"El desastre del Prestige fue uno de los primeros casos de fake news"
- Carlos Portela y Sergi San Julián publican el cómic La cuenta atrás
- Un trabajo que analiza las causas y las consecuencias del desastre del Prestige
Cinco años después de la catástrofe del Prestige, el periodista y guionista Carlos Portela (Vigo, 1967) y el dibujante Sergi San Julián (Barcelona, 1973) analizaron las causas y las consecuencias del desastre en un cómic del que solo consiguieron publicar la primera parte. Ahora, coincidiendo con el 20 aniversario, han completado este trabajo en La cuenta atrás (ECC Comics). Un cómic imprescindible para no olvidar y para que no haya desastres similares Nunca Máis. Un cómic que se edita en castellano y gallego.
Carlos Portela nos comenta que el cómic surgió a raíz de su indignación sobre cómo se gestionó el suceso: “Yo trabajaba en la Televisión de Galicia cuando sucedió y me pasó lo mismo que a todos los que nos tocó de cerca: Veías lo que estaba pasando, lo que se estaba contando en los medios y las mentiras del gobierno del momento y fue una reacción visceral. Tenía que contar lo que de verdad pasó. Y aunque un cómic no es que vaya a cambiar las cosas, por lo menos es un testimonio que queda ahí, porque si no las cosas se diluyen en el tiempo y cuando pasan los años la gente dice que no fue para tanto. Y si que lo fue”.
Y es que Carlos asegura que: “Los desastres no se pueden prever, pero si puedes actuar de forma más ordenada y, sobre todo, no mentir a la gente. Lo que más me sulfuró en ese momento fue la constatación de lo que después se llamarían Fake News. Cuando nos decían en las noticias que las playas estaban limpias y te acercabas y veías aquel horror. Lo peor es que la gente se lo creía. Con los años he llegado a la conclusión de que el Prestige fue el primer caso de Fake News, antes de que se llamaran así”.
“Las mentiras han existido toda la vida –añade Sergi San Julián-. Aunque no habían tenido ese nombre de Fake News hasta hace poco. Ahora parece que poner etiquetas a las cosas las hace novedosas, pero realmente las mentiras no las inventaron en aquel momento ni las han inventado ahora. Desde que hay un poder que quiere mantenerse, usa las mentiras para hacerlo”.
La primera parte se publicó en 2007
Gracias a esta edición, han podido completar la historia, cuya primera parte se publicó en 2007. “Cuando se editó la primera vez solo salió la mitad de la historia –asegura Carlos-. Unas 80 páginas de 200. Ahora tenemos la historia completa. Y gracias al retraso que hemos tenido hemos podido incluir la sentencia del juicio, que a mí ya me terminó de rematar. Me pasó como con lo del tren de Angrois, el metro de Valencia… que parece que al final el único culpable es el que conduce”.
“Por eso –añade Carlos-, hemos hecho esa especie de epílogo de la historia en la que vemos qué ha pasado con cada uno de los protagonistas y donde están años después”.
Un epílogo que está sin colorear y se publica fuera de la historia, en las últimas páginas del cómic. “Lo hemos hecho así para que no rompa esa estructura de la historia contada hacía atrás –asegura el dibujante-. Queríamos que la sentencia del juicio y sus repercusiones apareciesen en el libro, pero que estuviera diferenciada del resto. Por eso creo que no colorearla fue una buena opción. Es como un boceto que hemos hecho con las entrañas. El único momento de cabreo visceral que nos permitimos, cuando un marinero deja surgir su rabia acumulada durante años. Y también por eso queríamos esa diferencia de estilos”.
Una mezcla de trabajo periodístico y ficción contada al revés
El cómic cuenta la historia mezclando el trabajo periodístico y la ficción: “Como nos demostró Carlos Giménez con Paracuellos o Barrio, con la historieta se puede contar cualquier cosa –asegura Carlos-. Revistas como Madriz o El Cairo también nos demostraron que con las viñetas se podía llegar a los sentimientos. Lo único que faltaba era la temática. Y el cómic también puede hibridar cosas como el periodismo, la auto-ficción o la realidad”.
“Por eso este cómic es una ficción montada en base a la realidad –añade-. Todo lo que cuento es cierto, aunque cambio los nombres de los personajes o concentro varias personas en una sola”.
