Los antiguos americanos ya cazaban elefantes hace más de 12.000 años en Chile
- Un equipo científico chileno-español encuentra restos de gonfoterios abatidos y procesados con herramientas líticas
- El hallazgo representa una de las evidencias más antiguas de presencia humana en América del Sur
Un equipo científico chileno-español ha descubierto restos fósiles de gonfoterios, parientes extinguidos de los elefantes actuales que vivieron hace más de 12.000 años, cerca del Lago Taguatagua, en Chile central. Según ha informado este lunes el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), que ha liderado los trabajos junto con la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad O’Higgins, estos animales fueron abatidos y procesados con herramientas líticas y representan una de las evidencias más antiguas de presencia humana en América del Sur.
El descubrimiento es fruto de la excavación financiada por la Fundación Palarq y que se llevó a cabo entre el 12 y el 26 de septiembre en el yacimiento de Taguatagua 3, perteneciente a la localidad chilena de San Vicente de Tagua. Según el IPHES, el yacimiento de Taguatagua 3 es un referente internacional para estudiar las primeras poblaciones en América del Sur, el último de los continentes en ser ocupado por los humanos.
En esta campaña de excavaciones, los paleontólogos han encontrado más de un centenar de restos fósiles de gonfoterios, pariente extinto de los elefantes actuales, que fueron abatidos y procesados por grupos humanos de cazadores-recolectores hace más de 12.000 años, pero también herramientas líticas utilizadas para estas actividades.
Los investigadores del IPHES han destacado que estos instrumentos en piedra muestran "un elevado grado de sofisticación en su elaboración" así como el uso de materias primas de alta calidad, algunas obtenidas con piedras procedentes de cientos de kilómetros del yacimiento, donde también se han documentado hogueras asociadas a campamentos.
Entre los restos de los antiguos elefantes, destaca el hallazgo de huesos con marcas realizadas con instrumentos cortantes. Estas marcas documentadas en los huesos son producto de los trabajos de procesado y descarnado de los animales una vez abatidos, informa el IPHES en un comunicado.
Durante campañas anteriores en este mismo yacimiento ya se habían recuperado restos fósiles de gonfoterios, de caballos, ciervos y miles de restos de fauna menor: desde aves a pequeños mamíferos, además de anfibios, peces y reptiles que se han preservado gracias a la lenta dinámica de deposición laguna del yacimiento.
Uso del fuego
Según los investigadores, gran parte de los restos fósiles presenta evidencia del uso del fuego, para su cocción y posterior consumo. La preservación del yacimiento y la conservación de restos orgánicos (restos de fauna y de flora) se ha visto favorecida, según los paleontólogos del IPHES, por tratarse del entorno de un antiguo lago. Destacan este año el hallazgo entre los restos de los antiguos elefantes de huesos con marcas de instrumentos cortantes, que eran usados para procesar y descarnar los animales una vez abatidos.
Los gonfoterios son una especie extinta de parientes de los elefantes que vivió en América del Sur hasta hace unos 12.000 años, cuando desaparecen del registro en todo el continente, coincidiendo con la colonización y dispersión humana en esa parte del mundo. Podían pesar más de 4 toneladas y alcanzar los 3 metros de altura, y eran los mamíferos terrestres de mayores dimensiones que habitaba en ese lugar y época.
El yacimiento de Taguatagua 3 muestra como sistemáticamente fue la explotación de esta especie a la llegada de los primeros humanos, lo que aporta datos al debate sobre si fueron los humanos los que causaron o no la extinción de estos animales en América del Sur .
En los trabajos de excavación ha participado un equipo internacional de más de 20 personas, vinculados a universidades y centros de alto rendimiento de investigación en arqueología y paleontología. Además de arqueólogos y paleontólogos especializados en recuperar grandes restos fósiles, han contado con especialistas en geología y en obtener series moleculares, tanto para datar los depósitos sedimentarios y restos como para la caracterización climática y ambiental.
Los trabajos de recuperación, conservación y restauración de los grandes restos de elefantes han sido coordinados por la Unidad de Restauración del IPHES, que opera actualmente en los yacimientos de Atapuerca.