Canarias despunta como destino de teletrabajadores: ¿nueva fuente de riqueza o más presión turística sobre las islas?
- Se estima que casi 46.000 trabajadores en remoto y nómadas digitales llegaron a las islas en 2022, sobre todo, desde Alemania
- Gasta más de media que el turista normal y demanda otro tipo de alojamientos, pero preocupa el alza de precios de la vivienda
Heiko Schäfer nada en el Atlántico cada día. O eso intenta, a veces, no le apetece y después de la jornada laboral prefiere salir a caminar frente al mar. "Disfrutar del sol y del tiempo", dice alegre este consultor en electromovilidad alemán que en septiembre decidió trasladarse a trabajar desde las islas Canarias
Es una tendencia al alza desde la pandemia, cuando muchos salieron de Alemania para pasar los meses de confinamiento al sol, y ahora podría dispararse por la subida de precios de la energía. El invierno se antoja largo en Berlín, Bruselas o Ámsterdam, pero la brisa sopla cálida en las islas afortunadas.
El desembarco de los trabajadores-turistas
Entre enero y noviembre de 2022, llegaron a las islas 45.800 teletrabajadores, según la plataforma Nomad List. De acuerdo con los datos de la Asociación Canaria de Espacios Colaborativos, la mayoría llegan desde Alemania (27%), seguidos de Reino Unido (12%), Países Bajos (10%), República Checa (8%), Estados Unidos (6,6%), España (6,6%) e Irlanda (5%).
Se trata de los llamados "nómadas digitales", trabajadores por cuenta ajena que prestan servicios por internet, pero también de empleados en remoto de grandes empresas tecnológicas a los que Canarias les ofrece playa y montaña, con la seguridad de estar en Europa. El perfil de este híbrido entre el turista y el trabajador solía ser el de un soltero, pero el Gobierno de Canarias se hace eco de un cambio: un tercio de los clientes de los alojamientos específicos ya son parejas e incluso familias. De nuevo, la pandemia dio alas al teletrabajo y al deseo de viajar de la población.
"Antes el perfil era el de matrimonios de jubilados", compara Fátima Rahmouni, portavoz de la Asociación Canaria de Empresas de Gestión Inmobiliaria (ACEGI). En su sector, han notado especialmente la transición desde los turistas tradicionales a trabajadores en remoto o emprendedores online que buscan "alquileres temporales para x meses".
Debido a la prolongación de las estancias, a Rahmouni no le extraña que a la mayoría de los hoteles canarios no les conste un cambio sustancial en su tipo de clientes, según nos indican fuentes de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas, aunque sí hay algunos ejemplos de extranjeros viviendo y trabajando desde hoteles. Para viajes largos, dice la portavoz, suele salir más a cuenta buscar una casa… o un coliving.
'Coliving', una comunidad para vivir y trabajar entre iguales
El anglicismo coliving hace referencia a un concepto de alojamiento en el que "vives en el mismo espacio en el que trabajas", según explica Diego Gaspar, cofundador de Inn Remote, una de esas empresas dispuestas a transformar la oferta de las islas. "Eso quiere decir que también es un coworking, una oficina con un buen wifi, un buen asiento, un sitio para las llamadas y un sitio para hacer reuniones", prosigue, antes de destacar lo que considera el diferencial: la comunidad.
La búsqueda de una red de personas es precisamente la razón que llevó a Schäfer a elegir un coliving para su estancia en Agaete, en Las Palmas. "Ya sabía que no iba a ser tan fácil hacer amigos como fue durante mis estudios Erasmus aquí. Para mí es muy importante tener gente para hablar, hacer cosas, disfrutar juntos", expone el ingeniero industrial, que valora la tranquilidad de este "pueblito" al noroeste de la isla de Gran Canaria. "Es perfecto para concentrarse en el trabajo y relajarse en el tiempo libre".
Dicha "comunidad" de trabajadores-turistas tiene unas características especiales y los colivings incluso disponen de empleados para facilitar sus relaciones y actividades o para mediar en los posibles conflictos de convivencia. "No te quieres sentir un turista, pero eres turista en cierto modo. Quieres vivir como un local, pero tampoco lo eres. Además, tienes que conocer a gente", afirma Gaspar, sobre las necesidades de sus clientes y compara la figura del gestor con la de un "dinamizador de un hotel en Benidorm para personas mayores o niños", pero con sus peculiaridades. De este modo, les ponen en contacto con organizaciones locales, promueven actividades o les acercan la realidad social de las islas.
Un gasto medio de más de 3.000 euros, según el Gobierno canario
"Me hizo cortar con el invierno y la oscuridad eterna de acá". Nadia Foti pasó su primera experiencia invernal en Tenerife en 2021. Desde entonces, volvió a principios de este año y ya está organizando la próxima escapada para febrero de 2023. La primera vez encontró alojamiento por internet; la segunda vez lo apalabró directamente con el dueño y, en esta tercera ocasión, hará un intercambio de casas con una amiga artista que hizo aquí.
Como Schäfer, ella describe una vida tranquila y no muy diferente a la de otros residentes: paseos después de trabajar, comidas al sol, excursiones por la isla los fines de semana, una serie de gastos en hostelería, coches de alquiler u ocio, que han captado la atención del Gobierno de Canarias.
