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Análisis | Reino Unido

Sunak llega a Downing Street con los retos de recuperar la economía, unir a los conservadores y evitar su debacle

  • Los mercados pueden dar a Sunak el tiempo para presentar un nuevo plan económico
  • El nuevo primer ministro debe unir a los conservadores para intentar mejorar en los sondeos

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Rishi Sunak, nuevo primer ministro de Reino Unido, rodeado de compañeros de formación en la sede del Partido Conservador en Londres. EFE/EPA/TOLGA AKMEN
Rishi Sunak, nuevo primer ministro de Reino Unido, rodeado de compañeros de formación en la sede del Partido Conservador en Londres.

Rishi Sunak asume este martes el cargo de primer ministro del Reino Unido, sin haber sido elegido por las bases de su partido ni por los británicos, sino por los diputados conservadores, y con la tarea inmediata de poner fin a las turbulencias financieras creadas por el plan económico de su antecesora, Liz Truss.

Una vez calmadas las aguas de los mercados financieros, Sunak debe afrontar el que es su mayor reto: la crisis económica que vive el país y que se traduce en precios altos (inflación) pero con bajo crecimiento económico, lo que se conoce como "estanflación".

En este empeño, Sunak deberá unir detrás de sí al Partido Conservador, zarandeado por las divisiones y la falta de disciplina y donde su antiguo jefe, Boris Johnson, cuenta todavía con algunos partidarios.

Del éxito de Sunak depende que los tories consigan darle la vuelta a las encuestas, que a día de hoy apuntan a que los laboristas conseguirían una holgada mayoría absoluta en unas elecciones generales.

"Hay serios retos en los próximos seis u ocho meses - resume, en declaraciones a RTVE.es, Adam Cygan, profesor de la Universidad de Leicester - empezando con el presupuesto, en el que veremos significativos recortes de gastos y subida de impuestos. Tenemos también una crisis en los servicio públicos, en invierno aumentará la presión sobre el NHS [el Servicio Nacional de Salud], y hay falta de mano de obra. Y todo eso puede afectar al crecimiento económico".

El gran reto de Sunak: la economía

Sunak llega al número 10 de Downing Street cuando el Reino Unido afronta, como el resto de Europa y EE.UU., una alta inflación y una crisis energética que ha disparado las facturas de los hogares. El Banco de Inglaterra, como han hecho también la Reseva Federal y el Banco Central Europeo, ha respondido subiendo los tipos de interés, lo que encarece las hipotecas y la deuda pública.

Además, el Servicio Nacional de Salud necesita una inyección de fondos. Londres sufre también las consecuencias del Brexit, aunque en la política británica no se cuestiona abiertamente si abandonar la Unión Europea fue la mejor idea.

En este contexto, Sunak llega al poder con un doble aval. Para los mercados, fue el hombre que avisó de que la bajada masiva de impuestos de Truss no tenía lógica económica en un momento de alta inflación, y que solo aumentaría la deuda. El plan de Truss provocó el caos en los mercados y la caída de la libra, dando la razón a Sunak. "He venido a arreglar los errores", ha dicho el ya primer ministro.

Para los ciudadanos, fue el responsable, como ministro de Finanzas, de poner en marcha las ayudas millonarias por la pandemia del coronavirus, que ayudaron a empresas y hogares.

"Aún no hemos visto cómo es un liderazgo total de Sunak, porque tan pronto como ganaron las últimas elecciones tuvieron que hacer frente a la COVID-19 y a las medidas de emergencia, en las que se gastó un montón de dinero", explica a RTVE.es Simon Tormey, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Bristol.

"Tenemos la sospecha de que es fiscalmente conservador, que no subirá ni bajará los impuestos, que recortará las peticiones de endeudamiento y recortará el gasto público, pero no lo sabemos a ciencia cierta, y sospecho que los diputados conservadores tampoco", añade.

De lo que no cabe duda, cree el profesor de la Universidad de Bristol, es de que es una figura "mucho más experimentada que Truss y que los mercados le darán tiempo para montar su equipo, presentar un plan económico con sentido y salir de la situación difícil que hemos tenido en este país en las últimas tres o cuatro semanas, en las que básicamente los mercados se han estado agitando sin saber qué nuevo plan económico podía esperarse".

Es una persona experimentada y fue un ministro de Finanzas muy capaz con Boris Johnson

"Es una persona experimentada y fue un ministro de Finanzas muy capaz con Boris Johnson, se espera que sea moderado y consciente, pero no estamos seguros, debemos esperar", subraya Tormey.

La prueba de fuego para la gestión económica de Sunak llegará cuando millones de británicos tengan que actualizar sus hipotecas a mediados del próximo año, y vean que se les encarecen por la subida de tipos de interés.

"La gente lo asociará con los conservadores, no importa mucho quién sea el primer ministro - considera Adam Cygan - y la oposición siempre puede decir que la culpa es de Downing Street, y que los conservadores tienen que asumir la responsabilidad". "No veo cómo un gobierno de cualquier color puede explicar esto de forma positiva, el daño ya esta hecho", añade.

El nuevo Gobierno hará un anuncio sobre política fiscal el próximo 31 de octubre, lo que ayudará a hacerse una idea de sus planes. Tres días después, el Banco de Inglaterra podría modificar sus tipos de interés.

