Enlaces accesibilidad

Campaña de la gripe: ¿Quién, cómo y por qué vacunarse contra esta enfermedad?

Por
La vacunación contra la gripe reduce el riesgo de enfermedad grave, hospitalizaciones y muerte.
La vacunación contra la gripe reduce el riesgo de enfermedad grave, hospitalizaciones y muerte.

El inicio de la vacunación contra la gripe estacional siempre suscita dudas, especialmente este año que coincide con la cuarta dosis de la vacuna contra la COVID-19. A continuación, se intenta responder a las principales cuestiones sobre la nueva campaña de vacunación antigripal que ya ha comenzado en todas las comunidades autónomas españolas.

¿Por qué vacunarse contra la gripe?

La gripe estacional es una enfermedad infecciosa respiratoria causada por un virus cuya máxima incidencia se produce en otoño e invierno. La mayor parte de las personas contagiadas se recuperan en un plazo breve de tiempo sin necesidad de atención médica, aunque en determinados grupos de riesgo puede causar enfermedad grave, con resultados como la neumonía.

La vacunación es la medida más eficaz para prevenir esta patología y sus complicaciones, ya que los antibióticos no son efectivos al tratarse de una enfermedad vírica. El Sistema Nacional de Salud proporciona las vacunas de manera gratuita.

¿A qué personas se recomienda la vacunación?

La vacuna contra la gripe estacional está indicada especialmente a aquellas personas más vulnerables que pueden sufrir complicaciones si se contagian. Por esta misma razón, también a aquellas personas en contacto con las anteriores y que pueden transmitirles el virus. Estos serían los grupos en los que la vacunación está recomendada de manera prioritaria:

  • Personas con 60 años o más.
  • Personas con problemas de salud crónicos.
  • Mujeres embarazadas.
  • Personal sociosanitario.

¿A qué otros grupos se recomienda la vacunación?

En general, se recomienda a personas que trabajan en servicios públicos esenciales, con especial énfasis a los siguientes grupos:

  • Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado
  • Bomberos.
  • Miembros de protección civil.
  • Personas que trabajan en los servicios de emergencias sanitarias.
  • Personal de instituciones penitenciarias y de otros espacios de internamiento, incluyendo centros de acogida de inmigrantes.
  • Personas con exposición laboral directa a aves domésticas o a cerdos en granjas y explotaciones. También, las que están en contacto con aves silvestres. El objetivo es reducir la probabilidad de una infección concomitante de virus humano y aviar o porcino, disminuyendo la posibilidad de recombinación o intercambio genético entre ambos virus.

¿Pueden vacunarse las personas inmunodeprimidas?

Sí, se recomienda la vacunación en pacientes con inmunodepresión, tanto en aquellos con inmunodeficiencias primarias como secundarias, derivadas de la administración de ciertos tratamientos, con cáncer, infectadas por el virus del VIH, trasplantadas, personas sin bazo, etc.

¿Y las personas con alergia al huevo?

Existe evidencia suficiente para recomendar que las personas con historia de alergia después de la exposición al huevo pueden recibir vacunas frente a la gripe sin precauciones especiales, tanto las vacunas inactivadas como atenuadas. Las precauciones deben ser similares a las tomadas ante la administración de cualquier otra vacuna. En caso de haber presentado reacciones alérgicas graves o anafilaxia al huevo se realizará la vacunación por personal con experiencia y supervisión durante 30 minutos tras la administración.

¿Me puedo poner la vacuna de la gripe si estoy resfriado?

Sí, siempre que no haya síntomas de fiebre. El Ministerio de Sanidad recomienda que no se administre la vacuna de la gripe a aquellas personas que tengan episodios de fiebre o se encuentren en tratamiento antibiótico por neumonía o enfermedad grave.

¿Es seguro administrar simultáneamente las vacunas contra la gripe y la COVID-19?

La coincidencia del inicio de la temporada de la gripe con la inoculación de la segunda dosis de refuerzo COVID en las personas más vulnerables ha llevado a que en muchos casos ambas vacunas se administren de manera simultánea. Esta doble vacunación no supone ningún inconveniente desde el punto de vista inmunológico, ya que tanto la evidencia científica como la experiencia vivida indican que es seguro administrar ambas vacunas al mismo tiempo. De hecho, la administración simultánea de dos o más vacunas es algo que se hace de manera habitual en niños.

La principal advertencia es que se inoculen "en lugares anatómicos distintos", para evitar sobrecargar esa parte del cuerpo en caso de producirse reacciones adversas leves, como dolores musculares.

La inoculación se realiza de manera conjunta para optimizar los recursos sanitarios disponibles y facilitar la accesibilidad a las personas que se tienen que vacunar, y en base a la existencia de informes que avalan este procedimiento. Hay que evitar en todo lo posible el efecto sinérgico entre el virus de la gripe y el SARS-CoV-2, que multiplica por dos el riesgo de muerte en caso de coinfección.

¿Las vacunas evitan la infección?

No. Al igual que ocurre con las vacunas contra la COVID-19, la vacunación contra la gripe no suele evitar la infección, aunque reduce el riesgo de enfermedad grave, hospitalizaciones y muerte. En las personas vacunadas, si llegan a infectarse, la evidencia científica apunta claramente a que el cuadro clínico de la enfermedad tenderá a ser menos grave. La severidad dependerá de varios factores, entre los que destacan la edad y el estado de salud de la persona vacunada, además de la similitud entre la cepa de los virus de la gripe que están circulando esa temporada y aquellos con los que se elaboró la vacuna.

El virus de la influenza se caracteriza por su elevada capacidad de mutación. Por lo tanto, al tratarse de un agente patógeno en constante cambio, las personas pueden volver a infectarse a pesar de haber superado la enfermedad, y la protección conferida por la vacuna no será completa. Por eso conviene repetir la vacunación todos los años.

¿Qué significa que sea una vacuna tetravalente?

Para hacer frente a las mutaciones constantes del virus de la influenza, las vacunas antigripales son tetravalentes, por lo que están diseñadas para ofrecer protección contra cuatro tipos diferentes de virus: dos de influenza A y dos de influenza B. Además, se preparan todos los años con los serotipos obtenidos a partir de la circulación del patógeno en el hemisferio sur durante esa temporada de otoño-invierno.

¿Este año es más importante que otros?

Desde el inicio de la pandemia, esta será la primera temporada de la gripe en la que nos enfrentemos a ella sin las medidas preventivas implantadas para frenar la COVID-19. Se trata de dos enfermedades respiratorias, por lo que las mismas herramientas pueden ser útiles para evitar la transmisión en ambas. Aunque, en este nuevo escenario, el hecho de que la población apenas haya estado expuesta a la gripe durante los dos últimos años no debería aumentar el riesgo desde el punto de vista inmunológico.

¿Puede convertirse la gripe en un problema sanitario?

La gripe estacional es capaz de presionar con fuerza al sistema sanitario, especialmente a las urgencias. Además, a pesar de que la actual situación epidemiológica de COVID-19 y su escasa incidencia hospitalaria invitan al optimismo, habrá que esperar a cómo se desarrollan el otoño y el invierno para comprobar si esta mejoría se consolida. Por ello, los especialistas insisten un año más en la importancia de vacunarse contra la gripe, especialmente aquellas personas en las que esta enfermedad respiratoria puede derivar en un cuadro grave.