Geraldina Céspedes: "Las religiones legitiman la opresión de las mujeres"
- Esta monja denuncia el machismo y los abusos dentro de la Iglesia católica
- Un informe muestra que la mayoría de las mujeres en la Iglesia sufren violencia
- Objetivo Igualdad, el domingo a las 14:30h en el Canal 24h
En torno a cada 25 de Noviembre se habla de las violencias machistas que sufren las mujeres, pero hay un colectivo que suele quedar invisible: las religiosas y seglares de la Iglesia católica. En los últimos años, desde su mismo seno, mujeres católicas feministas denuncian los abusos y las discriminaciones que siguen produciéndose en congregaciones, comunidades, parroquias...
Una de ellas es Geraldina Céspedes. Aunque la vocación religiosa le llegó siendo muy joven, siempre tuvo claro que no quería ser una monja cualquiera. Deseaba que su vida estuviera al servicio de los más vulnerables y por eso, con menos de 18 años, ingresó en la congregación de Dominicas del Rosario. Allí le inculcaron una perspectiva de género que le ha acompañado durante toda su trayectoria.
Quejas hasta en El Vaticano
El Consejo de Mujeres Católicas es una red global que lucha por la igualdad de género dentro de la Iglesia. En octubre, una delegación de este grupo, presentó un informe al Papa Francisco con sus demandas y peticiones. Una de las palabras más repetidas en ese documento fue “frustración”.
Geraldina Céspedes forma parte del Consejo de Mujeres Católicas y nos resume a qué se debe esa frustración: “Muchas mujeres que quieren realizar su vocación, realizar su llamado, participar y ser tomadas en cuenta, pero ven que les cortan las alas",
Y es que, según los datos que recogen en este estudio, la mayoría de encuestadas (todas creyentes) había sufrido algún tipo de violencia por parte de la institución. De ellas, un 2,4% abandonó la Iglesia. Si desde las altas esferas de la institución quieren acabar con esta situación es fundamental que “se acabe con el sexismo, el racismo y el clasismo”, concluye el informe.
Excluidas dentro de su propia Iglesia
Geraldina Céspedes sueña con la equidad de género en la sociedad, pero también dentro de la Iglesia. Es algo que, como ella denuncia, está lejos de conseguirse: “Experimentamos la exclusión y la infantilización”. Nos cuenta que no son tratadas como iguales y que, además, son víctimas de distintos abusos: económico, de poder, sexual y espiritual.
““Experimentamos la exclusión y la infantilización”“
El hartazgo generalizado ha conllevado que muchas de ellas estén “levantando la voz”. "No queremos un pedazo de pastel, ni la mitad ni el pastel entero. Queremos una nueva forma de elaborar el pastel donde nosotras podamos participar y diseñar la receta junto a los hombres", explica.
“"No queremos un pedazo de pastel"“
Monja para ayudar al pueblo
Desde adolescente, Geraldina lideraba grupos juveniles que luchaban por los derechos del pueblo. Precisamente, esa inquietud de ayudar a los demás fue lo que le llevó a tomar la decisión de hacerse monja con tan solo 14 años: “Hay muchos tipos de monja. Yo tenía muy claro que quería ser una más abierta con los pobres". Por eso decidió hacerse monja misionera y escogió la congregación de Dominicas del Rosario, que se centran especialmente en la promoción de la mujer.
““La Iglesia se comporta como la principal multiplicadora del machismo”“
Años más tarde, cuando comenzó sus estudios universitarios de teología se encontró con que, todos los contenidos educativos, estaban orientados hacia sus compañeros, que se estaban formando para ser clérigos o religiosos. Ella y junto a otras estudiantes, se preguntaban cómo se vería esa materia desde la perspectiva de la mujer, Fue el comienzo del Núcleo de Mujeres y Teología de Guatemala. "Te estoy hablando de América Latina, donde la religión tiene mucho peso. Por eso, necesitábamos ver cómo ayudábamos a liberar a las mujeres desde los sistemas de creencias", nos cuenta.
Esta atípica religiosa cree que la Iglesia se comporta, en muchas ocasiones, como la “principal multiplicadora y sostenedora del machismo”. Desde su perspectiva, la religión (sea cual sea) se ha usado siempre para legitimar la opresión hacia las mujeres.
Formar en nuevas masculinidades
Actualmente, Geraldina es misionera en la diócesis de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, uno de los estados más pobres y con mayor criminalidad de México. "La misión es el trabajo más importante porque estamos en el día a día de la gente, trabajando sobre todo por los más pobres", defiende.
Ahora, se centran también en formar a hombres y mujeres laicas para, como Geraldina cuenta, “ir abriendo los caminos para una nueva forma de vivir la masculinidad".
“Jesucristo estaría en contra de la discriminación de las mujeres“
Para ella este es un pilar a la hora de combatir las violencias machistas y, además, supone seguir con el modelo de Jesucristo, quien “da el ejemplo de que hay otra manera de ser hombre”. Su mesías, sentencia, estaría en contra de la discriminación que existe hacia las mujeres, ya que él “siempre quiso un discipulado de iguales, una comunidad incluyente”.
Geraldina defiende que las mujeres son quienes sostienen la vida pastoral y también la litúrgica. Algo que no se puede ignorar. Ella es autora del libro “Ecofeminismo, Teología saludable para la tierra y sus habitantes”. Desde su punto de vista, tanto el planeta como las mujeres, somos víctimas de un mismo enemigo: “El patriarcado y el capitalismo”. A quienes culpa y señala como responsables.