Lo más curioso es la forma de contarlo, ya que el cómic empieza por el final de la historia y va retrocediendo hasta el principio, hasta antes incluso del naufragio. “Lo hicimos así –nos cuenta Carlos-, porque todo el mundo conocía la historia y lo que me interesaba es hablar de nosotros como sociedad, por qué habíamos respondido de esa forma. Y para eso lo mejor era contarlo hacia atrás, de forma que a veces te das cuenta de que las cosas no obedecen exactamente a lo que pensabas, sino que bien de otro sitio. Era un gran instrumento para analizar las causas de las cosas, para entender de donde sale todo esto. Ahora hay una serie en la tele, sobre la ruta del bacalao, que sigue la misma estructura, para averiguar de dónde surge todo”.
Preguntamos a Sergi San Julián si fue fácil para él dibujar la historia al revés. “Fue muy divertido. De hecho, ese desafío fue una de las cosas que más me atrajo del cómic, porque era complicado hacerlo bien. Fue un auténtico reto”.
Una historia coral con casi 40 personajes
“También fue complicado –añade el dibujante-, el que fuera una historia colectiva de casi 40 personajes en los que cada uno tiene su propia personalidad y los tienes que definir bien, intentando no caer en los estereotipos”.
Entre esos personajes destacan un político, un marinero y una periodista. ”Otero, el político, es un oportunista que solo piensa en su propio interés, aunque tenga un momento de brillantez, incluso de heroísmo, cuando, de forma espontánea, sale en defensa de la periodista cuando la atacan”.
“La periodista –añade-, es una mujer con muy buen fondo, pero muy malas maneras. Por lo que en un momento dado es capaz de hacer lo contrario de lo que piensa. Además, tiene un arco muy interesante, porque piensa en lo que es justo y lo que no, aunque luego tome las peores decisiones en su vida”.
“Y también tenemos a ese marinero –concluye el dibujante-, que en el fondo es un inocentón y no entiende la magnitud de la tragedia que está viviendo. Incluso, en un momento dado, del mismo modo que lucha contra la injusticia, se compra un coche de lujo con la indemnización; alqo que no debería hacer porque se mete en unos créditos imposibles de pagar”.
Al final, como en la vida, nos queda la impresión de que los que deberían evitar los desastres, a veces salen beneficiados de ellos. “Por desgracia sí –asegura Carlos. No hay más que recordar que Rajoy, que era el hombre de “los hilitos de plastilina”, acabó de presidente del Gobierno. Casi todos los implicados en el caso, tanto a nivel autonómico como nacional, salieron reforzados de este caso, algo que me sigue asombrando”.
Preguntamos a Carlos Portela si la zona ya está limpia: “Ya han pasado 20 años y el mar ha ayudado muchísimo a limpiarlo. Pero no podemos contar con eso, porque nos lo estamos cargando con el plástico y esas cosas. Hay que cuidar el medio ambiente para las próximas generaciones o esto se acaba”.
“Culpable hay mucha gente”
Al final, el único condenado por el desastre fue el capitán del barco, a nueve meses de prisión. “Yo creo culpables hubo muchos, aunque en distintas medidas –asegura Carlos-. Pero hubo muchas decisiones equivocadas, medios de comunicación que cambiaron de opinión cuando apareció el dinero, gente a la que se cayó con indemnizaciones… Soy muy crítico con esos sobornos o con ese reparto de dinero”.
“También soy critico con los periódicos que cambiaban repentinamente de opinión, cuando las cosas tampoco eran tanto en blanco y negro –añade el guionista-. Lo que intentamos explicar es que todo fue gris y que habría pasado con cualquier otro gobierno. Aunque en aquella época tuvieron más impunidad porque gozaban de mayoría absoluta y todavía tuvieron rédito para ganar otras elecciones. Pero no tengo demasiada fe en los políticos y no creo que hubiera habido mucha diferencia con otros”.
“No sé si hubo culpables –añade Sergi-. Pero desde luego hubo responsabilidades. Algunas más colectivas que otras. Carlos fue el que pilló el cabreo monumental cuando salió la sentencia, pero a mí me parece que culpar solo al capitán del barco o al conductor del metro de Valencia… son solo una parte de la maquinaria. Hubo una cadena de errores que el juicio se limitó a tapar. Y eso me parece vergonzoso”.
Preguntamos a Carlos si se podían establecer paralelismos con la gestión del chapapote y los primeros momentos de la pandemia de coronavirus. “Sí. Y también con la crisis económica de 2008. En esa época, cuando estábamos en plena crisis, se hablaba de desaceleración económica. Y la pandemia se decía que era muy poca cosa… No hay más que recordar lo que acaba de pasar con la manifestación de la Sanidad en Madrid que dicen que han sido cuatro. Y yo diría que han sido 400.000 como mínimo”.
