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Objetivo Igualdad

Mujeres iraníes: "Ya no son protestas, esto es una revolución"

  • Las protestas en Irán entran en su octava semana pese al incremento de la represión de las manifestaciones
  • Más allá de la imposición del velo, las mujeres iraníes viven en una estructura de discriminación en todas los aspectos de su vida
  • En Objetivo Igualdad, el sábado a las 14:30h en Canal 24h

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Las iraníes Sahim Hoseini y Nilufar Saberi durante la entrevista con Objetivo Igualdad
Las iraníes Sahim Hoseini y Nilufar Saberi durante la entrevista con Objetivo Igualdad

Las protestas en Irán no se han detenido desde la muerte de Masha Amini el 16 de septiembre. La joven, de 22 años, fue una de las decenas de mujeres que la Policía de la Moral detuvo ese día por llevar el velo puesto de manera que dejaba ver parte de su cabello. Amini falleció estando detenida y, pese a las disculpas oficiales que atribuyeron la muerte a dolencias previas, su caso ha incendiado la indignación de buena parte de la sociedad iraní. Desde entonces, más de 280 personas podrían haber muerto en la represión de las protestas, según organizaciones de derechos humanos.

En las últimas jornadas, han comenzado los juicios contra los detenidos en las protestas y se ha incrementado esa represión. Aún así, en las universidades, por ejemplo, estudiantes realizan sentadas en las que se unen chicas y chicos para manifestar su exigencia de cambio. También los iraníes que viven en el extranjero, exiliados o no, están protagonizando una campaña de apoyo a las protestas. Bajo el lema 'Mujer, Vida, Libertad' sus reclamaciones van más allá de la lucha contra la obligatoriedad del velo y se generalizan exigiendo mayores cuotas de libertad y democracia.

'Mujer, Vida, Libertad': la revolución de las mujeres iraníes

Cuarenta años de protestas

La reacción de la sociedad iraní no es nueva. Cada cierto tiempo se desencadena una oleada de protestas en oposición al régimen de los ayatolás o sus consecuencias. Sahim Hoseini vive en España desde hace nueve años. Es madre de un niño, trabaja en marketing y ha rehecho su vida tras una juventud marcada por las prohibiciones. Ella participó en las protestas de 2009, cuando los partidarios del candidato presidencial reformista Husein Musavi se levantaron en la llamada 'Revolución Verde', convencidos de que había habido fraude electoral.

Sahim Hoseini recuerda la brutalidad represora de entonces, de la que también fue víctima: "Estábamos en un parque y entraron como una tromba, golpeando a todo el mundo, tanto a los que estaban allí para manifestarse como a los que no. Un agente llegó a mi con una moto y me atropelló el pie. Paró la rueda sobre mi pie y aceleraba. Yo estaba atrapada, le suplicaba que me dejase, pero no me hizo caso y siguió allí parado acelerando la moto sobre mi pie. Mi hermana se echó encima de él para distraerlo y así pudo sacarme de allí". Con el pie destrozado, la llevaron a urgencias, donde no quisieron atenderla por no llevar adecuadamente puesto el velo islámico.

Un policía me atropelló el pie con su moto, paró la rueda y aceleraba

Más allá de las protestas, el ambiente de represión se extiende a la vida cotidiana. "Hacen que los niños sean espías en su propia familia. Tenemos que tener cuidado con los vecinos de lo que decimos. Por miedo de que se les considere cómplices, ellos pueden informar si hay alguien que habla mal del régimen", denuncia la activista independiente por los derechos humanos Nilufar Saberi, que reconoce que las redes sociales y la colaboración del exilio iraní es lo que ha hecho estos años que se conozca la situación real en el extranjero.

