La economía española se frena: crece un 0,2 % en el tercer trimestre
- El consumo de los hogares se mantiene al alza en un contexto de inflación y endurecimiento de los tipos de interés
- La peor parte se la lleva la inversión en vivienda, que se sitúa en terreno negativo tras el buen comportamiento en primavera
La temporada turística no consiguió evitar el frenazo de la economía española entre julio y septiembre. La inflación, la crisis energética y el endurecimiento de las condiciones financieras siguen haciendo mella en los bolsillos de los consumidores y los balances de las empresas y así se ha reflejado en el dato adelantado del Instituto Nacional de Estadística (INE), que apunta a un crecimiento del 0,2 % en el tercer trimestre, frente al 1,5 % registrado entre abril y junio.
Tras un segundo trimestre positivo, alentado por la recuperación total del turismo tras el fin de las restricciones, se han confirmado las previsiones que apuntaban a una desaceleración en la segunda mitad del año. No obstante, la economía española ha conseguido aguantar el golpe de un contexto muy desfavorable y, gracias al empuje del consumo en los meses de verano, aleja por el momento los fantasmas de la recesión (dos trimestres en negativo consecutivos). La cifra, no obstante, será revisada por el organismo estadístico en diciembre.
Respecto al mismo trimestre del año anterior, el incremento es del 3,8 %, prácticamente la mitad que el dato interanual de abril a junio (6,8 %), como consecuencia de una menor aportación tanto del sector exterior como de la demanda nacional, apunta el INE. Así, en términos interanuales, la contribución de la demanda nacional al crecimiento del PIB fue de 0,8 puntos, 1,1 menos que en el segundo trimestre; mientras que la demanda externa aportó 3 puntos, 1,9 menos que en primavera.
Ante este contexto, el ministerio de Asuntos Económicos se mantiene optimista y señala que estos datos hacen "muy probable que el crecimiento anual de 2022 se sitúe incluso por encima del 4,4 % de la previsión del Gobierno". Aun así, España sigue lejos de recuperar los niveles previos a la pandemia, algo que la mayoría de organismos económicos retrasa ya al primer trimestre de 2024.
Lo cierto es que todo está sujeto a una elevada incertidumbre. Según la previsión del Banco de España, los elevados precios del gas y la electricidad se dejarán notar especialmente en el cuarto trimestre y en el primer trimestre de 2023. Después, a partir de la primavera, la actividad volvería a despegar. De hecho, la mayoría de organismos económicos prevén que España sea el país que más crecerá el próximo año, alrededor de un 1,5 %.
El consumo de los hogares resiste
El consumo de los hogares fue uno de los principales motores del crecimiento en el tercer trimestre. El indicador se situó en el 1,1 %, apenas una décima inferior al registrado en el segundo trimestre del año, coincidiendo con los meses de verano y un tradicional repunte en el gasto de las familias. Pese a ello, la inflación ha impactado de lleno en la riqueza de los hogares, lo que ha implicado que muchas de ellas se hayan visto obligadas a apoyarse en el ahorro acumulado durante la pandemia.
En la misma línea, el gasto público aumentó un 0,6 % entre julio y septiembre, volviendo a tasas positivas tras tres trimestres consecutivos de descensos; si bien se registró un descenso del 0,2 % en el consumo de las instituciones sin fines de lucro, frente al crecimiento del 0,5 % del trimestre anterior.
Frente al buen comportamiento del turismo de julio a septiembre, la inversión en vivienda, esto es, la construcción, desaceleró su crecimiento trimestral en casi siete puntos, desde el 6,5 % del segundo trimestre al -0,1 % en el tercero. Entre otros motivos, la caída se explica por la subida de precios de las materias primas, la escasez de suministros o las altas temperaturas del verano. Por su parte, el Plan de Recuperación impulsó un mayor dinamismo de la inversión en bienes de equipo y propiedad intelectual hasta repuntar un 1 %, frente al 0,4 % del trimestre anterior.
Las importaciones crecen y las exportaciones se ralentizan
El peor comportamiento de la economía también se explica por el aumento de las importaciones, que repuntaron el 3,7 %, casi un punto porcentual más que en el segundo trimestre. En la misma línea, se registró un menor ritmo de avance en las exportaciones: crecieron un 1,3 %, muy por debajo del 4,9 por ciento del trimestre anterior.
Otro dato preocupante es el número de horas trabajadas, que descendió un 0,1 % respecto al segundo trimestre. En este sentido, la Encuesta de Población Activa (EPA) conocida este jueves ya dejó una sensación agridulce para el mercado de trabajo con 60.800 personas más en situación de desempleo, pero con un cierto impulso de la creación de empleo con 77.700 ocupados más.
Fuentes del Ministerio de Economía valoran que la economía española haya seguido creciendo "incluso en un trimestre marcado por el deterioro del entorno exterior y las subidas de los tipos de interés" y añaden que "la solidez del crecimiento" se refleja en el "avance de la demanda interna, la cifra récord de exportaciones y el buen tono de la actividad industrial".
El INE, por su parte, ha explicado que el avance de datos de este tercer trimestre se ha realizado a partir de indicadores estadísticos que ofrecían resultados hasta agosto, aunque se han incorporado algunas estimaciones de indicadores referidos al mes de septiembre. No obstante, avisa de que las futuras revisiones de los datos podrían ser "de mayor magnitud que la habitual" por el contexto económico de cambios "tan bruscos" que se vive actualmente.