Mari Carmen, víctima de malos tratos durante más de 40 años: "Denunciar me ha liberado"
- Las mujeres de más de 65 años tardan 30 años en verbalizar que son víctimas de maltrato
- "Me iba todas las mañanas a caminar para no escucharlo", cuenta Mari Carmen a RNE
- La atención primaria es clave para identificar casos de mujeres que no se atreven a denunciar
Mari Carmen tiene 74 años y lleva más de media vida sufriendo maltrato por parte de la que era su pareja. Ahora, ha decidido dar el paso y hace unas semanas denunció. Hoy, dice, se siente "liberada y feliz", aunque la tristeza aparece, sobre todo, por las noches.
"Ahora tengo más alegría, soy muy presumida, me pongo mis pendientitos y collarcitos, mi pelo muy liso... lo que pasa es que no tengo mis cosas aquí", relata. Han sido 44 años de maltrato psicológico e insultos.
"Cuando él llegaba ya me ponía nerviosa. Me decía "¡Puta, vete para tu país!", me gritaba que no valía para nada. Me decía tantas cosas que ya ni me acuerdo", cuenta, recordando también que él no le dejaba estar con sus amigas.
Salió de su casa sin nada, después de que él la agrediera físicamente. Tuvo claro que, aunque ella se sentía "pequeña, ya no podía seguir allí". Detrás dejaba todas sus cosas: su ropa, sus medicinas y los recuerdos de toda una vida. Eran las siete de la tarde cuando miró el reloj en la comisaría y esa noche ya durmió en una casa de acogida de la Asociación Nuevo Hogar Betania.
"Aquí estoy muy bien, las chicas me cuidan todas mucho, pero me da pena porque yo quería envejecer junto a él. Estamos los dos solitos", añade.
Mujeres mayores: doblemente vulnerables
Según un estudio reciente, las mujeres que sufren violencia de género tardan casi nueve años en verbalizar su situación y las que tienen más de 65 años esperan 30 años hasta dar el paso. Y hay que tener en cuenta que muchas permanecen toda la vida junto a sus maltratadores porque, según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, solo denuncian dos de cada 10 mujeres.
Los datos de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género apuntan a que el 40% de las mujeres mayores han sufrido violencia de género por parte de su marido. Tres de cada cuatro viven violencia psicológica y más de la mitad mantiene relaciones sexuales sin consentimiento por miedo a la violencia física.
Mari Carmen reconoce que se refugiaba escuchando la radio y también dando sus paseos matutinos. "Me iba todas las mañanas a caminar para no escucharlo. Estaba toda la mañana en la playa, me gustaba ver a la gente hacer ejercicio y por la tarde ya me daba mucha ansiedad pensar que tenía que estar con él. Y yo pensaba: si supiera que me quiero ir, pero que no lo hago porque no sé dónde meterme... Durante esos paseos también iba al psicólogo, aunque intentaba que él no se enterara porque me decía: "ya vas donde los locas"".
Mari Carmen puede ir hoy libre a la consulta de la psicóloga
Ella dice, emocionada, que es parecido "a hablar en la radio". Le encanta ir donde Claudia. Allí, reconoce, se siente "muy bien" porque en la sala en la que hablan encuentra "una paz desconocida" para ella. "La psicóloga y el resto de niñas son muy importantes para mí porque no me van a dejar sola. Son un apoyo y las siento como mi familia".
En el piso nunca habían tenido a una mujer de la edad de Mari Carmen y Claudia, la psicóloga del centro, nos explica que el trabajo que hacen con las mujeres mayores tiene algunas particularidades porque se trabaja desde puntos de partida más básicos.
"La culpabilidad es un sentimiento que les acompaña mucho a lo largo del tiempo y es uno de los aspectos que más trabajamos, porque hay una parte de anulación de la personalidad de la víctima. Esto afecta a la autoestima y al autoconcepto". "Uno de los sentimientos de cualpabilidad que tiene Mari Carmen es el que él esté solo, el abandono. Cómo se va a servir por si mismo y cómo va a poder comer es lo que más le preocupa", nos explica Claudia.
Otro de los aspectos que se da en estas edades, asegura la psicóloga, es la normalización de la violencia. "Forma parte de su vida y se da el factor de la indefensión aprendida, que hace que muchas se rindan al sentir que son situaciones incontrolables", explica. Mari Carmen dice que muchas veces prefirió que le pegara. Ella sabía que podía denunciar pero no se atrevía porque no tenía señales físicas.
"Se lo dije a mi médico pero solo me mandó unas pastillas"
Los efectos del maltrato también se ven en la salud y la movilidad de estas mujeres y los expertos siempre recalcan que la atención primaria es un servicio en el que se pueden identificar casos de mujeres que no se atreven a denunciar. Mari Carmen, reconoce, no se atrevía a contar su situación a nadie, tampoco a sus amigas.
Asegura que las vecinas sí escuchaban cuando él gritaba, pero que una vez pidió ayuda y "nadie hizo nada". También fue a la policía dos veces antes de denunciar, pero en la puerta se dio la vuelta. Además, haciendo memoria, recuerda que lo verbalizó en la consulta de su médico de atención primaria. Pensó que allí, quizá, podría terminarse todo. "Hace tres o cuatro años a mi médico se lo dije un día y él no me puso atención, solo me mandó unas pastillas, no me preguntó y yo me quedé callada".
Hoy siente que lo mejor que ha hecho es tener "valor" para irse. "Me sentía como una ancianita y ahora como una muchacha de 40 o 30 años", dice sonriente.
Los más de 40 años de convivencia le pesaban, pero ese día, el de la denuncia, no lo pensó. "Sentí que me he liberado de todo. Por eso quiero montar en un globo, porque quiero sentir lo que sentí cuando fui a denunciarlo. Yo creo que voy a sentir eso", relata emocionada.