'Vasil', una gran historia de amistad con unos maravillosos Karra Elejalde e Iván Barnev
- Ambos intérpretes han compartido el premio al mejor actor en el festival de Valladolid
- Es la opera prima de la directora Avelina Pratt y se estrena este viernes, 4 de noviembre
En estos tiempos en los que prevalece la incomunicación, Vasil es una maravillosa lección de tolerancia y respeto a los demás, vengan de donde vengan. Un sorprendente debut de la directora Avelina Pratt, que se apoya en el grandioso trabajo de Karra Elejalde e Iván Barnev, ganadores del premio a mejor actor en el festival de Valladolid. La película está participada por RTVE y llega a los cines este viernes, 4 de noviembre.
Vasil cuenta la historia de Vasil (Iván Barnev), un inmigrante búlgaro muy inteligente, carismático y un número 1 jugando al bridge y al ajedrez, pero eso no impide que duerma en la calle desde que llegó de Bulgaria. Hasta que Alfredo (Karra Elejalde), un arquitecto jubilado bastante huraño, lo acoge en su casa ante la mirada atónita de su hija Luisa. A pesar de no tener nada en común, salvo su pasión por el ajedrez, entre ambos surgirá una amistad muy especial. Y es que Vasil tiene el don de transformar para siempre a aquellas personas con las que se relaciona.
Lo más sorprendente de la película es que, como nos cuenta su directora, Avelina Pratt, está basada en una historia real: “Hace unos años una amiga de mi padre le pidió que acogiera a un búlgaro en su casa un par de días. Había aparecido por el club de bridge y no tenía donde dormir. Y mi padre dijo: “Bueno, vale”. Pero ese par de días se convirtieron en un par de meses, mientras ese hombre intentaba buscarse la vida con las mujeres del bridge, que le pagaban un poquito para que jugara con ellas y así poder subir en el ranking”.
Una película que parece contar una historia muy sencilla, pero que habla de grandes temas: “La película se sostiene con sucesos muy pequeñitos –asegura Avelina-. No hay grandes acontecimientos. Pero habla de la conexión entre las personas, de esa distancia inevitable que siempre mantenemos cuando nos relacionamos con los demás. De cómo vemos al de fuera o incluso cómo nos relacionamos con gente que tenemos muy cerca de la familia. Pero seguimos teniendo esa torpeza y esa dificultad de real de comunicarnos de verdad”.
El ajedrez es fundamental para la relación entre los dos protagonistas. “Eso también está basado en la realidad –asegura Avelina-. Mi padre jugaba al ajedrez y el búlgaro era muy bueno. Para mí el ajedrez es como el punto de conexión entre los protagonistas, dos personas que no tienen nada que ver, que se ven, de repente, compartiendo vivienda durante un tiempo. Jugando esas partidas consiguen acercarse el uno al otro, o por lo menos tener algo en común”.
Dos actores que no se entendían entre ellos
Otra de las cosas más sorprendentes de la película es que ni Karra Elejalde hablaba inglés ni Iván Barnev hablaba español (memorizó fonéticamente sus diálogos), lo que no ha impedido que surja una maravillosa química entre ellos, que les ha valido ese premio a mejores actores en Valladolid. “Iván venía con Pablina, una chica maravillosa que también era búlgara y que hablaba español estupendamente –nos cuenta Karra-. Cuando acabábamos una toma en la que él era todo candor y yo frialdad pura, le decía a Pablina: “Dile a Iván que yo no soy como mi personaje, que lo respeto, que cuente conmigo”. Pero yo creo que la interpretación tiene mucho de internacional. Lo que no lo dices con el verbo, lo dices con la mirada, lo dices con el cuerpo, lo dices con un apretón. Y entre Iván y yo ha habido muy, muy buena química”.
