Un libro repasa las inolvidables colecciones de cromos de nuestra niñez
- Guillem Medina publica Cromos, cromos y cromos. Un viaje por las colecciones de los últimos 100 años
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¿Quién no recuerda aquel álbum de cromos de su niñez, basado en alguna famosa serie de dibujos animados? ¿O los de la liga de fútbol de cada año? ¿O aquel último cromo que nunca pudo conseguir para completar su colección? Ahora, el fotógrafo y escritor Guillem Medina (Toyland, Fotografiando a los monstruos) publica el libro Cromos, cromos y cromos. Un viaje por las colecciones de los últimos 100 años (Diábolo ediciones), en el que encontraréis todos esos álbumes que seguimos recordando (o atesorando) con cariño.
Un llibro que es una revisión y ampliación de Lo tengo repe, que Guillem publicó en 2014. "Cuando el editor de Diábolo Ediciones, Lorenzo Pascual -nos cuenta Guillem-, me dijo que le gustaría reeditar el anterior libro Lo tengo repe, pensé que era la ocasión perfecta para añadir muchos álbumes de cromos por los que me habían preguntado los lectores y no había podido incluir".
"De hecho -añade el escritor-, el libro anterior estaba muy centrado en las colecciones de cromos de los años 70 y 80 y se estructuraba por tipos de productos alimenticios que ofrecían cromos junto a sus productos: pastelitos, yogures, chicles, etc. Este libro, en cambio, sigue un orden más cronológico y va desde los primeros álbumes allá por 1900 hasta más o menos el año 2020; como ves, abarco un amplio periodo de tiempo y, sobre todo, aquí encontraréis muchas más imágenes, más álbumes y más información".
Un repaso a colecciones míticas
Personalmente, cuando veo algunos de los álbumes que incluye Guillem, no puedo evitar recordar alguno de esos cromos que nunca logré conseguir. "Como siempre, cada vez que me enfrento a un nuevo libro procuro tener mucha información de antemano -nos comenta Guillen-, pero lógicamente cuando vas escribiendo e investigando te van apareciendo álbumes nuevos que desconocías, sobre todo en referencia a los álbumes que van entre los años 20 y 60 del siglo pasado. Era increíble la cantidad de álbumes que se llegaron a publicar y las muchas empresas que se dedicaron a ello".
"Por eso -añade-, cada vez que encontraba la portada de un álbum nuevo era genial, era como el cromo que te faltaba y que te costaba tanto dar con él. Personalmente nunca fui muy riguroso con mis colecciones; es evidente que me gustaba acabarlas, pero si me faltaban uno o dos cromos para terminarlas y todos los sobres que me iba comprando me salían repetidos, desistía pronto. Siempre te quedaba, sin embargo, la opción de ir a los alrededores del Mercado de San Antonio, aquí en Barcelona, e intercambiar los repetidos por alguno que te faltase. O escribir directamente a la editorial y pedirle el cromo que se te resistía".
Pero... ¿Es fácil conseguir imágenes de estos cromos? "Como siempre, a veces es más difícil encontrar información de productos que se vendían aquí en España que de productos, por ejemplo, norteamericanos -asegura Guillem-. Pero bueno, he intentado, siempre que escribía sobre un álbum, dar unos datos básicos: el año de aparición, la empresa que lo editó, el número de cromos que tenía y si podía encontrar el ilustrador que realizó los dibujos, pues también. Pero ya te digo que a veces era complicado. Lógicamente, me he ayudado de algunas páginas web muy interesantes o foros que escriben los propios coleccionistas y ofrecen información de primera mano que siempre es muy útil".
El libro
Precuntamos a Guillen cómo ha estructurado este libro en el que repasa tantas y tantas colecciones de cromos. "El libro se estructura en diez capítulos, cada uno de una temática diferente, y dentro de cada capítulo he seguido más o menos un orden cronológico -confiesa-. Así, podemos encontrar un capítulo digamos «antecedente», que habla de las colecciones de cromos que venían en las tabletas de chocolate, para pasar a otro dedicado a los astros del cine y a las películas de más éxito. Lógicamente, las películas que más gustaban a los niños eran las de Disney y por eso se merecen un capítulo aparte, y continúo con el mundo de la televisión, sus series y sus presentadores favoritos".