Las protestas en Irán se libran en la calle y en las redes

La obligación del velo y mucho más

"Es cerrado, no puedes elegir como vives, no puedes hablar, no tenemos libertad de expresión. Si mi amiga está en prisión no puedo hacer nada. Si no hay derechos humanos, ¿qué puedes hacer por la gente que está en cárcel, por abogados, por deportistas, por mujeres jóvenes que están en prisión?", se lamenta Sahim Hoseini. Las redes están siendo su escape. Desde hace unos años, muchas mujeres subían sus vídeos con la cabeza descubierta a internet a través de la campaña 'White Wednesdays', gestionada por iraníes exiliadas en el extranjero.

La discriminación contra la mujer está legislada en Irán

En Irán las mujeres están obligadas a un código de vestimenta que obliga al velo desde los seis años y prohibe las ropas ajustadas o enseñar las rodillas. Todas las mujeres, incluidas las extranjeras de paso por el país. Los procesos de divorcio necesitan la aprobación del marido, por lo que ellas se suelen ver abocadas a ceder al máximo, hasta la custodia de sus hijos o bienes y propiedades por liberarse. "La discriminación contra la mujer está legislada", dice tajante Nilufar Saberi, que señala el elevado número de suicidios entre mujeres ante la incapacidad de salir de situaciones de maltrato.

Maribel Tellado, de Amnistía Internacional es clara: "La obligación de llevar velo es solo la más visible de un total sistema represivo de tutela masculino en el que las mujeres tienen menos derechos en relación al matrimonio, la custodia de los hijos, el derecho al trabajo y un sin fin de aspectos de su vida". Entre los aspectos más graves, Tellado cita el matrimonio infantil: "Tiene unas cifras espeluznantes. Está permitido que las niñas se casen con 13 años, pero si tienen permiso judicial puede ser incluso antes". "Es como vender a las hijas", asegura Hoseini.

La protesta de la juventud

La artista iraní Zahra Saberi en una performance en Madrid

La artista iraní Zahra Saberi en una performance en Madrid

Una de esas normas determina la segregación por sexos en múltiples espacios públicos. Como parte de las protestas, en las universidades se están produciendo acciones estudiantiles que desafían la prohibición de estudiar o comer juntos. También en las escuelas, niñas y jóvenes se graban sin velo y de espaldas para mostrar su rechazo a las imposiciones. "Muchos jóvenes, muchas chicas no tienen miedo. Yo tengo cuarenta años. Cuando yo tenía su edad tenía miedo de salir. Escuchaba a mis padres, mis tíos, que tenían miedo. Ahora ya no escuchan a los mayores, no tienen miedo", explica Sahim Hoseini.

Nilofar Saberi llama la atención por la extensión de las protestas por el territorio iraní y con gentes de todas las edades, en lo que ya califica como una revolución sin retorno: "Nos han pretendido silenciar durante 43 años y, lejos de conseguirlo, esta vez la voz más fuerte es la de las mujeres y tenemos el apoyo prácticamente de todos los hombres de Irán y del resto del mundo".

Hay países que constriñen a las mujeres de forma parecida y practican un lavado de cara a través del deporte

En las protestas, también hay mujeres que quieren llevar velo, pero no que sea obligatorio. Maribel Tellado afirma: "No debería ser obligatorio, ni llevar el velo ni no llevarlo, en ningún país del mundo. Las mujeres deberían poder vestirse como quieran y poder expresar sus creencias religiosas y su identidad como quieran". La representante de Amnistía Internacional recuerda que hay más países con interpretaciones radicales del Islam que constriñen a las mujeres de forma parecida: "No solo eso, sino que intentan lavar su cara. Por ejemplo, Arabia Saudí o Qatar, que está ahora con el mundial de fútbol, practican el sport washing, el lavado de cara a través del deporte cuando siguen manteniendo a las mujeres en una opresión total".

Protagonistas de las manifestaciones, las mujeres y, sobre todo las más jóvenes, están recibiendo la solidaridad del mundo entero. También ellas mismas son conscientes, según aseguran, de la importancia de su lucha para otros países como Afganistán, donde reclamar los derechos de las mujeres también lleva a la cárcel y puede costar la vida.