El minimalismo frente al Black Friday, una herramienta contra la impulsividad: "Te hace consciente de lo esencial"
- Este estilo de vida busca desprenderse de lo innecesario para priorizar lo esencial, que depende de cada persona
- Entre otros beneficios, se asocia con un menor número de preocupaciones y con un mayor autoconocimiento
El 60% de los españoles comprará algo este viernes, pero la divulgadora de Viviendo Consciente Noemí del Rosario ha cerrado su tienda. “El Black Friday es la guinda del pastel del consumismo”, opina, y no quiere ser una más de las múltiples ofertas que incitan a la impulsividad. Por el contrario, abraza el minimalismo, un estilo de vida que prioriza el lema “menos es más” y “te hace ser consciente de lo esencial”. “Me da mucha paz”, asegura.
Del Rosario cree que los anuncios, las redes y sus influencers “nos cuelan necesidades que no son nuestras”, haciéndonos perder dinero, tiempo y felicidad. Una opinión que comparte la autora del libro Esencia minimalista, Lucía Terol, que propone “una semana minimalista” frente al viernes negro. “Puede ser una buena oportunidad para poner en práctica sus principios y descubrir lo que realmente queremos”, sugiere.
Más allá de ser una herramienta contra el consumo excesivo e impulsivo, el minimalismo también puede conllevar diversos beneficios. Según el psicólogo Sergio de Dios, este movimiento puede ayudarnos "a conocernos mejor a nosotros mismos", así como a mejorar la concentración, el orden, la creatividad y la salud mental, pues "se asocia con un menor número de preocupaciones".
Pero, ¿qué es realmente el minimalismo y en qué consiste?
Una filosofía de vida diferente para cada persona
Quizás es más sencillo describir primero que no es el minimalismo. Pese a los rumores, no se basa en vivir con menos de 100 objetos, en viajar por todo el mundo con solo una mochila o en vender el coche. Es un estilo de vida que "consiste simplemente en eliminar lo innecesario para poder centrarse en lo que es importante”, y la concepción de “lo esencial” es diferente para cada persona. Así lo definen Joshua Fields Millburn y Ryan Nicodemus, los autores de Minimalismo: para una vida con sentido, famosos por haber dejado atrás una vida de opulencias, pero desgraciada.
Las personas que siguen una filosofía minimalista buscan la felicidad no en las cosas, sino en “llevar una vida plena”. Entienden que hay diversas “anclas” que pueden apartarnos de ese fin y que no están relacionadas únicamente con el consumo: también pueden encontrarse en relaciones o empleos poco satisfactorios, por ejemplo. Solo eliminando esos “excesos” creen que pueden concentrarse en las partes que consideran cruciales de la vida: la salud, las relaciones, las pasiones, el crecimiento y la contribución al mundo. "Desprenderse es liberarse", apuntan los escritores.
Por su parte, el psicólogo Sergio de Dios explica que el minimalismo no es sino una respuesta “lógica” frente al entorno que nos rodea, “marcadamente maximalista", que bebe a su vez de corrientes de pensamiento como el estoicismo. En un mundo frenético, estresante y en el que muchas ocasiones se usan las compras como estrategia de afrontamiento inconsciente, este estilo de vida propone la reflexión y el cuestionamiento de las posesiones, a las que se les quita todo valor emocional. Es decir, no consististe únicamente en tener menos cosas, sino que implica un cambio de mentalidad.
Un cambio de pensamiento que, según Millburn y Nicodemus, comienza por la siguiente pregunta: "¿Qué elementos, tareas y relaciones crees que son innecesarios y que, por tanto, puedes eliminar de tu vida para dedicar tu tiempo y tu energía a los cinco valores?". Y, aunque sea difícil de responder, los minimalistas aseguran que merece la pena.