Por su parte, Iván destaca el apoyo de Karra: “Cuando llegué a España tuvimos unos días antes del rodaje para trabajar juntos. Es un gran actor, una gran persona. Y me ayudó mucho a interpretar mi papel porque podía leer en sus ojos si lo estaba haciendo bien o no. Le estoy muy agradecido por su ayuda y su apoyo en el rodaje”.
“Cuando trabajamos juntos con la directora –añade el actor búlgaro-, empecé a comprender algunas cosas del guión, como el punto de visa de los españoles o las cuestiones más profundas que hay debajo de la historia. También empecé a pillar el sentido del humor de los españoles. Y cada vez me gustaba más lo que estaba haciendo, sobre todo porque la película tenía un inmenso potencial. Y al final del rodaje me quedé como ¡wow!, porque es una historia maravillosa que conmoverá a la gente. Espero que Vasil le guste a la gente tanto como a mí”.
Avelina nos comenta cómo descubrieron a Iván: “ Fuimos a Sofía, a Bulgaria, a hacer un casting de actores. La productora búlgara nos había preparado a ocho o nueve actores basándose en la descripción del personaje que les había facilitado. Y allí estaba Iván, que era el que menos se parecía esa descripción. Ninguno hablaba español, pero Iván lo hizo de maravilla. Y, además, desprendía una energía muy especial, muy buen rollo. Le brillaban los ojos y tenía una sonrisa increíble. No se parecía en nada a lo que buscábamos, ¡era mucho mejor! Ha aportado al personaje una luminosidad increíble. Y en sus secuencias con Karra hay una química maravillosa”.
Karra Elejalde: “El carácter de Alfredo la antítesis del mío”
El Alfredo al que interpreta Karra es un hombre solitario y huraño que apenas se relaciona con su hija (Alexandra Jiménez). ”Para mí ha sido un papel muy complicado –nos confiesa-, porque el carácter de Alfredo la antítesis del mío. Él es casi monosilábico y ya sabéis que yo soy más verborreico. Y quiero pensar que yo no tengo una vida tan gris, tan carpetovetónica. Ni soy arquitecto, ¡gracias a dios! Pero cuando hablé con Avelina y me explico la película entendí que había que hacerla, aunque me supusiera un esfuerzo. Me gustan los retos”.
“Y me apasionaba ese tema de la película sobre las dificultades que tenemos para relacionarnos en el mundo actual –añade Karra-. Me pareció interesante cómo este hombre, que no es capaz de relacionarse ni con su propia hija, entabla esta relación con Vasil. Debería ser mucho más fácil relacionarnos con gente de todo el mundo. Es increíble que seamos todos europeos pero Vasil, que es una eminencia, no tenga casi posibilidades en el nuestro. Por eso la película también denuncia esos problemas burocráticos con los que se encuentran los inmigrantes. Si eso le sucede a un europeo… ¿qué no le sucederá a un africano cuando venga aquí?”.
“La incomunicación es uno de los mayores problemas de la sociedad actual –añade el actor-, no solo entre personas de distintos países sino también la incomunicación que tenemos con nuestros hijos, con nuestra familia. Antes te montabas en un tren y hablabas sobre vanalidades con tus compañeros de viaje, pero ahora ves a una familia comiendo en un restaurante y no hablan entre ellos, cada uno está con su móvil. Yo creo que esa incomunicación va cada vez a peor”.
“La película la sujeta el personaje de Iván. Si no hubiera conseguido componer un personaje tan maravilloso, no hubiera funcionado. Es el personaje que cambia la vida a todos los demás, sobre todo a Alfredo - añade Karra-. Me gustaría destacar las tres historias que le cuenta a Alfredo, porque son preciosas y le cambian la vida completamente”.