“Cuando llegó la pandemia –añade Sergi-, poca gente se la esperaba. Pero podrían haber aumentado el número de médicos, haber hecho más por la población… pero al final tiramos de improvisación, que siempre ha sido algo muy nuestro. Improvisar soluciones que luego salen bien o mal, pero que luego nadie da la cara por ellos. Eso es un patrón que se repite mucho en España”.
Una ola de solidaridad sin precedentes
Pero no todo fue malo y el cómic homenajea a los voluntarios que fueron de toda Europa a recoger chapapote: “Afortunadamente hubo una respuesta muy positiva por gran parte de la sociedad, pero a nivel individual. No de los gobiernos ni de las instituciones, sino de esos 300.000 voluntarios que vinieron a limpiar las playas. A recoger chapapote”.
“Una de las protagonistas del cómic es Ana, la voluntaria catalana –asegura Sergi-. La verdad es que Carlos vapulea a todos los personajes menos a los voluntarios. Aunque entre ellos hubo también mucho pijerio… Pero Carlos asegura que no tiene más que palabras de agradecimiento hacia todos ellos, porque no tenían por qué hacerlo y vinieron a echar un cable”.
“Dibujar el chapapote es complicado”
Preguntamos a Sergi San Julián cómo se dibuja el chapapote: “Lo he dibujado como me lo imaginé. Vi muchas fotos y su aspecto depende mucho de la luz y los brillos. Así que tiré por el camino de en medio y dije: a mí me gustaría que fuese así. No creo que mi chapapote sea realista, pero si que evoca un poco el chapapote de todas esas fotos que vimos”.
Destacar que, a pesar de haber dibujado el cómic durante casi 20 años, no se aprecian excesivas diferencias en el estilo. “Me alegro de que pienses eso –confiesa Sergi-, porque he sufrido mucho con ese tema. Hubo un momento, cuando habían pasado diez años, que tenía que estar copiándome a mí mismo para ver cómo hacía las cosas por entonces”.
“Considero que en algunos momentos he tenido que empeorar mi dibujo –añade-, olvidando todo lo que he aprendido en estos años. La verdad es que, si me hubieran dejado, habría redibujado la historia entera, de principio a fin”
En cuanto a la documentación, Sergi asegura que: “Viví en Galicia una buena temporada y ya conocía el clima, esas nubes… me empapé de la arquitectura de toda la zona costera de Galicia. Después me puse a dibujar, reajusté esa documentación… trabajé con Galicia”.
Sus proyectos
Preguntamos a Carlos si la tragedia del Prestige sigue presente en Galicia: “Lo fundamental es que la gente reaccionó y se unió por encima de cuestiones políticas. Esto nos tocó a todos. Sabemos la dependencia que Galicia tiene del mar, que es una cosa como muy nuestra y a la que todos estamos vinculados. Los gallegos tenemos eso de que siempre se puede llegar a un acuerdo, pero esto nos demostró que la única manera de llegar a un acuerdo fue salir a la calle. Eso fue muy importante”.
“Luego –añade el guionista-, hubo una cierta sensación agridulce con las elecciones locales, porque no se entendió que, a pesar de lo que había pasado, se votase lo mismo. Sobre todo, dejó descolocada a los voluntarios que vinieron de fuera. Y en cierta forma fue cierto, porque era el momento para demostrar esa desazón. Pero que conste que en las siguientes elecciones cambió el gobierno, por primera vez en cuarenta años”.
En cuanto a sus proyectos, Carlos nos comenta: “En marzo saldrá un cómic que he hecho con Keko (Yo, asesino), que se titula No a menos de 1000 pies de distancia y que trata sobre el mundo de la pederastia en Florida. Creo que va a traer cola”.
“Al mismo tiempo –añade el guionista-, estoy haciendo una cosa completamente diferente que es finalizar Las nuevas aventuras de Esther, un proyecto que empecé con Pura Campos, antes de que falleciera, y que está dibujando Aneke (Ana Murillo Yagüe). Es posible que salga a finales del año próximo”.
En cuanto a los proyectos de Sergi: "Yo tengo varias cosas, pero la más cerrada es la historia de un dibujante de Barcelona, de mi barrio, que se llamaba José Cabrero Arnal (C. Arnal) y que, tras la Guerra Civil dio con sus huesos en Mauthausen, donde pasó cinco años de cautiverio. Pero acabó siendo uno de los dibujantes más populares en la Francia de los años 70. Voy a hacer una novela gráfica sobre su vida”.