Paz mental, menos estrés y mayor orden: "Nada de lo que hacía antes era suficiente"
Son muchas las personas que aseveran que el minimalismo ha cambiado sus vidas. Una de ellas es la divulgadora Lucía Terol. Hace tantos años que sigue esta tendencia que le es díficil rememorar cómo era su día a día antes, pero sí recuerda lo que más infeliz le hacía: estar "llena de listas". "Estaba ocupadísima, siempre me faltaba algo más por hacer", un libro más que leer, una retahíla de actividades o productos que conseguir. Se iba a dormir con la sensación de que "nada de lo que hacía era suficiente", pero ahora se siente cómoda en su propia piel. "Me siento mucho mejor conmigo misma", celebra.
“Un espacio poco cargado te da paz y tranquilidad“
Para la organizadora profesional de espacios Oihane Cantabrana, el minimalismo es útil sobre todo aplicado en el hogar. "Un espacio poco cargado te da paz y tranquilidad", mientras que la acumulación de objetos "te hace estar más alerta y estresado", opina. Ahorrar tiempo en mantener las cosas en buen estado o limpias y evitar gastos innecesarios son otros de los beneficios de este etilo de vida que observa Cantabrana.
Asimismo, la activista Noemí del Rosario destaca "el orden interno" que proporciona el minimalismo más allá del material. Como Terol, ella también siente que esta filosofía le ha otorgado "mucha tranquilidad mental", aunque sugiere que es igualmente una buena forma de cuidar el planeta. Al analizar en profundidad las necesidades u cubrirlas con lo esencial, se consume menos "y se genera menor gasto energético". "Redunda en una armonía con el medio ambiente", asegura a RTVE.es.
El minimalismo se utiliza incluso en muchas consultas psicológicas, pues este tipo de pensamiento ayuda a conocerse mejor y a tomar decisiones de forma consciente, de acuerdo a Serio de Dios. "Cuando llega un paciente viene con un pequeño caos, y nos es más fácil ordenar un universo con pocos elementos que otro lleno de ellos", explica. Puede servir, por ejemplo, para entender y aceptar que ciertas situaciones escapan de nuestro control y que por ello no merecen nuestra preocupación. Pero es útil igualmente para mejorar la concentración, ser más creativos o tener relaciones más íntimas y beneficiosas.
Sin embargo, el profesional de la salud mental advierte también que el minimalismo puede entrañar algunos riesgos. Tener menos objetos puede llevar a algunas personas a desarrollar un apego intenso por ellos o priorizar lo que es esencial para uno mismo puede volvernos "demasiado dependientes, egoístas y vulnerables". La clave está en la reflexión.
Minimalismo y consumo: un "impermeable" frente al Black Friday
Los minimalistas Millburn y Nicodemus definen el Black Friday como el día en el que "la codicia se vuelve voraz", cuando "consumimos sin glotonería" sin tener en cuenta el daño que nos infligimos con ello. Pero no se posicionan en contra del consumo. "El minimalismo no te da razones para no comprar, sino que te hace ser consciente de lo que realmente necesitas", escriben. Un punto de vista que comparten los entrevistados por RTVE.es.
Así, muchas personas que llevan un estilo de vida minimalista creen que el Black Friday puede ser una buena ocasión si desde hace tiempo se tiene una necesidad. El problema es que muchas de nuestras decisiones de compra son emocionales, y suelen utilizarse como estrategia de afrontamiento frente al malestar. Adquirir un objeto suponiendo inconscientemente que este nos hará sentir bien es algo muy habitual en las consultas psicológicas, cuenta Sergio de Dios.
Además, la publicidad y sus ofertas con cuenta atrás despiertan la impulsividad a través "del miedo a ser los únicos en perdernos una oportunidad", sugiere Lucía Terol. Una situación frente a la que propone la reflexión del minimalismo: "Es un cuestionamiento que te hace ser impermeable al consumismo". Tomar un par de minutos de pausa antes de realizar una compra puede ayudarnos a conocernos mejor, a la par que a no caer en el consumismo del Black Friday, opina.
"Soltar la etiqueta o alejarnos de la pantalla y respirar profundamente" son algunos de los consejos que pueden seguirse para afrontar este viernes desde un punto de vista minimalista. Pero, sobre todo, Terol aconseja que sirve recordar que "si pagas 25 euros por algo que costaba 75 y que no necesitas, no pienses que estás ahorrando", sino malgastando tu tiempo, dinero, espacio y salud mental.