Una "epidemia" de cáncer se cierne sobre los adultos menores de 50 años, aunque todavía es evitable
- Un estudio, publicado en Nature, revela que la incidencia de tumores de inicio temprano está creciendo desde 1990
- Sin embargo, los oncólogos recuerdan que se pueden prevenir en gran medida si se mantiene un estilo de vida saludable
En las próximas décadas, el cáncer seguirá siendo uno de los principales problemas de salud pública en todo el mundo. Se estima que entre 2020 y 2040 se producirá un incremento de casi un 50% en los nuevos diagnósticos de esta enfermedad. De los nuevos casos, una buena parte corresponderá a pacientes jóvenes, hasta el punto de que los oncólogos advierten de una "epidemia" global que amenaza a adultos menores de 50 años.
La aparición de cánceres en este grupo de edad ha aumentado en todo el mundo, incluido España. Un estudio publicado en la revista Nature, en el que se revisan los casos oncológicos registrados en 44 países desde la década de 1990, revela que la incidencia de los tumores de inicio temprano está creciendo, especialmente en países de ingresos medios y altos. Este incremento se ha observado especialmente en cáncer colorrectal y en otros 13 tipos de tumor, como el de mama, esófago, riñón, hígado, páncreas, próstata, estómago o tiroides.
Los autores del estudio afirman que el aumento en los adultos jóvenes se debe en parte a la mejora en las pruebas de detección de algunos tipos de cáncer, como el de tiroides. Pero este hecho no explicaría por sí mismo la tendencia, según asegura uno de los investigadores que han realizado el trabajo, Shuji Ogino, profesor de Patología en la Escuela de Salud Pública T. H. Chan, de la Universidad de Harvard.
Ogino y el resto del equipo científico sostienen que esta incidencia disparada se debe a una mezcla de factores de riesgo que probablemente actúan de manera conjunta, algunos conocidos y otros que aún deben investigarse. Según sugieren, resulta determinante el exposoma en etapas tempranas de la vida, que incluye, entre otros elementos, la dieta, el sedentarismo, la obesidad, las exposiciones ambientales o el microbioma.
Este exposoma -aquellos factores no genéticos a los que un individuo está expuesto a lo largo de su vida y que condicionan su estado de salud- se ha transformado sustancialmente en todo el mundo desde mediados del siglo XX. Así, según los oncólogos, en las últimas décadas se han producido importantes cambios negativos a nivel mundial en el estilo de vida, como la adopción de estilos dietéticos occidentales y el consiguiente incremento de los niveles de obesidad, que tienen un impacto directo en esta mayor incidencia de cáncer a edades cada vez más jóvenes.
Por esta razón, los investigadores del estudio concluyen que "el objetivo inmediato debería ser concienciar sobre la epidemia de cáncer de aparición temprana, y mejorar el estilo de vida desde etapas tempranas".
Importancia del exposoma
Josep Tabernero, jefe de Oncología del Hospital Vall d’Hebrón de Barcelona, manifiesta a RTVE.es que, efectivamente, "uno de los grupos donde está aumentando la incidencia de cáncer de manera importante es en los adultos jóvenes", algo que, a su entender, "está muy relacionado con el exposoma, con los factores ambientales a los que nos exponemos a lo largo de nuestra vida".
Este oncólogo pone como ejemplo el uso de antibióticos, "que ha aumentado de manera indiscriminada desde hace 30 años , lo que además de crear gérmenes multiresistentes e infecciones intratables, provoca que nuestro microbioma se esté viendo alterado, y en vez de tener un microbioma benigno y saprófito, lo cambiamos por otro totalmente anómalo, que genera muchas enfermedades, entre ellas el cáncer".
Para Isabel Echavarría, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), "los datos que presenta este estudio no sorprenden", ya que "el incremento en la incidencia del cáncer es una realidad que conocemos desde hace tiempo, al igual que el incremento en población más joven". Esta doctora asegura que "al igual que a nivel mundial, en España está aumentando la incidencia del cáncer, incluyendo los diagnósticos en menores de 50 años".
