¿Por qué el tomate ya no sabe a tomate?
- Los consumidores se quejan de la pérdida del sabor de esta fruta, especialmente cultivada en España
- El 65 % de la producción nacional de tomate se concentra en Almería, aunque está en regresión por la falta de rentabilidad
- Cada año surgen más variedades, pero los consumidores no siempre están dispuestos a pagar su precio
El tomate es una de las hortalizas más populares y consumidas del mundo. Ofrece un amplio surtido de variedades con diferentes formas y colores, pero si preguntamos en un mercado, la queja es unánime: se echa en falta el sabor. ¿Por qué el tomate ya no sabe a tomate?
"Si buscas sabor tienes que encontrar género bueno. Lo hay barato, pero no es tan bueno. Hay tomate que lo tiras y rebota en el suelo; son duros, no valen nada", asegura Anastasio Félix, propietario de un puesto de hortalizas en el Mercado de Sant Ildefonso, en Cornellà (Barcelona).
Las mejoras genéticas no ha priorizado el sabor
Un lugar donde pueden explicar qué ha sucedido con el sabor del tomate es en la universidad de Almería. El catedrático de Genética, Rafael Lozano, en 1990 empezó los primeros estudios dirigidos a encontrar los determinantes genéticos que hacen que un fruto tenga mejor sabor.
“La mejora genética se ha centrado en la productividad, no se ha ido en detrimento del sabor “
"Durante años, la mejora genética se ha centrado en aquellos genes que intervienen en la productividad de una planta, tamaño de fruto o número de frutos por planta. No se ha ido en detrimento del sabor, sino que sencillamente la selección ha ido con base en la producción", explica Rafael Lozano, quien asegura que no solo ha ocurrido este fenómeno con el tomate, sino con otras muchas frutas y hortalizas.
"El sabor durante un tiempo ha sido un criterio secundario respecto a la producción y ahora esto es inimaginable", argumenta Lozano.
Antonio Begines es un agricultor de Los Palacios, Sevilla, que se ha criado entre tomates. Él cultiva una variedad de acuerdo con los criterios de la cooperativa Las Nieves para la que trabaja.
"El sabor me ha preocupado toda la vida. Sí es verdad que los otros tomates que se sembraban antiguamente se hacía en su fecha concreta, y tenían más sabor a tomate porque eran semillas propias nuestras. A mí me gusta el tomate que sepa a tomate y que tenga ese punto dulce que te llena, por eso aquí el tomate se denomina 'bombón colorao'" asegura Antonio.
La producción de tomate en Los Palacios y Villafranca llega alcanzar la cifra récord de 15 millones de quilos, y gran parte de ellos son para la empresa Don Simón, que lo utiliza como materia prima para su gazpacho.
Competencia extranjera para los productores españoles
Almería, que ha sido considera la provincia productora de tomate por excelencia, sufre la fuerte competencia del tomate marroquí, mucho más barato, lo que está provocando un cambio de cultivos hacia el pimiento o la berenjena, que suponen menos costes.
“Hay variedades de tomate que tienen mucho sabor, pero el sabor hay que pagarlo“
Para la Asociación de organizaciones de productores de frutas y hortalizas de Almería, Coexphal, la solución está en la especialización. "Tenemos que trabajar la diferenciación, el valor añadido, lo que supone nuestro producto respecto a terceros países y necesitamos comunicarlo. (...) Prácticamente las casas de semillas llevan 10 años trabajando en esta línea. El que quiera, ahora mismo, hay variedades de tomate que tienen mucho sabor, pero el sabor hay que pagarlo", cuenta su gerente, Luis Miguel Fernández.
La cooperativa La Palma en Carchuna, Granada, ha apostado por una nueva variedad, se trata de amela, el tomate premium japonés. El éxito de este tomate, explica Cecilia Rodríguez, ingeniera agrónoma, es que "recuerda el sabor de la fruta": "Esta sensación va directa al cerebro, por eso decimos que es el tomate de la felicidad".
Parte del secreto de amela está en tener poca producción para que el sabor se concentre mejor en el fruto.