La vida después de sufrir un ictus: "Mi forma de comunicarme era llorar, tenía el cuerpo paralizado totalmente"
- Más de 110.000 personas en España sufren un ictus cada año, de las cuales un 15% mueren y el 30% padecen dependencia
- Los expertos alertan de que los casos en población joven van en aumento.
Mario recuerda con viveza el día que sufrió un ictus. Su cuerpo se había quedado paralizado y, desde entonces, sufre problemas de movilidad. "Mi forma de comunicarme era llorar, no podía ni hablar. Tenía el cuerpo paralizado totalmente", ha relatado a TVE, en el gimnasio donde realiza actividades acuáticas para mejorar su coordinación.
"Si hubiera ido un día antes, a lo mejor no estaba ahora mismo aquí. Estaría haciendo mi vida normal y trabajando tranquilamente. Cuanto más se tarda en reaccionar e ir a recibir atención médica, es peor", lamenta. Aún así no pierde el optimismo cada vez que avanza en sus ejercicios: "Es una forma de ir diciendo 'voy mejor, hoy sí puedo'. Si no hiciese estas cosas estaría totalmente bloqueado", añade.
Más de 110.000 personas en España sufren un ictus cada año, de las cuales un 15 % mueren y el 30 % padecen dependencia funcional, según datos de la Sociedad Española de Neurología, que recuerda este sábado, Día Mundial del Ictus, la importancia de la detección temprana y de evitar los factores de riesgo de este trastorno de circulación cerebral. "Los síntomas los podemos resumir en dificultad para hablar o entender, pérdida de sensibilidad en la mitad del cuerpo y problemas de visión", enumera el Jefe de la Unidad de Ictus del Hospital Clínico San Carlos, José Antonio Egido.
El ictus es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres y, según las previsiones, en los próximos 10 años, los casos aumentarán un 34 %, los fallecimientos un 45 % y las personas con discapacidad un 15 %. Se calcula que 1 de cada 4 adultos sufrirá un ictus a lo largo de su vida.
La mayor parte de los casos se podrían prevenir, según los expertos
Una vez detectados los síntomas, desde la Fundación Freno al Ictus, recalcan la importancia de recibir atención médica lo antes posible. "A partir de ahí al hospital no se va, al hospital te llevan, y te llevan los servicios de emergencias, porque ellos saben los que están preparados y los que están de guardia", indica el presidente de la entidad, Julio Agredano.
El 90 % de los casos se podrían prevenir, dicen los expertos, controlando algunos factores de riesgo. "Hay que tratar la hipertensión, reducir el alcohol y el tabaco, así como el estrés", explica la presidenta de la Federación Española del Ictus, Carmen Aleix.
El estrés, precisamente, fue una de las causas del ictus que sufrió Magdalena. "Yo me dedicaba a un trabajo que era muy estresante. Yo me iba a trabajar incluso con dolor de cabeza y, a veces, la vida te para", cuenta sobre el ataque por el que perdió la visión del ojo izquierdo y parte del derecho.
La pintura es ahora su herramienta terapéutica: los colores le ayudan a transmitir lo que siente y a que la vida- reconoce- sea menos oscura. "Aquí, no soy esa Magdalena inútil que está en casa tropezándose con las cosas, soy una Magdalena creativa y eso me satisface", añade.
La vida de Beatriz también dio un vuelco. El día que salió de cuentas, sufrió un ictus y tras inducirle un coma y practicarle una cesaria para el nacimiento de su hija, despertó sin poder mover el cuerpo. Tuvo que aprender de nuevo a realizar acciones cotidianas como moverse, comer o hacer la cama. "Es muy duro, yo quería ejercer de madre, pero no podía jugar con ella", describe a TVE.
Una vez pasada la fase de emergencia, Beatriz empezó la recuperación, algo que, según explica, puede llegar a ser muy costoso. "De 3.000 euros para arriba", cifra esta joven. Muchas personas requiren, por tanto, ayuda de ONGs o familiares para conseguir mejorar y cumplir objetivos tan sencillos como el de pasear con su pequeña.
Aumentan los casos de ictus en personas jóvenes
Aunque suele asociarse a la edad, ya que más del 60 % ocurre en menores de 70 años y el 16 % en personas por debajo de los 50 años, la Sociedad Española de Neurología alerta de que los casos de ictus en población joven van en aumento.
Este es el caso de Jaime, un joven de 23 años, que el día que sufrió el ictus estaba jugando al fútbol. "Se me paralizó la boca justo cuando el árbitro pitó el final del partido. Yo no notaba nada, pero de repente fui a hablar con un compañero y vi que me miraba raro. Me fui al banquillo y cuando fui a coger las espinilleras, no me cerraba la mano, entonces me alarmé".
"Estamos viendo que cada vez está siendo más frecuente en jóvenes, probablemente porque alguno de los factores de riesgo, como el estrés continuado", y otros clásicos como el consumo excesivo de alcohol, el tabaco, el sedentarismo o la obesidad, "son muy habituales en esta población", indica la coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la organización, Mar Castellanos, a EFE.
Por suerte, Jaime tenía cerca un médico que se lo llevó enseguida al hospital. La premura en la reacción hizo que recibiera un tratamiento en las primeras cuatro horas desde el ataque que permitió disolver el coágulo. "Jaime, tu actitud va a marcar el 90 % de tu recuperación. El otro 10 % ya te lo irá pidiendo el cuerpo", recuerda el joven parafraseando las frases que su médico le dijo en aquel momento y que tiene grabadas en su mente. "Al final, el ictus debería marcarte barreras, pero nunca debería ser un impedimento para nada", relata con optimismo a EFE, mientras intenta retomar su vida.