"En este libro -añade el autor-, no podían faltar tampoco los álbumes dedicados a la naturaleza, es decir el mundo animal, vegetal y mineral, así como los referentes a geografía e historia; dentro de este último apartado aparecieron muchísimos álbumes bélicos ilustrados con batallas, guerras, armas y uniformes del ejército. Aunque hoy en día sería más bien políticamente incorrecto, también hay un capítulo en exclusiva dedicado a los cromos «para niñas», que mostraban vestiditos, casitas y trajes típicos; de hecho, estos álbumes eran mis favoritos".
"En el libro también encontraréis un capítulo relativo a los ídolos musicales del pop, otro dedicado al mundo del deporte -donde el fútbol sigue siendo el rey- y un último capítulo a modo de cajón de sastre con álbumes de arte, de personajes de cómic e incluso los que versaron sobre el mundo del circo" -concluye Guillem-.
Los álbumes de cromos eran reflejo de su época
Muchos de estos álbumes de cromos eran reflejo de su época, como nos comenta Guillem: "El álbum de cromos siempre era un reflejo de la película, la teleserie o el cantante que estaba de moda en cada momento. A veces se han publicado álbumes de cromos para promocionar alguna película desconocida o alguna serie minoritaria y no han funcionado. El coleccionista quiere atesorar en forma de estampitas la película que ha ido a ver al cine y tener un recuerdo de ese film o, si ve una serie de televisión, adquirir el mayor número de merchandising posible, y aquí entra el álbum de cromos que le dedicaron".
"Lo mismo pasa con un cantante cuando está en su mejor momento -añade-. Por poner un ejemplo, en los sesenta los ídolos eran los Beatles y tuvieron su propio álbum de cromos, en cambio en los setenta triunfaron Camilo Sesto, Leif Garrett o incluso Karina y eran esos los que los coleccionistas querían ver reflejados en su álbum, y si nos vamos a los noventa pues serían las Spice Girls o los Backstreet Boys".
Pero hay unos álbumes que son atemporales: los de fútbol. "Si te refieres a qué temáticas siguen estando ahora tan vigentes como hace 50 años -afirma Guillem-, pues sí: los álbumes de fútbol siguen arrasando año tras año, aunque yo tengo la teoría de que muchas de estas colecciones las hacen los padres -que de niños ya eran coleccionistas- con la excusa de que son para sus hijos, pero los realmente interesados son los adultos".
"Otros temas que siguen atrayendo, aunque de otro modo, son las series de televisión del momento, los grandes blockbusters cinematográficos -sobre todo las películas de animación de Disney- y, en menor medida, también interesan los animales y alguna temática más -continúa el autor-. En cambio, otras temáticas han quedado ya bastante desfasadas y parece que no les apetecen ni a los coleccionistas ni a las empresas editoras de cromos: guerras, armas y uniformes militares, los cromos de temas religiosos, los dedicados al circo, etc".
En los álbumes para las niñas prevalecía el color rosa
Otra cosa en la que hemos avanzado mucho, aunque quede un enorme camino por recorrer, es en el de la iguladad. Por eso nos sorprenden tanto los álbumes de la épcoa destinados a las niñas. "Como te comentaba antes, esta distinción tan sexista hoy en día no sería muy correcta -afirma Guillem-, pero en los años sesenta y setenta no se miraba con malos ojos: al contrario, en los álbumes «de niñas» prevalecía el color rosa y las temáticas como la moda, la vestimenta de las etnias del mundo, las casitas típicas, las ilustraciones románticas".
"A partir de los ochenta -continúa-, el mercado queda colapsado por los álbumes dedicados a Barbie, la muñeca de Mattel. Con el tiempo, otras muñecas han tenido de forma esporádica también su álbum de cromos, como Sindy -la gran rival de Barbie, pero de la marca Hasbro-, la japonesa Hello Kitty, la perfumada Tarta de Fresa, las terroríficas Monster High, o más recientemente una tal Gorjuss de la empresa juguetera británica Santoro o las cabezonas LOL Surprise!"
"Hoy en día te puedes comprar toda tu infancia"
Preguntamos a Guillem si estos álbumes son fáciles y económicos de conseguir: "Ya he comentado alguna vez que, hoy en día, te puedes volver a comprar toda tu infancia: los juguetes que tenías, los álbumes de cromos que tu madre te tiró a la basura cuando creciste y que fueron a parar al contenedor junto a las barajas, los tebeos de Bruguera, etc. Solo es necesario disponer de una cartera abultada y tener paciencia, porque, como decía un amigo, «al final todo acaba saliendo»".
