'Pentiment', una arriesgada y magistral lección de historia
- La aventura narrativa de Obsidian para Xbox y PC nos traslada a la Baviera del siglo XVI
- Nuestras decisiones marcan un relato que refleja magistralmente los conflictos de la época
Quienes duden del poder de los videojuegos para contar historias y para transmitir conocimiento tienen a partir de ahora un nuevo rival. Pentiment, el nuevo título de los creadores de Fallout: New Vegas, es un tratado jugable sobre la sociedad europea del siglo XVI. Los privilegios de la Iglesia y la nobleza, la irrupción de la Reforma luterana, el nulo papel de la mujer en las decisiones políticas... todo pasa ante nuestros ojos de una manera sutil, sin subrayados, en una aventura de misterio casi 100% basada en los diálogos.
Comenzamos Pentiment como Andreas Maler, un artista que trabaja en un monasterio ilustrando libros mientras prepara la obra que le permita establecerse como maestro en su Núremberg natal. A nosotros nos corresponde darle un trasfondo a Andreas, decidir dónde ha pasado sus últimos años y cuáles son las habilidades que aprendió (lógica, teología, finanzas...). Esta es la primera de muchas decisiones que marcarán nuestro camino en el juego. Si elegimos finanzas, por ejemplo, Andreas podrá resolver disputas económicas entre los monjes y el pueblo.
Las primeras horas del juego pasan lentamente. Advertimos que Pentiment no es para jugadores impacientes o ávidos de acción. Se cuece a fuego lento y va creciendo a medida que adquirimos detalles de una trama cada vez más misteriosa. Hablando con los vecinos de Tassing, el pueblo donde nos alojamos y que está a los pies del monasterio, iremos conociendo sus problemas y la personalidad de cada uno. Para que no nos perdamos entre tanto nombre podemos acceder a una pequeña biografía de todos los personajes pulsando un botón.
El primer giro en la historia no llega hasta pasadas un par de horas. Un noble que visitaba el monasterio es asesinado y se acusa al monje que lo encontró. Como Andreas no cree que sea el asesino, se nos da un breve plazo para descubrir al culpable antes de la hora del juicio. Ahí empieza una investigación en la que debemos recopilar pruebas, interrogar a los sospechosos y presentar un acusado. Aquí es donde el juego recuerda más a El nombre de la rosa o a una novela whodunnit, pero pronto descubriremos que hay fuerzas que manejan los hilos para que la verdad no vea la luz.
Decisiones que marcarán a generaciones
Pentiment lo fía casi todo a la palabra y nos pasaremos horas y horas leyendo. Solo hay unos pocos minijuegos o puzles muy sencillos intercalados en la trama y que no suponen un desafío. La personalidad de los personajes se nos muestra a través de su escritura en los bocadillos, en uno de los hallazgos de un juego sin voces. Los campesinos tienen una letra más tosca, mientras que los monjes usan una letra refinada y el impresor del pueblo usa el tipo de la imprenta en sus diálogos. El estado de ánimo también se muestra a través de erratas que el juego corrige pasados unos segundos o borrones cuando un personaje está enfadado o alterado.
Las respuestas que demos a cada personaje influirán en la opinión que tengan sobre nosotros. En cada diálogo se nos muestran distintas opciones de respuesta, que pueden ir de la más incisiva a la más prudente, y también aparecerán opciones relaciondas con nuestras habilidades. Si tenemos la habilidad de la oratoria podemos persuadir mejor a nuestros interlocutores, por ejemplo. Pero hay que ser cuidadoso con lo que decimos. Si criticamos la posada del pueblo, puede que la posadera no colabore con nosotros más adelante y se nos cierre una de las vías de investigación.
La trama se prolonga a lo largo de 25 años a comienzos del siglo XVI y afecta a varias generaciones. Está plagada de referencias a artistas, santos, filósofos y personajes históricos. Cuando uno aparece citado en un diálogo podemos conocer más pulsando un botón, que nos mostrará las anotaciones de ese gran libro que estamos jugando. Si además queremos profundizar en la materia, en los títulos de crédito aparece la bibliografía que han usado sus creadores. Algo muy poco habitual pero que da una muestra más del carácter único de Pentiment.
La sensación que queda después de concluir las alrededor de 15 horas del juego es la de haber asistido a un relato extraordinario y al mismo tiempo a una lección de historia y arte. Conoceremos muchos detalles de esa sociedad en plena transformación y al final queda un mensaje de esperanza, de cómo pequeñas decisiones acaban en grandes cambios y ponen fin a las injusticias.
El director del juego, Josh Sawyer, ya advirtió de que Pentiment "no sería para todo el mundo". Ni falta que hace, pero sí que se necesitan juegos así de arriesgados.