El informe Las cifras del cáncer en España, elaborado por la SEOM y la Red Española de Registros de Cáncer, prevé que en 2040 la incidencia en nuestro país llegue a los 340.000 casos, con un aumento de casi un 22% con respecto a las previsiones para 2022. Durante el presente año, este estudio estima que se detectarán 280.000 nuevos casos en España, 160.000 correspondientes a hombres y 120.000 a mujeres.
En las últimas décadas, el número absoluto de cánceres diagnosticados en España ha crecido a causa del aumento poblacional, el envejecimiento de la población y la exposición a diferentes factores de riesgo. Sin embargo, en algunos tipos de cáncer, como el colorrectal y los de mama, cérvix o próstata, esta tendencia se explicaría por un incremento de la detección precoz.
La supervivencia se ha duplicado
En cuanto a la mortalidad por cáncer en España, se estima que esta aumentará de los 113.000 casos que se produjeron en 2020 hasta los más de 160.000 previstos para 2040. Pero detrás de estas cifras también hay un dato esperanzador: la supervivencia de esta enfermedad se ha duplicado en los últimas cuatro décadas y es probable que continúe creciendo en los próximos años, aunque cada vez de una manera más lenta. Sin embargo, este aumento de la supervivencia no compensará el aluvión previsto de casos de cáncer.
"Hay que luchar en los dos frentes", opina Josep Tabernero, quien recalca que se está aumentando la supervivencia de la enfermedad gracias a diferentes factores, como un mejor y más rápido diagnóstico, o los avances que se están produciendo en la medicina de precisión, pero "esto cuesta tanto, que hemos de evitar los tumores que son evitables, que representan entre el 45% y el 50%". Así, para este científico, que también es director del Instituto Vall d’Hebron de Oncología (VHIO), "la política de los departamentos de salud tiene que centrarse en evitar lo evitable, y tratar mejor lo no evitable, para conseguir una supervivencia aún más alta".
"Hay que luchar en el campo de la prevención y luego hay que diagnosticar las enfermedades de una manera más precoz, así como mejorar los tratamientos. Son dos batallas paralelas, y una no quita a la otra", recalca.
Un tercio de las muertes, evitables
Sobre estos tumores contra los que sí que se pueden adoptar medidas preventivas, Isabel Echavarría recuerda que "una de cada tres muertes por cáncer se debe a factores de riesgo evitables", por lo que "podemos actuar para reducir ese riesgo". "El estilo de vida impacta en el desarrollo de cánceres tempranos. Una exposición precoz a estos factores de riesgo relacionados con el estilo de vida hace que se pongan en marcha de forma precoz los mecanismos de carcinogénesis y el desarrollo de tumores a edades más tempranas de las que se veían hace unas décadas", explica en relación a esa mayor incidencia en adultos cada vez más jóvenes.
"Es importante fomentar desde la infancia un estilo de vida saludable, y concienciar sobre el papel reductor de riesgo que puede tener dicho estilo", añade esta oncóloga, que desarrolla su trabajo en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
La Organización Mundial de la Salud destaca que los factores de cáncer evitables son, a grandes rasgos, cinco: el tabaco, las infecciones, el alcohol, el sedentarismo y las dietas inadecuadas. Reducirlos ayudará a reducir el impacto de esta "epidemia" que amenaza a adultos menores de 50 años.
Aunque los oncólogos también dejan claro que, al menos de momento, el cáncer es una enfermedad con la que habrá que aprender a convivir. "Probablemente siempre va a estar ahí, pero no con estos números", opina al respecto Josep Tabernero. "Si mejoramos nuestro estilo de vida, empezaremos a bajar el número de cánceres, y en cuanto a los que aparezcan, los diagnosticaremos más rápidamente, los trataremos mejor, curaremos más y cronificaremos más, pero no podemos decir, con el conocimiento que tenemos en 2022, que el cáncer vaya a ser una enfermedad que desaparezca del mapa", prosigue.
"Solo desaparecería si nos muriésemos a los 30 o a los 40 años de otra cosa, pero la tendencia es que la longevidad de la población está aumentando, y con ella la posibilidad de que nuestros tejidos se vean expuestos cada vez más a factores que los vayan alterando. Podemos luchar de muchas maneras, pero no lo eliminaremos nunca al cien por cien", concluye este oncólogo.