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Cambio climático

La polarización ideológica en la lucha contra el cambio climático: a más a la derecha, más reticencias

  • Un estudio de EsadeEcPol afirma que los españoles son reacios a medidas que impliquen más impuestos o prohibiciones
  • Los favorables a esas decisiones se ubican más hacia la izquierda y los reticentes, hacia la derecha del espectro ideológico

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Coches eléctricos en Palma de Mallorca
Coches eléctricos en Palma de Mallorca

Los españoles no niegan el cambio climático, pero son reacios a asumir medidas para combatirlo que impliquen mayores impuestos o prohibiciones. Sus reticencias, además, están correlacionadas con su postura ideológica: los favorables a asumir esos costes se sitúan mayoritariamente a la izquierda del espectro político, mientras que los más reticentes se sitúan a la derecha.

Así se desprende de un análisis del Centro de Políticas Económicas de Esade (EsadeEcPol) a partir de una encuesta elaborada en abril de este año sobre la polarización de la población española en la llamada transición verde. El estudio, que se publica este jueves coincidiendo con la celebración de la cumbre del clima COP27 en Egipto, identifica tres tipos de políticas -subvenciones, impuestos y prohibiciones- y combina las actitudes que muestran los encuestados hacia cada una de ellas para encuadrarlos en las categorías de favorables, ambivalentes o reticentes a las medidas para combatir el calentamiento global.

Los resultados indican que solo un 18,5% de los ciudadanos se muestran favorables, mientras que una amplia mayoría de dos tercios, el 64%, mantienen posiciones ambivalentes en función de las medidas que se articulen. Y el 17,5% restante son claramente reticentes, ya que se oponen sin ambages a las medidas que impliquen subir impuestos o limitar libertades y, al mismo tiempo, tampoco están entre los que más apoyan las políticas de subvenciones.

Cuando, dentro de cada uno de esos grupos, se pide a los encuestados que se ubiquen en el espectro ideológico, los resistentes se escoran hacia la derecha, tanto desde un punto de vista general como a la hora de enjuiciar asuntos concretos: sus posturas son más conservadoras que las de los otros dos grupos en aspectos como la dicotomía entre impuestos y servicios públicos, la permisividad en la entrada de inmigrantes o la igualdad de derechos de adopción para el colectivo LGTBIQ+.

La izquierda se opone menos que la derecha

"La probabilidad de ser reticente es tres veces mayor entre quienes se sitúan más a la derecha del espectro ideológico, en comparación con aquellas que se ubican en el extremo izquierdo", indica el estudio, que subraya que "las opiniones acerca del cambio climático están relacionadas de forma ideológicamente coherente con posiciones políticas en otros ámbitos".

Esa vinculación se refleja en las preferencias partidistas de los encuestados: más de la mitad de los reticentes dicen haber votado en las últimas elecciones generales al Partido Popular (26,2%), a Vox (20,6%) o a Ciudadanos (7,06%), formaciones todas de derecha y centro-derecha, que apenas agrupan al 22% de los favorables.

Por el contrario, dos tercios de los favorables a las medidas contra el cambio climático dicen haber votado a PSOE (42,8%) o Unidas Podemos (25,3%), mientras que entre los reticentes de ambos suman poco más del 27%.

Los resultados son consistentes también desde el punto de vista inverso, ya que más del 35% de los votantes de VOX dice estar en contra de las políticas para mitigar el calentamiento global, y solo el 5% está de acuerdo en su implantación. El Partido Popular muestra una distribución similar, aunque menos acusada, al tiempo que las proporciones se invierten entre los votantes de PSOE y Unidas Podemos: un 26,3% y un 31,7%, respectivamente, apoyan las políticas contra el cambio climático.

Un apoyo condicionado al tipo de medidas

Más allá de la vinculación ideológica, el estudio señala que los reticentes se encuentran en mayor medida entre los hombres que entre las mujeres, entre los ciudadanos de mediana edad que entre los jóvenes y entre los habitantes de municipios pequeños que entre los de ciudades grandes.

Las diferencias, en cualquier caso, son más sutiles que cuando se analiza la correlación ideológica. Y es que la gran mayoría de los ciudadanos españoles se manifiesta ambivalente respecto a las políticas de cambio climático: están dispuestos a apoyar algunas, pero rechazan claramente otras.

En este sentido, la encuesta preguntaba por el apoyo a posibles decisiones gubernamentales sobre el uso de carburantes para transporte privado, clasificadas en tres categorías: subvenciones, prohibiciones e impuestos. El resultado es que los ciudadanos sí apoyan las primeras, como las ayudas para comprar coches eléctricos o híbridos, pero rechazan en su mayoría las otras dos opciones, como prohibir los coches diésel o elevar los impuestos especiales que gravan los hidrocarburos.

"En política medioambiental, los españoles nos caracterizamos por actitudes poco consistentes: admitimos que existe un problema, aceptamos en términos generales políticas de subvenciones, pero nos resistimos a cambiar nuestros hábitos, forma de actuar o a pagar más impuestos", concluye el estudio.