Iván: “El personaje de Vasil está lleno de historias bonitas”
Ivan Barnev es un actor de cine y televisión muy conocido en Bulgaria, por lo que le preguntamos qué le llevó a aceptar este papel. “Uno de los factores decisivos fue el desafío de rodar en un país diferente y en un idioma que desconocía. Pero no lo hubiera hecho si no me hubiera gustado muchísimo el guion. Tenía ese gran desafío de tener que memorizar todas las líneas del guion antes de venir a España y luego, el día antes de rodar refrescaba la memoria”.
Preguntamos a Iván qué cree que hace de su personaje tan especial que cambia la vida de todos los que lo conocen: “Creo que su honestidad. A pesar de lo mal que lo pase, siempre mantiene sus valores. Y es muy agradecido con todos los que le ayudan, como las señoras con las que juega al bridge. De Vasil deberíamos aprender a usar nuestra educación y conocimientos a la hora de relacionarnos con los demás. Desgraciadamente no es un personaje que nos encontremos todos los días, es como un ejemplo que deberíamos grabar en nuestras mentes. Yo creo que Vasil puede provocar un cambio en la mentalidad de los espectadores. Espero que, por lo menos, tratemos a los sin techo de una forma mucho más amable”.
Destacar que, fruto de su educación, Vasil es un gran contador de historias. “Cuenta historias muy bonitas e interesantes –asegura Iván-. Por eso creo que, si tenemos la paciencia, cuando nos encontramos con gente en su situación, simplemente de escucharles, descubriremos que seguramente muchos de ellos tienen historias interesantes que contar. Historias que nos pueden cambiar a nosotros. Pero solo por el hecho de escucharlos ya les estamos ayudando a ellos”.
¿Acogerías a un vagabundo en tu casa?
Además de ser una bella historia de amistad, la película habla sobre algunos de los temas muy actuales como los movimientos migratorios, la identidad cultural, la integración, diferentes miradas hacia el extranjero y la exclusión social. Por eso preguntamos a Avelina que le parece que su padre se decidiera a coger a un inmigrante que dormía en la calle: “En general queremos ayudar un poco, pero hasta ciertos límites, sin que toquen nuestra parcela de confort. A partir de ahí nos sentimos un poco amenazados. Lo curioso es que mi padre iba a hacer un favorcito de un par de días y la cosa se fue alargando, dando lugar a situaciones insospechadas”.
Pero, como nos comenta Karra, si no nos acercamos a ellos nunca sabremos quienes son esas personas que viven en la calle ni qué los ha llevado a esa situación: “Yo conozco un caso en Vitoria de un hombre que era encargado de una gran cadena de supermercados y ahora es alcohólico y vive en la calle solo porque un día le dio un vuelvo la cabeza. Casi siempre prejuzgamos a esa gente y pensamos que tienen que ser delincuentes o analfabetos, pero hay muchas personas “normales” que están durmiendo en la calle y pasando situaciones muy jodidas por simple cuestión de suerte”.
“Pero pensamos que el mero hecho de estar en la calle y dormir en un banco ya es luctuoso. Algo habrás hecho para que esto te suceda. Además, no entendemos al drogadicto o al alcohólico como un enfermo, lo entendemos como un vicioso. Y al indigente pues poco menos” -añade Karra-.
Algo con lo que Iván está de acuerdo: “La vida cambia tan rápidamente. Por ejemplo, durante el rodaje de Vasil nadie imaginaba que pudiera haber una guerra en Europa, lo que iba a pasar con Rusia. Por eso nadie debería dar por hecho lo que tiene. No puedes decir simplemente: “Yo estoy bien, estoy tranquilo, tengo dinero en el banco, tengo familia, tengo trabajo”. Nadie sabe lo que le va a traer el futuro. Por eso, cuando vemos a la gente en la calle deberíamos intentar ayudarla. Tengo que admitir que yo soy el primero que no lo hago suficiente. Siempre hablamos sobre ayudar a los demás, pero casi nunca lo hacemos. Y esa es otra de las cosas de las que habla la película. Ninguno estamos a salvo de la desgracia. Por eso debemos ayudarnos más”.