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Elecciones legislativas en EE.UU.

Más mujeres candidatas: la evolución de la representación femenina en la política de EE.UU.

  • Desde 2018, el número de candidatas crece en todos los escalones políticos, salvo en el Senado
  • El aborto y la alta participación femenina desde hace años ayudan a pensar que este año la movilización también será alta

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Elecciones legislativas en Estados Unidos: las candidaturas femeninas
Señal que identifica un buzón electoral cercano en Phoenix, Arizona.

Las próximas elecciones en Estados Unidos del 8 de noviembre pondrán de relieve el grado de satisfacción con el actual presidente, Joe Biden. Pero además, los vigésimo novenos comicios de mitad de mandato también revelarán si 2022 es un nuevo año clave para las mujeres, después de que en 2018 se registrara el mayor número de candidaturas femeninas.

Las midterm de este año se celebran coincidiendo con el quinto aniversario del movimiento #MeToo, una de las principales razones detrás de la gran movilización femenina en las elecciones de hace cuatro años. A día de hoy, su efecto aún persiste: un estudio del Pew Research Center asegura que más de la mitad de las personas que han oído hablar del #MeToo lo apoya, frente a un 21% que afirma estar en contra.

En esta convocatoria hay presente un nuevo asunto que apela especialmente a las mujeres, es decir, a más de la mitad de la población norteamericana: el aborto. Pese a que el debate en torno a él sigue vigente, ¿será suficiente para que las elecciones de medio mandato vuelvan a ser entendidas en clave femenina?

Más candidatas demócratas que republicanas

¿Se puede decir que las mujeres están representadas de forma equitativa en la carrera electoral del 8 de noviembre? No exactamente: el peso que tienen las candidaturas femeninas sobre el total ronda el 30%, según los datos recopilados por el Centro para la Mujer y la Política Estadounidense (CAWP, por sus siglas en inglés), que monitoriza la información de los dos principales partidos. Salvo en el Senado, la presencia femenina crece respecto a 2018.

Aun con esto, la situación en Estados Unidos podría ser calificada como aceptable. Atendiendo a la representación femenina de sus parlamentos a 1 de enero de 2021, el país se encuentra en el puesto 68 de Mujeres en política, el análisis de la Unión Interparlamentaria (IPU, por sus siglas en inglés) que examina la situación política de las mujeres, en colaboración con Naciones Unidas y ONU Mujeres.

¿Y qué partido es el que empuja más por su avance dentro de las instituciones? Desde mediados de los años 90, el Partido Demócrata. Sin embargo, llama la atención la caída de su representación en el Senado entre los republicanos, que llegó a ser mucho más elevada que entre los demócratas en los comicios de medio mandato de 1990 y 1994.

La profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Nueva Jersey Rutgers-Camden y directora de investigación del CAWP, Kelly Dittmar, asegura que hay varias razones por las que las mujeres hayan estado “mejor representadas” por el Partido Demócrata. Una de ellas es que, mientras que los republicanos se han posicionado en contra de ‘las políticas identitarias’, “el Partido Demócrata ha realizado esfuerzos más proactivos, ya sea por razones electorales o de principios, para reclutar y apoyar a grupos más diversos”.

La investigadora del Real Instituto Elcano, Carlota García, también apunta a que el paso de Donald Trump. “Puede haber desincentivado a algunas republicanas a presentarse o meterse en carrera electoral”, sugiere. No obstante, la experta subraya que los republicanos “son conscientes de que [las candidaturas femeninas] también pueden arrastrar votos y que también las necesitan para atraer el voto de las mujeres”.

Datos para el optimismo: el número de candidaturas femeninas sube en 2022

Si 2018 fue el año en el que más candidaturas femeninas se presentaron, 2022 parece seguir la misma senda ascendente. Las candidatas a la Cámara de Representantes son 259, 25 más que hace cuatro años y la mayor subida se produce en el Partido Republicano, aunque en términos absolutos sigue por detrás del Demócrata. Además, dos mujeres podrían hacerse con la victoria en tres estados sin representación femenina hasta la fecha: Vermont y Misisipi; el otro que falta es Dakota del Norte.

En el Senado, el número de candidaturas femeninas baja respecto a hace cuatro años. En esta ocasión suman 20, tres menos –dos demócratas y una republicana– que en 2018. De los 17 estados que nunca han tenido representación femenina en el Senado, en cuatro de ellos la situación podría cambiar en 2022: Alabama, Connecticut, Oklahoma y Carolina del Sur.

En el grupo de las gobernadoras –que también serán votadas el 8 de noviembre–, el aumento es superior al 50%, pasando de 16 a 25. De nuevo, la subida es ligeramente superior entre las republicanas, que aún están alejadas de los demócratas. Un buen puñado de estados, 19, nunca han tenido a una mujer al mando, pero eso podría cambiar en cinco de ellos: Arkansas, Colorado, Massachusetts y Nueva York.

