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Supervisar lo que consumen los niños en internet para combatir el ciberacoso: "Ahora son más vulnerables"

  • Las redes sociales prolongan el hostigamiento que ya no se da únicamente en las aulas
  • El 41% de los padres considera que no tiene control parental para aprobar y ver los contenidos que visualiza su hijo

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Una adolescente mira su teléfono móvil
Una adolescente mira su teléfono móvil

El ciberacoso se ha convertido en una de las nuevas preocupaciones de los padres que ven cómo sus hijos, nativos digitales, están cada vez más expuestos. "El acoso siempre ha existido, pero sí considero que ahora las redes sociales los hacen más vulnerables". Así lo ve Maitane, madre de dos niños de 10 y 12 años.

La edad ideal para tener el primer móvil o estar pendiente de lo que consumen los adolescentes a través de internet es uno de los focos sobre los que se centra el "III Estudio sobre la percepción del 'bullying' en España" realizado por la plataforma Educar es Todo y la tienda de material escolar Totto y publicado con motivo del Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar que se ha celebrado esta semana, centrado en esta ocasión en el 'ciberbullying'.

El estudio realizado a padres y profesores de jóvenes entre 5 y 18 años resalta que más de la mitad de los padres no sabe bien qué es el control parental y el 41% considera que no tiene control para aprobar y ver los contenidos que consume su hijo a través de internet.

"Mis hijos todavía no tienen móvil propio, nosotros les dejamos el nuestro, pero siempre bastante controlado. Lo suelen usar más durante los fines de semana, aunque sí que es verdad que a la mayor -de 12 años- se lo solemos dejar un poquito más, incluso durante los días de diario porque tiene un grupo de WhatsApp con sus amigas", comenta Maitane a RTVE.es.

Según datos del informe publicado, el 83% de padres piensa que el teléfono es un medio que puede potenciar el acoso escolar y el 91% de los profesores encuestados están convencidos de que es así. Un porcentaje muy similar de padres, el 82%, cree que el consumo de contenidos violentos o no apropiados para las edades de los niños puede potenciar el acoso escolar.

A pesar de que la hija de Maitane tiene acceso a WhatsApp, siempre está bajo supervisión porque todas las madres están en el grupo. "Como usan nuestros teléfonos móviles, podemos ver lo que hablan", continúa. "Yo sí que miro las conversaciones que suelen tener, pero creo que no es necesario revisar todo lo que consumen en internet. Si tienes una buena comunicación con tus hijos y hay confianza, creo que no hay que tener miedo".

"Saben más que nosotros"

Mari Luz, madre de un niño de diez años y de un adolescente de 14, se enfrenta a la cotidianeidad de ver a sus hijos cada vez "más dependientes de la tecnología".

Su hijo tuvo su primer teléfono a los 12 años, cuando entró en el instituto, para poder utilizar los grupos de WhatsApp que usan para las clases, y aunque afirma que en todos los dispositivos está el control parental, reconoce que no puede vigilarlo todo. "Llega un momento que ya no puedes controlar tanto porque saben más que nosotros. A veces le tengo que preguntar cómo hacer ciertas cosas", explica Mari Luz a RTVE.es.

El pequeño de sus hijos todavía no tiene redes sociales ni teléfono. En cambio, el mayor, ya tiene Instagram. "Cuando llegan a ciertas edades les hacen más caso a los amigos que a los padres", subraya Mari Luz; sin embargo, intenta que no cuelgue nada en esta red social porque, según le explica, "nunca sabes quien hay detrás".

El estudio revela que los niños se conectan a dispositivos una media de siete horas diarias de lunes a viernes, mientras que los fines de semana se conectan nueve horas. Además, más de la mitad de niños de entre 5 y 18 años (51,32%) tiene una cuenta en alguna red social.

Un acoso que empieza en el aula y continúa en la red

Internet y las redes sociales se han convertido en una herramienta para prolongar el acoso escolar que ya no termina solo en el aula, sino que acompaña a la víctima a su casa. "Este nuevo formato es especialmente dramático en la vida de los chavales", señala a TVE el psicólogo educativo, Jose Antonio Luengo.

"Aunque no estén viendo lo que se manda, saben que está ahí. Este fenómeno ha agravado la situación que viven porque no se sienten queridos y luego en las redes sociales están siendo humillados", prosigue Luengo.

"El acoso ahora también invade el área privada, está en la casa, en la habitación de los chavales, no se queda en el colegio solo, sino que me voy a casa y el acoso sigue. Salgo a la calle y el acoso sigue. Los fines de semana la cosa sigue", comenta Santiago García, psicólogo en el Centro Integral de Atención a la Familia de Murcia.

El informe anual sobre acoso escolar de la Fundación Anar y Fundación Mutua Madrileña de 2021 reveló que el 'ciberbullyng' fue la forma de hostigamiento que más creció durante la pandemia, pues una cuarta parte de los alumnos afirmó conocer compañeros de clase que podrían haberlo sufrido.

Ahora ya no solo se produce a través de WhatsApp (53,9% de los casos), sino también a través de Instagram (44,4%), TikTok (38,5%) o videojuegos (37,7%).

García trata a varios adolescentes en los que ha visto como el ciberacoso agrava las problemáticas que ya tienen. "En algunos casos aumenta la ideación suicida y aumentan las autolesiones. La gravedad de los síntomas también se incrementa a raíz de no haberse sentido respaldado por su grupo de iguales", explica a RTVE.es

Diálogo y supervisión

"Uno de los problemas que está dificultando que el acoso sea detectado es el silencio epidémico. Hay muchos niños que no se atreven a contarlo porque no confían en los recursos que tienen a su disposición", esgrime Luengo.

Según denuncian desde la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar (Aepae), nueve de cada diez casos de acoso escolar en España "quedan impunes" y los protocolos para atajarlos fallan de modo "estrepitoso".

Ante este tipo de situaciones, tanto Mari Luz como Maitane creen que la confianza y una buena comunicación son claves para detectar los casos de ciberacoso que puedan ocurrir.

"Lo más importante es la comunicación y que te transmitan cualquier cosa que sea sospechosa, ya sea presencial, en el instituto, en la calle, o a través de una red social, o de WhatsApp. Lo mejor es que confíen en nosotros y que nos lo cuenten para que podamos poner remedio a tiempo y no sea tarde", subraya Mari Luz.

"Es muy importante que todo lo que tiene que ver con nuestros hijos en los entornos digitales también este sometido a un diálogo y a una supervisión para intentar inocular con templanza, con educación, con sentido común y con ejemplo lo que son las buenas relaciones también el mundo digital", concluye Luengo.