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La Biblioteca Nacional mira a Antonio de Nebrija, el sabio "audaz" que anticipó el valor de la gramática

  • La BNE dedica la mayor exposición hasta la fecha al humanista sevillano
  • Nebrija fue un visionario que trasladó su interés por el léxico a múltiples materias

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Retrato de Antonio de Nebrija
Retrato de Antonio de Nebrija

En 1492, Antonio de Nebrija mostró a la reina Isabel la Católica el embrión de lo que se convertiría en la primera gramática en castellano. La monarca no estaba convencida de la utilidad del manual, pero el profesor, cargado de razones, le convenció de la importancia de bucear en las reglas del lenguaje para expandir la sabiduría en un mundo cambiante, regido por la conquista de América.

El resto es historia, además de este ambicioso-y avanzadísimo- proyecto que hasta contaba con un primigenio apartado para la enseñanza del “español para extranjeros”, Nebrija alumbró previamente sus célebres Introductiones Latinae (1481).

Una gramática del latín “revolucionaria” y bestseller de la época con la publicación de varias ediciones, que se adentraba en el dominio indispensable de la lengua franca en Europa. Tras su vuelta de Bolonia, de donde regresó convertido en gramático y humanista, el principal objetivo de Nebrija fue recuperar el latín clásico deteriorado por las delirantes interpretaciones del latín medieval.

Este éxito enmascara, sin embargo, un frenesí intelectual que le llevó a la creación de diccionarios bilingües, gramáticas para niños y adultos o libros sobre ortografía. Un empeño por difuminar las fronteras del léxico hacia materias como la medicina, el derecho, la botánica o la astronomía en su postura de admiración total hacia la herencia de los clásicos.

'Introductiones Latinae' (1481) BNE

La Biblioteca Nacional mira hacia este inabarcable legado con la mayor exposición sobre el primer humanista español como guinda a la celebración del “año Nebrija”, que conmemora el 500 aniversario de su muerte.

Nebrija (c. 1444-1522), el orgullo de ser gramático. Grammaticus nomen est professionis, que cuenta con una experiencia virtual en la BNE, va de la mano de un recorrido histórico por el siglo XVI, engarzado en el perfil vital de Antonio de Nebrija, que volcó en la docencia en la Universidad de Salamanca, donde fue catedrático de Gramática, su entusiasmo por la educación como palanca de mejora social.

“A la reina le presenta varias gramáticas. Le dice que es clave para ser un buen gobernante hacer crecer las letras y que florezcan las artes de la paz como son la literatura y la cultura frente a las guerras”, señala Teresa Jiménez, catedrática de Filología Latina de la Universidad de Alcalá y comisaria de la muestra.

Por su parte, Isabel la Católica recogió el guante del conocimiento que le tendió Nebrija. “Le pidió que tradujese su gramática latina a una versión bilingüe latín castellano, para que las mujeres, y ella pensaba en las monjas y en sus damas, pudieran entender los textos sin necesidad de los varones. Se trataba de que tuvieran independencia de criterio y accedieran al saber sin intermediarios”, señala Jiménez.

La comisaria recomienda recorrer con pausa la exposición para observar el “diálogo entre las obras”, más los retratos de los mecenas que auspiciaron a Antonio de Nebrija como el cardenal Cisneros en un contexto histórico.

Entre las joyas que se exhiben destacan el Breviario de Isabel la Católica, ricamente decorado y convertido en emblema; los manuscritos caligrafiados por el propio Nebrija en sus tiempos de estudiante, “tenía una caligrafía muy buena y ganó dinero copiando antes de la llegada a la imprenta”; la primera edición de las Introductiones Latinae y su copia manuscrita para el maestre de Alcántara; o la Gramática sobre la lengua castellana de 1492.

El impulso de la imprenta y choque con la Inquisición

La audacia del gramático no se plegaba a obstáculos. En 1506 idea su proyecto más osado: el comentario a cincuenta pasajes de las Sagradas Escrituras. La Inquisición le frena en seco y el intelectual responde con Apologia, un manifiesto a favor de la libertad de expresión y de cátedra.

“Él dice que como gramático puede investigar el léxico de la Biblia o del derecho o la medicina, dado que no se va meter en cuestiones de exégesis teológica nadie le puede poner ninguna barrera. Esto se lo dice al Inquisidor General que le amenaza con la excomunión”.

'Introductiones Latinae' se convirtió en un éxito BNE

Como visionario multidisciplinar se convierte en uno de los primeros autores en negociar directamente los derechos sobre sus obras, y se apercibe de la importancia de la imprenta para la difusión universal de su plan didáctico. Fragua acuerdos comerciales con los impresores en una labor que continuaron sus hijos, que sostuvieron su ideario.

Su Gramática, enraizada en el latín como puerta hacia el conocimiento de otras lenguas, cambió las reglas del juego. Un manual que no dejó de afinar con el paso de los años hasta convertirlo en una enciclopedia lingüística.

“El siempre defendió y demostró que la gramática era la llave del conocimiento en las reglas y en el léxico. Y si uno no es capaz de expresarse bien, pues queda prácticamente vedado cualquier avance posterior”, explica Teresa Jiménez.

Introductiones Latinae fue revisado en el siglo XIX y se convirtió en referencia en el estudio de los andamiajes del lenguaje en una proyección al resto de Europa y América. Fiel a su carácter, el sevillano siempre enarboló el orgullo de ser un grammaticus: un modesto profesor de lengua latina pero a su vez muñidor del cosmos infinito de las letras.