Pese al aumento de mujeres en las citas electorales, la disputa más habitual sigue siendo entre hombres, sobre todo en el Senado, donde representan más de la mitad de todos los ‘enfrentamientos’. Por su parte, en la Cámara de Representantes surgen dos grupos nuevos: el de los hombres y mujeres sin competencia, que suponen un 5,8% y un 0,2% del total, respectivamente.

La presencia de mujeres blancas sigue siendo la predominante, aunque se espera que poco a poco haya una mayor presencia de otros grupos. Así lo explica la directora de investigación del CAWP, Kelly Dittmar, que reconoce que la diversidad se ha abierto hueco en las últimas elecciones. Sin embargo, “aún hay sitios donde persiste la infrarrepresentación de mujeres de diferentes grupos étnicos”. Por ejemplo, ninguna mujer negra ha salido elegida como gobernadora, ni tampoco en el Senado. Catherine Cortez-Masto sí lo ha conseguido, pero este año se juega su posición en la cámara.

Entonces, ¿por qué sigue habiendo pocas mujeres en política?

Para Kelly Dittmar, hay muchas razones para la persistente infrarrepresentación de las mujeres en la política. Por ejemplo, que aún se enfrentan a “brechas de recursos”, como son el dinero, el tiempo y el acceso a redes políticas y de apoyo. A eso se suman los propios mecanismos de elección dentro de los partidos. Como destacaba un artículo de la Universidad de Cambridge publicado en 2020, las mujeres se encuentran en desventaja “primero, por una tasa de selección sesgada, y segundo, por la sobrerrepresentación de hombres en el camino al cargo”.

En la misma línea se posiciona la investigadora Carlota García: “El área política está mucho más centrada en los hombres y también ha sido más atractiva para ellos”. García pone como ejemplo el hecho de que senadores y senadoras deben marcharse a Washington D.C. para poder ejercer sus funciones, y solo vuelven a casa durante los fines de semana. “¿Qué mujer se lo puede permitir?”, reflexiona. Según el análisis de la Universidad de Cambridge, aquellas que tengan “niveles más altos de ambición política, más bajos de aversión electoral y más probabilidades de ser contratadas”.

José Antonio Gurpegui, catedrático de estudios norteamericanos del Instituto Franklin-Universidad de Alcalá, confía en que la situación mejorará y que las instituciones irán reflejando poco a poco los cambios que ya se perciben en la sociedad. “Estoy convencido que en muy pocos años, no solo en Estados Unidos, sino en cualquier país, habrá un mayor número de mujeres políticas que de hombres”, asegura.

Y es que desde hace casi 40 años, las mujeres se movilizan más que los hombres; solo sucedió a la inversa en 1978 y 1982. Esto “debería disipar la idea de que las mujeres son de alguna manera menos políticas que los hombres”, esgrime Kira Sanbonmatsu, autora de A Seat at the Table, junto a Kelly Dittmar y la también profesora de la Universidad de Nueva Jersey-Rutgers Susan J. Carroll.

De hecho, 2018 no fue solo un año clave para las mujeres que se presentaron a las midterm; también lo fue para aquellas que acudieron a las urnas: el 55% de las mujeres se movilizó frente a un 51,8% de los hombres, las cifras más altas de participación desde que se tienen registros, con Donald Trump en el poder.

Todas las personas consultadas por DatosRTVE confían en que esa tendencia se mantenga en 2022. También la investigadora Carlota García, que asegura que ha habido un incremento notable de inscripciones de mujeres para poder ir a votar, y que este puede estar asociado a la decisión del Tribunal Supremo de ilegalizar el aborto.

El aborto, el nuevo tema que concierne a las mujeres

Tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca (2016), la multitudinaria Marcha de las Mujeres en Washington (2017) y movimiento #MeToo (2017), en 2018 se constató un aumento de la presencia femenina en las instituciones. En 2022 vuelve a haber otro tema que preocupa especialmente a las mujeres: el aborto.

“Es muy pronto para saber la importancia que va a tener, pero tendrá una importancia capital en un sentido o en otro”, defiende José Antonio Gurpegui. Según los datos del Pew Research Center, el interés por este asunto pasó de un 43% en marzo a un 56% en octubre, después de que la Corte Suprema derogara ese derecho a finales de junio.

Un mes después de esa polémica decisión, una encuesta de Ipsos y el medio FiveThirtyEight revelaba que más de la mitad de los americanos (55%) estaba a favor de la legalidad del aborto y un 23% lo consideraba legal en algunas circunstancias. Además, una gran mayoría está de acuerdo en que los preservativos (90%), las píldoras anticonceptivas (89%), los DIU (81%) o las píldoras del día después (71%) deberían ser legales o serlo en muchos casos.

Dittmar asegura que este tema “ya ha influido significativamente en estas elecciones, tanto en la movilización en el voto como en la estrategia de las candidaturas”, ya que el propio Joe Biden prometía convertir el derecho al aborto en ley en 2023 si el Partido Demócrata se hacía con la victoria en las elecciones de medio mandato. Las urnas dirán efectivamente ha servido como catalizador político.