El Gobierno etíope y los rebeldes de Tigray acuerdan un plan de desarme y abrir corredores humanitarios
- El pasado 2 de noviembre ambos bandos acordaron el cese de las hostilidades
- Miles de personas han muerto y unos dos millones se han visto desplazadas debido al conflicto
Los oficiales militares etíopes y los rebeldes de la región de Tigray han acordado formar un comité conjunto para implementar un programa internacional de "desarme, desmovilización y reintegración" y facilitar corredores humanitarios, tras cinco días reunidos en Nairobi. El pasado 2 de noviembre ambos bandos acordaron el cese de las hostilidades.
El anuncio se ha producido este sábado después de que haya llegado a su fin la negociación entre los principales comandantes militares del Gobierno de Etiopía, encabezados por el mariscal Berhanu Jula y las fuerzas de la región de Tigray, con el teniente general Tadesse Worede a la cabeza, según ha informado Addis Standard.
Jula ha afirmado, en la comparecencia con los medios, que las dos partes "han estado comprometidas con buen espíritu" durante toda la conversación y ahora esta se dedicaran de pleno a implementar el acuerdo.
Por su parte, Tadesse, ha sostenido que la gente de Tigray ha "sufrido una miseria incalculable durante los últimos dos años y aún continúa sufriendo" por lo que ha señalado esta comisión como la "esperanza y la expectativa" de que este sufrimiento llegue a su fin pronto, según ha recogido el citado medio local.
La guerra empezó el 4 de noviembre de 2020
Entre los puntos sellados, ambas partes han acordado garantizar la seguridad de los trabajadores y las organizaciones humanitarias cuando asistan a aquellos que lo necesiten en la región de Tigray y en su vecina, además de proteger a los civiles de estos territorios, aunque el texto del cese de hostilidades no reconoce a Eritrea por su nombre, sino que menciona en su lugar "fuerzas extranjeras".
Después de la comparecencia han formalizado el acuerdo a través de la firma de la Declaración del Plan Ejecutivo del Acuerdo de Paz de Pretoria.
La guerra empezó el 4 de noviembre de 2020, cuando el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed ordenó una ofensiva contra el FPLT, partido que gobernaba entonces la región, en respuesta a un ataque contra una base militar federal y después de una escalada de tensiones políticas.
Aunque no se han podido recabar cifras exactas por las dificultades de acceso y el bloqueo de las telecomunicaciones, miles de personas han muerto y unos dos millones se han visto desplazadas debido al conflicto.