La viruela ovina afecta ya a más de 200 explotaciones en la zona norte de Granada
- Se han sacrificado cerca de 3.000 cabezas de ganado para frenar la expansión de la enfermedad
- España ha perdido el estatus de país libre de viruela ovina al tener focos concentrados en Baza y Benamaruel
En España, no se habían detectado focos de la viruela ovina y caprina desde 1968. Todas las alarmas saltaron el mes pasado cuando se detectó el primer caso en una explotación en Benamaurel. Hasta el momento son nueve los focos que se han declarado en la comarca de Baza. “En el pueblo la noticia corrió como la pólvora”, nos cuenta Antonio Galea, ganadero que, por ahora, no ha visto afectado a su ganado. “Mi vecino salió positivo y me llamó para decirme que me encerrara”.
“Antes del miércoles me las sacrificaron a todas: 950 cabezas que había entre adultas y pequeñas. “
La enfermedad vírica, que no se transmite al ser humano, está catalogada como de declaración obligatoria. Tras comunicar las sospechas de los ganaderos, la Consejería de Agricultura pone en marcha inmediatamente el protocolo de prevención y control sanitario, que incluye el sacrificio de los animales afectados. Pedro Francisco Ruíz Martínez lo vivió en primera persona: “El domingo detecté que podía ser positiva de la viruela del mono. Llamé a la veterinaria y el lunes vinieron. Se confirmó cuando le sacaron sangre. Antes del miércoles me las sacrificaron a todas: 950 cabezas que había entre adultas y pequeñas”.
A pesar de que se ha informado de que esta cepa no afecta a las cabras, hay que sacrificar por prevención todo lo que hay dentro de una explotación. “Es muy duro presenciar el sacrificio de todos los animales”, afirma Pedro Francisco. “Ellos dicen que, si quieres, te puedes ir, pero hay que estar presente por si algo sucede”.
Además del sacrificio, el protocolo incluye la desinfección de las explotaciones. “Todo tiene que pasar por doble desinfección con ocho días de diferencia”, afirma Ruíz.
“Tengo las ovejas confinadas desde hace ya un mes. “
Antonio Galea ha recibido inspecciones de veterinarios que buscan el sarpullido por las ubres. A pesar de no tener síntomas, el ganadero decidió confinar a sus ciento cincuenta ovejas y sus veinte cabras. “Tengo las ovejas confinadas desde hace ya un mes”, cuenta. “Me encerré porque había casos cerca y quería salvarlas. De momento, parece que no están enfermas”.
Quinientos mil euros para pienso
Como la incubación del virus dura entre dos y doce días, se impone como medida principal un confinamiento extremo del ganado para evitar que se pueda extender la enfermedad. En la actualidad, más de 14.200 ovejas permanecen confinadas.
“No puedes dejar de echarle pienso, que ha subido por las nubes. “
Sacar los rebaños a pastar es una acción que está bajo multa de hasta treinta mil euros. Esto implica que los ganaderos deben darles de comer pienso dos veces al día. “No puedo vender los corderos de matar aún”, afirma Antonio al tener todavía su ganado en confinamiento preventivo, “y no puedes dejar de echarle pienso, que ha subido por las nubes”.
La Junta de Andalucía ha anunciado una ayuda de quinientos mil euros para la alimentación de este ganado inmovilizado. “A ver cuándo viene y si la dan porque luego empiezan a pedir papeles”, reacciona Galea cuando le informamos de su existencia. “Yo del pienso que compro para los corderos tengo todas las facturas”.
Preocupación por las ventas de fin de año
Los ganaderos temen el posible hundimiento de las ventas de cara a la navidad, lo que podría llevarlos a la ruina. “No poder venderlos es un problema porque los corderos de matar ya están gordos y se tendrían que haber vendido, pero no se pueden vender”, explica Antonio Galea.
Aquellos que han visto a su ganado afectado, como Pedro Francisco, está a la espera de una indemnización. Dependiendo de la edad del animal, la cuantía de la indemnización varía. Pedro Francisco Ruíz nos lo explica: “Cuatro euros por cabeza por sacrificarlas aquí. Si son mayores de cinco años, la cuantía serían unos noventa euros. Si son menores, como las que tenemos de reposición para ir dejando para nuevas madres, unos cincuenta euros. Los corderos pequeños, unos cuarenta euros”.
Volver a iniciar el negocio es difícil y costoso, según Pedro Francisco Ruíz. “Porque lo que ellos nos van a indemnizar no es lo que vale, pero es lo que hay: empezar de nuevo con pocas, ir dejando y volver a intentarlo”.
“Hasta dentro de seis meses no me aconsejarán que vuelva a empezar. “
Además, tienen que darle permiso a los afectador para empezar de nuevo. “Se comenta que el virus podría aguantar en lana aguantar. Aquí hay muchos pinos, por lo que se ha podido quedar lana. Hasta dentro de seis meses no me aconsejarán que vuelva a empezar”, explica desanimado. “Prepararemos la tierra para volver a sembrar para poder tener pastos, por si podemos empezar de nuevo, pues tener donde poder seguir buscándonos la vida”.