Bruselas señala que ampliar la excepción ibérica con un tope más alto permitiría ahorrar 13.000 millones
- La Comisión Europea plantea topar el precio del gas en 100 o 120 euros por megavatio y hora
- España y Francia respaldan esta opción frente a las reticencias de Alemania y Países Bajos
La Comisión Europea plantea que la excepción ibérica que permite a España y Portugal poner un techo al precio del gas usado para generar electricidad se extienda al resto de la UE con un tope de entre 100 y 120 euros el Mwh, un límite más suave que la media de unos 48,8 euros del marco hispanoluso.
"Sumar este mecanismo por encima del tope inframarginal produciría así un beneficio neto de aproximadamente 13.000 millones de euros sobre los 70.000 millones del tope inframarginal", apunta un documento de trabajo del Ejecutivo comunitario hecho público durante la reunión de este martes de los ministros de Energía de los Veintisiete en la que se iba a abordar este asunto.
Finalmente, la reunión ha terminado sin un acuerdo y los ministros se volverán a reunir el próximo 24 de noviembre para tratar de pulir los detalles técnicos del tope al gas y otras medidas. Según la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica española, Teresa Ribera, el encuentro culmina con "pocos avances concretos". Aunque hay más acuerdo sobre la plataforma conjunta para comprar gas o para establecer un mecanismo de solidaridad hacia aquellos países que necesiten más ayuda para comprar energía.
Medida contra la inflación aunque con varios peros
Los beneficios netos tendrán un "efecto beneficioso sobre la inflación", si bien Bruselas advierte de que uno de los riesgos asociados a la medida es el previsible aumento del consumo del gas, en contra del objetivo de buscar fuentes alternativas tras la ruptura con Rusia por su invasión de Ucrania.
Los servicios comunitarios apuestan por fijar un precio máximo "lo suficientemente alto para que la energía a gas no se vuelva más atractiva" que el producir electricidad a partir de otras tecnologías que fijan en entre 100 y 120 euros el megavatio por hora, más del doble del límite de unos 48,8 euros que Bruselas permitió a Lisboa y Madrid.
Equilibrio para no disparar la demanda
Con ello se busca el "equilibrio" entre la efectividad de la medida y evitar que el gas gane terreno a las tecnologías alternativas, explica el documento, que también recalca que en la situación actual, con un precio del gas de unos 60 euros el MWh, esta medida no tendría impacto.
Como riesgo, el consumo podría dispararse en gran medida por el aumento de los flujos de electricidad subvencionada a vecinos extracomunitarios, como Reino Unido o Suiza, lo que sumado al incremento dentro de la UE podría derivar en un "volumen de consumo adicional de gas de entre 5.000 y 9.000 millones de metros cúbicos (bcm)".
El coste para cada país y sus consumidores dependerá del número de centrales de gas, ya que será más elevado en aquellos que dependan en gran medida del gas para producir su electricidad. "Este sería el caso, por ejemplo, de Alemania, Países Bajos e Italia", concluye el documento comunitario, que confirma además que Francia será "el mayor beneficiario".
España apoya extender la medida
A su llegada a la reunión de ministros de Energía, Ribera ha dicho que España apoyará a los países que defienden la extensión del mecanismo ibérico porque entiende que se sientan "desprotegidos" frente al alza de los precios.
"Habrá Estados miembro que pidan una rápida actuación por parte de la Comisión y nosotros consideramos que es nuestra obligación respaldar a esos Estados miembro que, en estos momentos, están desprotegidos", ha razonado Ribera, quien ha puntualizado que "hoy por hoy" el mecanismo no está activado porque el precio del gas está por debajo del techo fijado.
Con todo, el mecanismo ibérico actúa como "reaseguro" dado que, si el precio del gas "volviera a crecer", los consumidores españoles y portugueses estarían "protegidos" con su reactivación, ha dicho Ribera, que entiende "perfectamente" que los socios con un sistema de producción de electricidad con poco gas y carbón aspiren a europeizar el sistema.
El análisis del Ejecutivo comunitario de Ursula von der Leyen será la base de la discusión que mantendrán a puerta cerrada los ministros durante el almuerzo para acercar posiciones, pero aún no se esperan decisiones dado que Bruselas no ha presentado una propuesta legislativa sino que la reflexión está en un estadio anterior.
Reticencia de Alemania y Países Bajos
El apoyo de países como España y Francia a la europeización del mecanismo choca con las reservas de Alemania y Países Bajos. "Países en donde el carbón y el gas siguen siendo la fuente mayoritaria de producción de electricidad ven con preocupación que algunos tengamos precios más baratos y ellos se mantengan en horquillas altas de precio por tener una mayor presencia de gas y carbón. Esta división hace que sean más cautos", ha opinado Ribera.
Otro de los "quebraderos de cabeza" de la medida es cómo ajustar el mecanismo "si no hay manera de evitar" que del tope subsidiado se puedan beneficiar países terceros que, como Reino Unido o Suiza, importan electricidad europea pero no formarían parte del sistema.
Entre las opciones, el documento de los servicios comunitarios plantea una "doble subasta" para que los importadores terceros que no se unan a la iniciativa inspirada en el modelo ibérico tengan que pagar el precio inicial de la energía subvencionada.
Se retrasa el acuerdo
A pesar de la presión para llegar a un acuerdo pronto por la crisis energética, que se espera que empeore de cara al invierno, los Ventisiete y la Comisión no logran pactar un paquete de medidas. El pasado 18 de octubre el Ejecutivo comunitario propuso una batería de iniciativas para abaratar la energía, entra las que se incluía el tope "dinámico" y temporal al gas, además de una plataforma conjunta de compras y un índice de referencia alternativo al TTF holandés.
La pelota pasó entonces al tejado del Consejo Europeo, que se reunió dos días después para discutir las propuestas de la Comisión. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE llegaron a un acuerdo de mínimos para poner en marcha un mecanismo que "límite de inmediato" el precio del gas. Sin embargo, se trataba más de una declaración de intenciones que un pacto vinculante, y se emplazó a la reunión de este martes de los titulares de Energía para cerrar los detalles técnicos.
Este encuentro, sin embargo, ha vuelto a posponer la toma de decisiones hasta dentro de un mes. Al término de la reunión, el ministro checo de Industria ha emplazado a la Comisión a presentar una propuesta formal para este tope al gas. Por su parte, la comisario de Energía ha respondido que corresponde a los países decidir si extender o no la excepción ibérica.