente de tensión política en Francia. Los partidos de la oposición han aprovechado el perfil de la sospechosa, una inmigrante ilegal, para atacar la política de inmigración del Gobierno y pedir medidas más estrictas.

La líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, sostiene que este caso es la prueba de la política fallida de migración del Ejecutivo. "Se están cometiendo demasiados delitos por migrantes clandestinos que no ha querido deportar", llegó a decirle Le Pen a la primera ministra, Élisabeth Borne, que pidió no hacer política con este caso y respetar "el dolor de las familias".

El portavoz del gobierno, sin embargo, llegó a reconocer el miércoles que el Ejecutivo debe mejorar en las expulsiones irregulares.

El viernes por la tarde se celebró un homenaje a la niña, asesinada en la ciudad norteña de Fouquereuil, de donde es su familia.

En un centro comunitario, vecinos franceses, algunos conmovidos hasta las lágrimas, depositaban flores y tarjetas y firmaban un libro de condolencias frente a un retrato gigante de Lola.

"Es horrible. Estoy en shock, como la mayoría de la gente. Rezo para que esto no vuelva a suceder. Tenemos que hacer algo. ¿Cómo ha podido hacer esto una mujer?", ha dicho Caroline Lesaint, una doliente que había viajado desde Cambrai, otra ciudad del norte cercana.