Lula vence a Bolsonaro por la mínima en un Brasil dividido en dos
- El expresidente hace historia al lograr un tercer mandato y derrotar al mandatario ultraderechista
- El recuento ha estado muy ajustado durante toda la noche tras una campaña de máxima tensión
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El expresidente y candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, ha ganado este domingo las elecciones presidenciales de Brasil por un estrecho margen con el 50,9% de los votos, frente al 49,1% obtenido por el ultraderechista Jair Bolsonaro, con el 99,99% de las papeletas escrutadas.
En las presidenciales más polarizadas de la historia de Brasil, más de 156 millones de ciudadanos estaban convocados a las urnas y han fijado su posición en esta segunda vuelta que se ha celebrado en el país después de una campaña marcada por la crispación.
En la primera vuelta de los comicios, el líder izquierdista se impuso a Bolsonaro con una ajustada victoria. Lula da Silva obtuvo un 48,43% de las papeletas, frente al 43,2% de su principal adversario.
Lula promete unidad: "No existen dos Brasiles"
En sus primeras palabras tras ganar las elecciones presidenciales, Lula da Silva se ha comprometido a gobernar Brasil "en una situación muy difícil, pero con la ayuda del pueblo vamos a encontrar una salida para que el país vuelva a vivir democráticamente".
El líder izquierdista ha asegurado que a partir del 1 de enero de 2023 -cuando asuma el poder- gobernará para 215 millones de brasileños, no sin antes agradecer el apoyo que le devuelve a primera línea: "Quisieron enterrarme vivo y aquí estoy", ha dicho.
Además, ha prometido unidad: "No existen dos Brasiles. Somos un único país, un único pueblo, una gran nación. Este pueblo está cansado de ver al otro como enemigo. Es hora de bajar las armas. Las armas matan y nosotros escogemos la vida", ha subrayado el presidente electo.
Lula da Silva también ha recalcado que su principal objetivo es acabar con el hambre en Brasil "una vez más" y ha prometido fortalecer la lucha contra la violencia machista, así como "enfrentar sin tregua el racismo y la discriminación".
Asimismo ha asegurado que su país es "demasiado grande para ser relegado al triste papel de paria en el mundo" y que luchará por un comercio internacional "más justo". También ha destacado qeu Brasil "está preparado para retomar su protagonismo en la lucha contra la crisis climática". "Brasil y el planeta necesitan una Amazonia viva y que respire", ha remarcado.
Lula ha salido a celebrar su victoria junto a miles de asistentes que se han concentrado frente a su hotel en Sao Paulo, en la avenida Paulista, donde ha afirmado a la multitud que "la democracia ha vuelto a Brasil". "Hemos derrotado al autoritarismo y al fascismo en el país", ha señalado.
Bolsonaro guarda silencio
Rodeado de un pequeño equipo de sus miembros de Gobierno y familiares, Bolsonaro ha pasado la noche electoral en Brasilia, en el Palacio Presidencial.
Tras la victoria de Lula da Silva y a pesar de que el Tribunal Electoral de Brasil la reconociera de forma oficial, tanto el jefe del Estado como sus familiares han permanecido en silencio. Bolsonaro ha evitado comparecer en público, tampoco se ha manifestado a través de las redes sociales ni ha llamado a Lula da Silva para reconocer la derrota.
Sin embargo, el líder izquierdista ha recibido el reconocimiento de los titulares de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y del Senado, Rodrigo Pacheco, así como de los magistrados del Tribunal Supremo. Además, otras figuras del bolsonarismo también han reconocido la victoria de Lula, entre ellas el pastor evangélico Silas Malafaia y la senadora Damares Alves.
Retenes policiales que habrían obstaculizado a los votantes
Durante la jornada, la Policía Federal de Tráfico (PRF, según sus siglas en portugués) ha realizado al menos 560 intervenciones en diversas carreteras del país en medio de las votaciones, algo que, según ha denunciado la campaña de Lula da Silva, se ha producido sobre todo en el noreste del país, el mayor fortín del líder del PT.
El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil, Alexandre de Moraes, ha informado de que el director de la PRF le había explicado que esos retenes estaban justificados en base al Código de Tránsito Brasileño. "En algunos casos retrasó la llegada de los electores, pero en ningún caso les pidió llegar a las secciones electorales", ha subrayado De Moraes, quien ha matizado que se investigará "si hubo desvío de finalidad o abuso de poder".
Por su parte, la organización Human Rights Watch (HRW) ha manifestado su preocupación por estos retenes y ha recordado que las autoridades electorales habían prohibido este domingo cualquier operación policial que pudiese afectar el transporte público de los electores. "Estamos muy preocupados con las denuncias de operaciones de la Policía Federal de Carreteras que supuestamente están impidiendo o retrasando el acceso a los locales de votación de electores que usan transporte público", ha indicado la organización.
Una campaña polarizada
Lula da Silva y Bolsonaro han dividido a los votantes brasileños como no se había visto en la historia reciente del país y han apurado hasta el último momento de este sábado para cerrar la polarizada campaña que se ha prolongado por dos meses y medio.
A lo largo de la campaña, el favoritismo del líder izquierdista se ha mantenido constante a lo largo de la campaña electoral. Lula da Silva recuperó sus derechos políticos en 2021 después de pasar 580 días en la cárcel por procesos de corrupción que fueron anulados.
A pesar de que las posiciones de ambos están prácticamente fijadas, tanto Bolsonaro como Lula da Silva se han centrado en las últimas en convencer a los indecisos y a los absentistas, que llegaron al 20% en la primera vuelta de las presidenciales.
Lula da silva tiene una amplia ventaja entre los brasileños con los ingresos más bajos, las mujeres, los católicos y aquellos que viven en estados del nordeste del país, una de las zonas más deprimidas de Brasil. Por su parte, Bolsonaro despunta entre los evangélicos, los más ricos y los que viven en el sur del país.