Las mujeres aprenden a defenderse de la violencia machista
- Las víctimas de violencia machista suben un 10'89% en el segundo trimestre de 2022
- Cada vez hay más mujeres que quieren aprender a defenderse
- 'Autodefensa feminista', en Objetivo Igualdad, la noche del lunes, 01:30h en Canal24h
Prevenir y defenderse de la violencia machista, ese es el objetivo de la llamada autodefensa feminista. Cada vez hay más mujeres que quieren defenderse de agresiones físicas y buscan herramientas para anticiparse y protejerse de esas agresiones. Ellas crecen en número a la hora de recurrir a clases de defensa personal. El Goshindo es una técnica que busca enseñar a las mujeres a repeler ataques. La fuerza es lo menos importante. La disciplina contiene golpes de kárate, control del aikido y técnicas de ayuda. Todo con el propósito de dar a una mujer una mayor seguridad.
Defensa personal ante las agresiones
"Sufrí una agresión y buscaba algo que me diera seguridad al salir de casa, confianza al ir por la calle tranquila. Encontré a Manuel y fue mi salvación en ese momento", afirma Mar Achaques, cinturón negro de Goshindo e instructora de GTR defensa personal. Su caso es paradigmático de una mujer que ha buscado formarse en la autoprotección.
“Sufrí una agresión y buscaba una herramienta que me diera seguridad al salir de casa “
En 1995, Manuel Montero empezó a impartir clases de defensa personal para mujeres, viendo que la oferta era muy escasa entonces. "Debes y puedes" era su lema. "Hace 28 años, dada la demanda que había de cursos específicos para las mujeres, empecé a hacer un trabajo enfocado en darles herramientas tanto físicas como psicológicas encaminadas a salvaguardar su integridad física".
“Doy herramientas tanto físicas como psicológicas a la mujer para salvaguardar su integridad física “
El miedo ante posibles ataques es algo común en la experiencia vital de muchas mujeres. "Quería aprender a saber defenderme cuando voy caminando por la calle. Al ser mujer sí que es verdad que tienes pánico de vez en cuando. También dependiendo en qué situación estás o a qué hora. Sobre todo me he metido en esto por saber y aprender cómo me puedo defender si en algún momento alguien me ataca o quieren robarme", asegura Mónica Hinrichsen, instructora de GTR Defensa Personal.
Defensa de la violencia psicológica
Pero la protección no sólo atañe a la violencia física o sexual sino que también incluye la violencia psicológica. Durante las clases que tienen lugar en el Dojo Yamashita de Madrid las mujeres también se forman en adquirir conocimientos y técnicas para subir su autoestima y establecer límites a los agresores. El abuso verbal, el acoso moral también son afrontados por las alumnas del taller de Manuel Montero, autor también del libro Cuando decir que no es el camino.
“Si una mujer tiene mayor confianza en sí misma, minimiza los riesgos“
Aunque la autodefensa feminista no solo consiste en dar golpes estratégicos para causar daño al atacante, también significa amarse a una misma por encima de todo y ganar en fortaleza personal. "Cuando hablamos de nivel psicológico, significa que ellas van a tener más confianza y a medida que vayan teniendo más confianza, minimizan los riesgos, y maximizan las oportunidades para salir airosas ante cualquier tipo de agresión", asegura Montero.
“Los hombres todavía creen que son superiores a nosotras, lo que nos da el factor sorpresa“
Las técnicas se pueden empezar a practicar a partir de los 13 años de edad. Hay casos de madres que acuden en compañía de sus hijas a las clases de autodefensa feminista. "Da igual si somos más bajitas, más altas, más rellenitas, todas podemos porque da igual la capacidad física, no es una cuestion de tener fuerza, sino de técnica", confiesa Hinrichsen, cinturón negro de Goshindo, quien añade: "Yo creo que todavía los hombres se creen que son superiores a nosotras, pero eso también nos ayuda a nosotras a tener el factor sorpresa. A lo mejor un hombre no se va a esperar que una chica bajita, pequeñita sea capaz de defenderse. Sin embargo, somos perfectamente capaces de defendernos ante una situación de agresión".
Bindi, un sistema contra agresiones
Un grupo de investigadores multidisciplinar de UC3M4Safety de la Universidad Carlos III ha creado el sistema Bindi, que puede mejorar, desde un punto de vista tecnológico, la seguridad de las mujeres ante las agresiones. En realidad son tres dispositivos: una pulsera, un colgante y un teléfono móvil. El sistema mide las variables fisiológicas, es decir el pulso, la sudoración de la piel y la temperatura de la piel además de la voz de la persona que lleva los dispositivos para detectar estados de miedo y de pánico. Cuando se detectan dichas emociones, se avisa a un círculo guardián para que acuda en la ayuda de la persona que lleva los dispositivos para evitar posibles agresiones bien de violencia física o sexual”, explica Celia López Óngil, investigadora principal de UC3M4Safety.
En la actualidad, esta innovación técnica no está comercializada, pero el plan es que la policía lo use en el futuro. No solamente está destinado a las fuerzas de seguridad del Estado, sino también a los llamados 'guardianes', personas de confianza, que reciben la alerta de la víctima en su teléfono móvil a través de una aplicación. “El proyecto de Bindi empezó con un grupo de investigadores que querían unir las ciencias sociales, la ingeniería y la tecnología para resolver el problema de la violencia de género”, dice López Ongil, ingeniera industrial.
Sirve como prueba penal
La pulsera reconoce datos fisiológicos de la mujer en riesgo a través de sensores y un algoritmo de inteligencia artificial mide el miedo de la persona atacada. “El sistema de protección a las víctimas desde el punto de vista tecnológico falla porque es muy antiguo. Hemos estado valorando y evaluando los dispositivos que hay y creemos que son mejorables. Esa es la razón de nuestra investigación porque creemos que podemos aportar más en esa parte técnica”, afirma López Óngil.
“Bindi recopila y graba pruebas penales que pueden utilizarse en un juicio“
La clave en la gran innovación de Bindi reside en que el colgante lanza una alerta automática, sin que la víctima tenga que accionar el dispositivo. Además, graba el ataque de violencia machista y manda las imágenes y el sonido a un servidor protegido que sólo puede abrirse con una orden judicial. Los datos recogidos sirven como prueba penal en un futuro juicio. "El sistema que hemos diseñado y estamos desarrollando aporta que puede recopilar pruebas en el momento de la agresión que se cifran y se custodian como prueba para un posible juicio. No necesita una acción voluntaria de la mujer porque detecta automáticamente, sin que ella tenga que apretar ningún botón de pánico, actúa inmediatamente y avisa de que estamos en una situación de peligro".
En conclusión, hay varias herramientas de protección femenina que, ahora mismo, cada vez utiliza un mayor número de mujeres. Desde la autodefensa personal a la innovación tecnológica, desde el entrenamiento de fortaleza emocional a la grabación de agresiones de violencia machista que sirvan como elementos probatorios en un juzgado. Las mujeres aprenden a defenderse.