Unir al Partido Conservador

"Nos enfrentamos a un profundo desafío económico. Ahora necesitamos estabilidad y unidad", declaró Sunak este lunes en la sede de su partido.

El exministro de Finanzas fue el único en conseguir el apoyo de más de 100 compañeros de bancada, el requisito necesario para poder presentarse. Es un indicativo de que, por ahora, cuenta con el respaldo del grupo parlamentario conservador, roto por las divisiones internas tras la dimisión de Johnson en julio y dos primarias casi consecutivas.

"El Partido Conservador se encuentra en un desorden total - se lamenta Cygan - El partido de Margaret Thatcher, de John Mayor, y posiblemente el de David Cameron ya no existe, lo que hay son una serie de facciones".

El Partido Conservador se encuentra en un desorden total

Las fracturas recorren las filas conservadores en varias direcciones: de la derecha más radical y anti-europea a los que piensan que el Brexit fue un error; de los conservadores más moderados a los que solo conocen la lealtad por Boris Johnson.

"Lo que tienes es el caos - apostilla Cygan - Un partido que no puede gobernarse a sí mismo, ¿como va a poder gobernar el país?".

El profesor de la Universidad de Leicester cree que Sunak tendrá una oportunidad de unir a su formación en las próximas semanas, "pero eso será solo porque la crisis ha ido a peor, y los diputados conservadores se asoman al precipicio".

Simon Tormey señala las diferencias en torno a la economia. "Algunos pueden estar un poco preocupados por que Sunak pueda ser un primer ministro que gaste mucho, y otros pueden pensar que es fiscalmente muy conservador y que eso puede conducir al Reino Unido a una recesión mayor".

Pero destaca que es normal que exista un amplio espectro ideológico en en el Partido Conservador, al igual que en el Laborista y en otras formaciones.

Sunak deberá navegar las aguas revueltas de su partido en varios asuntos importantes. Por ejemplo, el Brexit. El Reino Unido aún tiene que negociar con la UE cambios en el protocolo de Irlanda del Norte. El nuevo primer ministro recibirá presiones del ala más anti-europea de los tories para reescribir partes del acuerdo inicial sin ceder a las peticiones de la UE.

También recibirá peticiones para endurecer el control de la inmigración, un asunto que preocupa a los británicos y que muchos conservadores creen que puede ser clave en las próximas elecciones.

El Partido Conservador debe ponerse en forma antes de las elecciones locales del próximo mayo, las últimas importantes antes de las generales. "Si a los conservadores les va mal, podrían actuar, cambiar de líder, no sabemos - explica Cygan - Puede haber otra crisis de liderazgo entre este momento y las próximas elecciones generales".

Darle la vuelta a las encuestas

Si se celebraran elecciones hoy mismo, el Partido Conservador sufriría una amplia derrota y laboristas, dirigidos por Keir Starmer, les sacarían entre 26 y 30 puntos de ventaja, según los sondeos.

Las encuestas muestran también que ninguno de los actuales dirigentes conservadores, incluyendo a Sunak y Johnson, cuenta con el apoyo de los electores.

"Hay la sensación de que la reputación de los conservadores está dañada - explica a RTVE.es Martin Baxter, fundador y director de la web de encuestas Electoral Calculus - Los laboristas parecen el partido que más probablemente ganará las próximas elecciones, su ventaja es extraordinaria. Tiene que haber un gran cambio de opinión para revertir eso. Es posible, pero no parece probable".

Simon Tormey cree que en parte las encuestas reflejan el desastre del gobierno de Liz Truss. "Antes eran malas pero ahora son terribles - comenta - Cabría esperar que con un Gobierno en calma y un plan financiero, se puedan tranquilizar las cosas".

"Por supuesto ahora hay un clamor en el público para que se convoquen unas elecciones generales, porque la gente siente que con un tercer ministro desde las elecciones de 2019 deben expresar su opinión - continúa - Pero los conservadores no tienen ninguna intención de convocar elecciones a menos que puedan ganar, así que no las espero este año o el que viene".

El profesor de Bristol recomienda seguir la evolución de las encuestas desde ahora hasta Navidad. Solo en el caso de que los números le sean favorables, Sunak podría plantearse anticipar los comicios para obtener su propio respaldo.

Adam Cygan advierte que, aunque los tories retrasen los comicios hasta la fecha máxima, en enero de 2025, eso no les garantiza evitar el desastre. "Una vez que comience la campaña, las encuestas se pueden acercar, pero Sunak no es bueno haciendo campaña, tendrá problemas", asegura. "Le cuesta hacer llegar su mensaje, y siempre será visto como un primer ministro rico que no entiende por lo que pasa la gente normal".

Tanto Cygan como Baxter recuerdan lo ocurrido con John Major, primer ministro conservador entre 1990 y 1997. Sucesor de Margaret Thatcher, Major ganó las elecciones de 1992 con un 41,9% del voto, pero su gobierno entró poco después en crisis por diferencias internas, escándalos y problemas económicos. A pesar de eso, decidió agotar la legislatura a toda costa. En la siguiente cita electoral, en 1997, la economía estaba en mejor forma, pero los votantes aprovecharon que se les daba la oportunidad de castigarle: Tony Blair llegó al poder con una mayoría aplastante y los laboristas lo conservaron durante 13 años.