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Análisis | Elecciones en Brasil

Bolsonaro y Lula culminan su duelo por la Presidencia de Brasil: ¿a quién tienen que convencer para ganar?

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Toallas con las imágenes del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y el exmandatario y líder del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil
Toallas con las imágenes del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y el exmandatario y líder del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil

Las elecciones presidenciales en Brasil, en las que son candidatos para la segunda vuelta el actual presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro, y el exmandatario y líder del Partido de los Trabajadores (PT), el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, han disparado la división del país casi en dos mitades, entre los partidarios de uno y de otro.

Los sondeos muestran que Lula da Silva se verá más favorecido por los votos de la mayoría de los brasileños que tienen los ingresos más bajos, las mujeres, los católicos y los que viven en estados del nordeste del país, una de las zonas más deprimidas de Brasil.

Sin embargo, si quiere conseguir la victoria, tendrá que ganarse a los que apoyan a Bolsonaro y atraer -por ejemplo- el voto de los evangélicos, que constituyen un tercio de la población del país. Alrededor del 66% de los evangélicos respalda a Bolsonaro, frente al 28% que apoya a Lula da Silva, según una encuesta de Datafolha.

“Hay un porcentaje de votantes detrás de cada uno de los candidatos que son fieles seguidores de su candidato y esto lo podemos ver en el resultado de las elecciones legislativas”, explica a RTVE.es el investigador del Real Instituto Elcano, Carlos Malamud. “Una cantidad importante de ciudadanos se inclinó por uno o por otro en función del rechazo que tiene al otro candidato. Lula y Bolsonaro son los dos políticos que generaron más rechazo en Brasil”, añade.

En esta segunda vuelta de los comicios, los expertos coinciden en que el voto de los indecisos “va a ser muy decisivo”. “El país está muy polarizado. Muchas de las posiciones están ya cristalizadas, pero todavía un porcentaje de personas puede cambiar de opinión en el último minuto”, detalla en declaraciones a RTVE.es el profesor de la Universidad de York, Joao Nunes.

Los desfavorecidos, los católicos y las mujeres se inclinan por Lula

A pesar de que los analistas aseguran que es difícil establecer un perfil del votante medio de Lula y de Bolsonaro, las diferentes encuestas de opinión que se han llevado a cabo en Brasil en los últimos meses han mostrado en cierta manera cómo van a orientar predominantemente su voto diferentes colectivos según la edad, la renta o incluso la religión.

“Estamos hablando de muchos millones de votantes en cada lado, pero creo que en general se pueden identificar algunas tendencias claves”, afirma Nunes. “Lula tiene cierta ventaja en los estados del nordeste del país. También tiene ventaja entre los pobres, entre los católicos y entre las mujeres”, detalla.

Según un sondeo realizado por la consultora Datafolha entre el 17 y el 19 de octubre, en esta segunda vuelta de las elecciones votará por Lula da Silva cerca del 60% de los católicos y también el 51% de las mujeres.También votarán por el líder izquierdista el 58% de las personas menos educadas de Brasil, así como el 57% de aquellos que cuentan con los ingresos familiares más bajos y cerca del 70% de los brasileños que viven en el nordeste del país, una de las zonas donde se encuentran los ciudadanos más vulnerables.

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El investigador del Real Instituto Elcano explica que “no es tan sencillo” como que la mayoría de los pobres vaya a votar por Lula da Silva y la mayoría de los ricos por Bolsonaro. “Sí es verdad que el núcleo de votantes de Lula está en el nordeste, pero también hay que tener en cuenta que Bolsonaro ha tenido apoyo en las elecciones en los estados más pobres”, recalca Malamud, quien detalla que esto se debe en parte “por los gastos sociales que ha realizado Bolsonaro con la intención de ganar sin ningún tipo de escrúpulos a los votantes más pobres”.

El presidente brasileño ha tenido problemas para ganarse el apoyo de los pobres, pero en agosto aumentó los pagos en asistencia social en un 50%. Los brasileños más desfavorecidos han recibido desde entonces 200 reales al mes (unos 37 euros) con los que han podido pagar la electricidad, algo más de comida e incluso reparar techos con goteras.

“El bolsonarismo atraviesa en vertical la sociedad. Hay mucha gente pobre que va a votar a Bolsonaro. Bolsonaro dice lo que quieren oír, es puro y duro populismo”, asegura a RTVE.es la profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas, Sonia Alda. “Hay mucha gente desesperada que quiere lograr algún tipo de asistencia”, añade.

Los votantes de Bolsonaro: ricos, de clase media y de poblaciones pequeñas y medianas

En el otro lado se encuentran la mayoría de los votantes fieles a Bolsonaro. Según la encuesta de Datafolha, el 55% de los votantes que gana más de diez salarios mínimos se inclina por el actual presidente, así como el 55% de aquellos que viven en el sur del país y el 47% de los que se encuentran en el estado de Sao Paulo, frente al 43% que elegirá a Lula da Silva.

“Bolsonaro reúne más apoyo entre los votantes más ricos, de clase media y de clase media-alta, y tiene fuerte presencia en el sureste de Brasil”, subraya el profesor de la Universidad de York. “En estados como Río de Janeiro y Sao Paulo también tiene una presencia sólida, así como en poblaciones medianas y pequeñas”, asevera.

