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Objetivo Igualdad

Las empresas de mujeres emprendedoras son más viables y devuelven más financiación

  • Las mujeres son el 52% de la población pero sólo representan el 34% de los emprendedores
  • Según nuestras expertas entrevistadas, las mujeres devuelven el 70% de los préstamos pero los hombres un 30%
  • 'Mujeres emprendedoras más allá de los tópicos' el domingo en Objetivo Igualdad a las 16.30h en Canal24h

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Las mujeres emprendedoras tienen un 60% menos de posibilidades para acceder a la financiación que los hombres
Las mujeres emprendedoras tienen un 60% menos de posibilidades para acceder a la financiación que los hombres

Las mujeres son el 52% de la población pero sólo representan el 34% de los emprendedores. En realidad hay muchos factores que explican la desigualdad de género en el sector económico del emprendimiento. La presión para conciliar con la familia, un acceso más complicado a la financiación, la dificultad que tienen las mujeres a la hora de actuar de forma autónoma frente a su rol de cuidar, la falta de tradición y experiencia empresariales son algunas razones que explican el dato.

Yo empecé sin inversión inicial, con cero euros prácticamente

EMPRENDEDORAS

"Si te soy sincera, la semilla fue la frustración. Luego es cierto que lo que regó ese bambú -que es como yo llamo a la empresa- fue el amor porque a mí no sólo me gustaba emprender sino aprender, necesitaba aprender para ser capaz de emprender. Yo empecé con unas circunstancias sin inversión inicial y, con cero euros, prácticamente", asegura Vanessa Roso, directora de Too Many Flash, una escuela de emprendimiento fotográfico en Madrid.

Por su parte, Laura Espejo, creadora de Gotxa Catering, un servicio de catering a domicilio y celebración de eventos, reconocé que se tuvo que reinventar cuando la compañía aérea en la que trabajaba como azafata quebró. "Fue por una amiga que sabía que me encanta cocinar y mi pasión por la comida. ¿Por qué no te atreves?, me dijo. Ella tenía un bar en el centro en Madrid, me contó: tengo un cumpleaños, probamos y me haces algo".

Mujeres emprendedoras

Sin embargo, Espejo no lo tuvo fácil porque cuando decidió ampliar su negocio fue en marzo de 2020, justo antes del estallido de la crisis del coronavirus y del consiguiente confinamiento. "La pandemia fue tremenda en todos los aspectos para todo el mundo. Yo decidí dar el salto en un momento fatal y cuando abrí un obrador más grande para ampliar Gotxa Catering, empezó el coronavirus. Justo hice los papeles para autónomos el diez de marzo y nos confinaron el 13 de marzo. Entonces ya di de baja todo, ya tenía la obra terminada. Fue un susto de muerte", recuerda.

Yo decidí dar el salto poco antes de la pandemia. Fue un susto de muerte

Para Maysoun Douas, directora de 'Start Up Commission', emprender fue una oportunidad de crecer profesionalmente: "Fui una de esas tantas mujeres para las que las ofertas laborales que estaban disponibles no eran acordes a lo que yo me esperaba, para lo que yo me había preparado para ejercer y tras muchas entrevistas, vi que podía aportar servicios y me decidí a emprender".

Decidí emprender porque creía que podía aportar formación y servicios

El reto de conciliar

Uno de los retos para las mujeres son las dobles jornadas laborales que supone tener un negocio propio y la cultura empresarial que impera actualmente. "Es difícil ser una mujer emprendedora porque no lidiamos sólo con el negocio, lidias con la familia... Es muy importante tener apoyo. Yo gracias a Dios cuento con un apoyo importante con mi marido, con mi familia. Me han ayudado a conciliar. Yo puedo dedicarme al negocio mientras él se dedica a los niños. Porque te frena el hecho de pensar: ¿Cómo voy a hacerlo si quiero ser madre?", explica Espejo.

No sólo lidias con el negocio, lidias con la familia

"Yo estuve los primeros años trabajando catorce horas al día de lunes a domingo y sólo descansaba cuando mi cuerpo me lo pedía a gritos. No estaba dentro de mis horarios. La mujer emprendedora lo vive desde el sacrificio, desde el punto de vista: tengo que abandonar otras parcelas de mi vida para dedicarme a mi negocio, muchas veces no les compensa, es solo una cuestión de inteligencia, el hecho de elegir lo que más feliz me hace, que no siempre es la empresa. Esto también pasa porque normalmente una mujer necesita implicarse con el proyecto, necesita creer en el proyecto y es cierto que hace unos años las empresas no tenían esa conciencia social ni esa misión tan clara", afirma Roso.