"Eso no quiere decir que no se especule de mala manera con el coleccionismo de cromos; bueno, como con todo -añade el autor-. Cuanto más difícil de conseguir es un álbum, o porque está en buenas condiciones, más alto es su precio, y a veces llegan a pagarse verdaderas fortunas por un solo cromo. Echando un vistazo a webs como Todocolección, compruebas que los álbumes más caros siguen siendo los de fútbol, con unos precios alucinantes que rondan los 6.000 euros, y he visto uno de Chocolates Simón -Tres años de vida mundial, de 1964- al que le falta un cromo y por el que piden ¡800 euros! Pero vaya, en esta web cada uno pone el precio que quiere a lo que ofrece, por lo que es como la bolsa, donde los precios suben y bajan dependiendo de la demanda".
Álbumes virtuales de cromos
Un fenómeno reciente es el de los álbumes virtuales. Guillem nos explica lo que son: "Hace unos años apareció en internet una web de colecciones de cromos virtuales llamada Ilustrum, que dejó de funcionar en 2019. Las temáticas eran variadas y muy interesantes y conseguías los cromos mediante preguntas tipo Trivial. El álbum tenía sus páginas donde «pegabas» los cromos y ¬los participantes más avanzados incluso podían crear sus propios álbumes. Yo estuve muy enganchado durante un tiempo, sobre todo a las colecciones relacionadas con el cine, la televisión, etc".
"Panini -añade-, ha usado también esta idea para crear colecciones virtuales de la Liga de fútbol en el que los cromos son imágenes que ganas por internet, que colocas en un álbum que solo existe en la pantalla y en donde hay cromos especiales «dorados» más difíciles de conseguir. Si eres de los primeros en acabar la colección, te mandan el álbum impreso. Pero como el tema futbolero no me interesa demasiado y soy de una generación más analógica que digital, pues tampoco me he metido muy a fondo".
"Ya no se hacen álbumes como los de los 70"
Sabemos que Guillem es un gran coleccionista y le preguntamos cuantos de estos ábumes conserva: "Sí, por supuesto, muchos de los álbumes que salen en este libro los tengo, pero solo una pequeña cantidad. Como muchos coleccionistas, priorizo, y mis favoritos son los que tuve de niño: los de Danone sobre series animadas de televisión, alguno de cine, etc. Luego, cuando investigas, siempre acabas picando y comprando alguno que desconocías; siempre que el precio sea razonable y no tengas que vender un riñón para hacerte con él. Por eso, mis álbumes favoritos son los que tuve en los setenta y los ochenta".
"Por eso -añade-, a pesar de que los tiempos han cambiado y ahora las fotos y el diseño del álbum son más espectaculares, sigo pensando que ya no se hacen álbumes como los de los setenta. A veces me he quedado con las ganas de conseguir alguno, es verdad, pero con paciencia al final lo he sacado a buen precio, y si no, tampoco pasa nada: no soy muy mitómano y puedo prescindir de muchas cosas sin problema.
¿Tienen futuro los álbumes de cromos?
En una épcoa de entretenimiento digital prebuntamos a Guillem si tienen futuro los álbumes de cromos. "Yo creo que el mercado del cromo sigue siendo muy potente: no hay más que mirar la web de Panini para ver la gran cantidad de colecciones que sacan al mercado cada año y, por mucho que me pese, las colecciones de fútbol siguen siendo las más deseadas y las que más se revalorizan con el tiempo. Espero que algún día a alguien se le ocurra hacer una colección de cromos de fútbol femenino y también sea todo un éxito. Significaría que los tiempos están cambiando".
"Pienso que mientras haya coleccionistas seguirá habiendo cromos, quizás de otras temáticas diferentes a las que estamos acostumbrados y quizás se coleccionará de otro modo, sin el soporte físico del papel; pero seguirán siendo colecciones" -concluye Guillem-.
En cuanto a sus proyectos, Guillem nos comenta: "Pues, hablando con el editor, vamos a hacer una nueva edición de un libro que actualmente está totalmente agotado y que fue mi primera incursión en Diábolo Ediciones: Abuelito, dime tú, una nueva ocasión de buscar más información y de actualizar muchas de las series de nuestra infancia, las cuales han tenido una nueva vida gracias al 3D; estoy hablando de Heidi, Wickie el vikingo, La abeja Maya y muchas otras. Actualizar un libro que en su momento me pareció muy completo es siempre todo un reto".