Alda opina que “el bolsonarismo no parece una cuestión tan coyuntural como podríamos haber pensado anteriormente”. “Le vota muchísima gente por distintas motivaciones: una porque son anti-lulistas directamente, otra porque son anti-PT y otra porque Bolsonaro ha conseguido asociar la corrupción a Lula y es una estrategia que ha funcionado”, recalca la profesora.

En cuanto al apoyo a Bolsonaro por parte de las mujeres, Alda afirma que “no se puede decir que las mujeres no voten” al presidente. “Bolsonaro ha moderado algo el discurso. Ha evitado soltar las perlas que suelta, pero no puede convencer a la mujer que no es ultraconservadora”, opina.

El presidente de Brasil, conocido por su adopción de valores familiares tradicionales y sus opiniones machistas, se ha estancado con el 42% del voto femenino, según la encuesta de Datafolha. Las mujeres representan alrededor del 52% del electorado brasileño.

División del voto por razas y por edades

La edad y raza de los votantes también orienta en partes las predilecciones políticas de los electores brasileños. Según Datafolha, el 58% de los votantes negros se inclina porque Lula da Silva sea el próximo presidente de Brasil, frente al 38% que se decanta porque Bolsonaro continúe un segundo mandato.

“Se puede decir que el votante de Bolsonaro tiende a ser blanco. Tradicionalmente, los brasileños de raza negra tienden a ser pobres”, explica el profesor de la Universidad de York. “Se puede decir que la gente de raza negra y los indígenas tienen a ponerse del lado, en su mayoría, de las políticas progresistas, del lado de Lula, pero también hay mucha gente negra que vota por Bolsonaro”, detalla.

Por otro lado, Brasil es uno de los pocos países que permite que los jóvenes entre 16 y 18 años voten. A pesar de que el líder del PT acaba de cumplir 77 años, la mayoría de los jóvenes brasileños le votará porque afirman que está muy comprometido con temas como el cambio climático o los derechos LGTBIQ+. Según la encuesta de Datafolha, el 50% de los electores más jóvenes se decanta por Lula, frente al 41% que lo hace por Bolsonaro.

Aunque las encuestas muestran un ligero mayor apoyo de los jóvenes a Lula, Nunes destaca que “uno de los problemas de la campaña de Lula es que se ha basado en una especie de nostalgia por sus años dorados, pero olvida que muchos votantes jóvenes no vivían entonces”. El analista subraya además que la campaña de Bolsonaro es “extremadamente eficaz en las redes sociales y está a millas de distancia de la de Lula”. “Hay que esperar que haya muchos jóvenes que se sientan atraídos a esto”, añade.

La importancia del voto evangélico en Brasil

Los evangélicos constituyen casi un tercio de la población de Brasil, una cifra que supone más del doble que hace dos décadas. Según la última encuesta de Datafolha, alrededor del 66% de los evangélicos apoya a Bolsonaro, frente al 28% que respalda a Lula da Silva.

“Brasil es todavía un país predominantemente católico. El porcentaje de evangélicos está creciendo con rapidez y la influencia se debe a que las iglesias y los líderes evangélicos son muy militantes políticamente”, indica Nunes. “La iglesia católica ha mantenido una posición en general neutral en términos electorales, pero las iglesias y líderes evangélicos han estado pidiendo activamente el voto para Bolsonaro”, añade.

Por esta razón, para Malamud el voto evangélico es “un voto importante y decisivo” en estas elecciones. “Bolsonaro ganó las elecciones de hace cuatro años gracias a la alianza de las llamadas tres B: biblia, buey y bala. El voto evangélico sigue siendo mayoritariamente a favor de Bolsonaro, aunque es verdad que Lula ha hecho un gran esfuerzo para captar parte de ese voto”, subraya.

Después de la primera vuelta de los comicios, Bolsonaro dijo en tono acusador que Lula da Silva es un “ateo”, “comunista” y “abortista” y aseguró que pretende “perseguir a los cristianos” y “cerrar iglesias”. En un intento por ganarse su voto, el líder del PT publicó una carta a los evangélicos de Brasil en la que prometía respetar las libertades religiosas si ganaba las elecciones y, sobre el aborto afirmó que, si bien es necesario “entender que es la mujer quien tiene la hegemonía sobre su cuerpo”, el debate sobre legislar esta cuestión le corresponde también al Congreso.

Pocos votantes indecisos, pero decisivos

El porcentaje de indecisos en esta segunda vuelta de las elecciones ronda en torno al 7% de los electores que en la primera vuelta optaron por terceras opciones, como la senadora Simone Tebet, que quedó en tercer lugar. Tebet dio su respaldo a Lula da Silva y busca convencer a sus simpatizantes para que cambien sus votos por el líder izquierdista.

Por su parte, Lula también ha recibido el apoyo de la formación de Ciro Gomes, el Partido Democrático Laborista (PDT), quien quedó en cuarto lugar en la primera vuelta con un 3,04% de los votos.

Sin embargo, según una encuesta de Quaest, más del 30% de los seguidores de esta senadora centrista sigue indeciso entre Bolsonaro y Lula da Silva y que, según Alda, se trata de un porcentaje “decisivo que marcaría la victoria de uno o de otro”.

En la misma línea, Malamud recalca que “es bastante probable que buena parte de esa gente indecisa se abstenga”. “Si eso es así, si las cifras que dan las encuestas no se mueven demasiado, las posibilidades de Lula de ganar serían mayores, pero si los indecisos terminan votando, la cosa se complicaría un poco”, añade.