Al principio, estuve trabajando catorce horas al día de lunes a domingo.Sólo descansaba cuando mi cuerpo me lo pedía a gritos.

Estereotipos sexistas sobre la mujer emprendedora

Las tres entrevistadas coinciden en que hay clichés y estereotipos sobre la mujer que abre su propio negocio que pertenecen al imaginario colectivo y poseen una trayectoria histórica. "Los estereotipos tambien calan en las mujeres: que no va a tener el suficiente tiempo, que va a haber algo que va a estar distorsionando esa labor de emprender bien, porque va a tener que dedicarse a cuidados. También se piensa que va a tener una fragilidad a la hora de tomar decisiones, a no ser contundente en ciertos momentos", cuenta Douas.

La imagen de la mujer de negocios fría, con pocos escrúpulos, que es una 'depredadora' también pesa a la hora de fabricar el estereotipo sexista sobre la mujer emprendedora. "Los clichés sobre la mujer emprendedora que nos venden, con chaqueta y pantalón, por supuesto, que va conquistando, que es fría, calculadora, y parece incluso maquiavélica, no tiene nada que ver con la realidad", asegura Roso.

Los clichés sobre la mujer emprendedora apuntan a que es fría y maquiavélica. Nada más lejos de la realidad

Otro lado de dicho estereotipo es la etiqueta de culpabilización por ser poco maternal, poco familiar, que recae sobre las mujeres. "Hay muchos tópicos, muchas historias como: estás forrada, tienes que tener un montón de dinero para poder emprender y ser una niña de familia bien que tiene detrás un respaldo. También te dicen: ¿cómo haces para ocuparte de tus hijos? ¿Les ves? ¿Tienes tiempo para dedicarlo a tu familia?", explica Laura Espejo.

La clave de la visibilidad

La visibilidad es clave durante el proceso de emprender pero más difícil aún siendo mujer, reconocen nuestras entrevistadas. "Lo más difícil es ser visible y que dure en el tiempo. Conseguir que se te vaya conociendo, el boca a boca", dice Espejo.

Para Roso también hay un miedo a dar el primer paso a abrir tu propia empresa: "Lo más difícil es, a veces, tomar la primera decisión y dar el paso inicial. Ahí hay un trabajo importante. Si hablo de lo más difícil de mi trayectoria, yo diría que es la autogestión: gestionar tus energías, tus emociones, gestionar a las personas, gestionar los proyectos".

Lo más difícil es dar el paso inicial

Según Douas el tomar decisiones difíciles, impopulares, también supone un obstáculo para una mujer: "Lo más difícil es tomar decisiones que muchas veces no son agradables y convencer a tu entorno de que estás haciendo lo correcto y que quieres seguir haciéndolo".

El factor del dinero

Sin embargo para Espejo lo más complicado fue arriesgar su dinero. "No tenemos demasiadas ayudas. Para la mujer emprendedora a partir de cierta edad se complica todo, porque tienes que cumplir unos requisitos. En mi caso, el miedo fundamental era la pérdida de dinero. Estoy apostando fuerte por algo que es mi sueño, pero que no sé hasta que punto me va a ir bien o no. Entonces es mi dinero, el que me prestan. El dinero me da mucho vértigo".

Mi mayor miedo era perder dinero

Según la periodista Mary Ellen Iskenderian, en su libro There's Nothing Micro about a Billion Women (No hay nada micro en mil millones de mujeres) los bancos dejan fuera a muchas mujeres y eso les cuesta 700.000 millones de euros al año. Aunque, según la tesis de la autora, facilitar a las emprendedoras el acceso a préstamos y la financiación ayudaría a la enconomía de los propios países.

Según el informe de Womenalia las mujeres tiene un 60% menos de posibilidades de acceder a la financiación. Sin embargo Maysoun Douas, explica que los datos demuestran que las mujeres tienen un menor índice de morosidad a la hora de devolver los créditos. "De cada euro que se da para financiar proyectos emprendedores, las mujeres devuelven un 70% por ciento de esos préstamos frente a un 30 por ciento que devuelven los hombres. No quiero decir que los hombres no sean responsables con la financiación, pero sí que probablemente tienen más elementos para relajarse en términos de medidas de riesgo".

Las mujeres devuelven el 70% de los préstamos, los hombres, el 30%

En conclusión: las dificultades para acceder a la financiación, la falta de contactos y la doble jornada laboral son factores clave para analizar la desigualdad de género en el emprendimiento.