Así, la Consejería de Turismo acaba de poner en marcha una nueva campaña (la segunda) para atraer a más trabajadores en remoto. Y es que, según los datos que manejan, estos viajeros pasan una media de 50 noches y realizan un gasto medio de 3.171 euros, lo que equivale al gasto medio realizado por 120.400 turistas vacacionales. Casi la mitad, el 44%, lo destinan a alojamiento y billete, mientras los 1.408 euros restantes se invierten en restaurantes, supermercados, deportes, cultura o traslados entre islas, entre otros.
Ante estos posibles beneficios, algunos hoteles tradicionales también están interesados en adaptar una parte de sus habitaciones para los teletrabajadores y el sector comienza a organizarse. El emprendedor de colivings Diego Gaspar cuenta que viajará a Berlín para buscar a compañías que quieran trasladar a sus equipos algunas semanas. "Tenemos ahora mismo tres empresas", afirma, desmintiendo las informaciones publicadas que apuntan a números mayores. La Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas también nos previene al respecto.
"El problema es que si de repente empiezan a venir empresas, muchísimas empresas, Canarias no está preparada para eso", advierte Gaspar. "Se puede morir de éxito".
Nubes, viento y algo de lluvia.
El otoño se ha acomodado
en los lugares donde el verano dejó cifras espectaculares
para el turismo.
Muy próximas a las de 2019.
En el sector lo llamaron "turismo de revancha".
Después de dos largos años de pandemia,
millones de ciudadanos se lanzaron a disfrutar,
a gastar, a viajar.
Seducidos con volver a vivir unas vacaciones como las de antes.
La tendencia continúa
y ictubre ha dado margen al optimismo.
Pero este no es un otoño más.
El horizonte acumula nubarrones, que no se pueden obviar.
La inflación, la guerra en Ucrania, la subida de los tipos de interés,
de los combustibles y de los costes, en general,
obligan a monitorizar la situación.
-El turismo tiene una fuerte correlación con la renta,
con cómo varía la renta, por lo tanto,
las familias tenían unas bolsas de ahorro,
muchas ganas de gastar y este verano lo han hecho,
pero evidentemente
una de las consecuencias de la inflación
y también de la disminución del crecimiento económico,
es mucha más prudencia a la hora de gastar.
Tras el turismo nacional, llegó el turno al extranjero.
Británicos, franceses y alemanes frecuentan nuestras costas,
especialmente las islas.
Eso obliga a no perder de vista la economía de la zona euro,
donde los precios no dejan de subir.
Las reservas en vuelos y hoteles, se mantienen.
Pero el invierno es una incógnita.
Este ajetreo mide la temperatura del turismo.
Entre julio y agosto,
España recibió casi 18 millones de turistas extranjeros.
Es el 90 % de los que llegaron, antes de la pandemia.
Y en los aeropuertos españoles,
casi un millón y medio de vuelos aterrizaron y despegaron,
en los ocho primeros meses del año.
A pie de avión, la actividad es incesante.
Este Airbus 320 Neo, llega de Venecia y volará a Estocolmo.
En 45 minutos tendrá que estar listo para salir.
Esto es lo que sucede, mientras los pasajeros desembarcan.
Bajo la panza de la nave,
la rutina de operaciones encadenadas,
no permite distracción alguna.
La coordinadora de vuelo inspecciona
que la nave no haya sufrido daños externos
y verifica el proceso.
Cuando está lista para salir, controla que el mototok,
el remolcador por control remoto, la conduzca hacia la dirección,
que la llevará a la pista.
Hasta agosto, 159 millones de pasajeros
habían pasado por los aeropuertos españoles.
Para la inminente campaña de invierno,
que cubre de noviembre a marzo,
las reservas de las diversas compañías superan las de 2019.
Pero las coordenadas económicas y geopolíticas
exigen moderar el optimismo.
-A pesar de que los datos son positivos,
tenemos que ser prudentes porque la situación económica
y la crisis energética no sabemos exactamente cómo va a influir.
Nos hemos acostumbrado a gestionar en el muy corto,
en el corto y en el medio plazo,
de forma que hemos podido pasar este verano
y seguiremos muy de cerca la evolución en los próximos meses,
para estar seguros de que se cumplen las cifras.
No obstante, somos optimistas en este momento.
Muchos de estos pasajeros han decidido viajar a última hora.
Es uno de los cambios tras la pandemia.
Hay más improvisación.
Reservas y cancelaciones son difíciles de predecir
y la variable inflación,
obliga a programar viajes de menor duración,
en destinos más baratos.
-Donde es posible que la caída sea algo mayor
es en el gasto por turista,
ahí sí podemos ver una caída algo mayor.
Y una de las consecuencias es
que eso obligue a que el turismo tenga que contener los precios
en esta última recta del año, con lo cual,
sí es muy probable predecir una cierta caída de la rentabilidad
de los establecimientos turísticos, en particular, de los hoteleros.
¿Qué es esto?
Esta es la foto histórica
de nuestros primeros vuelos a Latinoamérica hace 75 años,
es una foto muy bonita
porque tenemos a los pilotos y a los auxiliares
con uniforme blanco, que era muy bonito y muy peculiar.
2022 terminará con buenas cifras para el sector aeronáutico
donde la progresiva apertura de los países asiáticos
se ve como una oportunidad.
-En términos de actividad como tal, en términos de vuelos, digamos,
estamos ahora entre un 80/85 %.
Esa ha sido nuestra situación en verano, un poquito distinta
en el corto y el medio radio
y esperamos alcanzar el 100 % de nuestra actividad
el año que viene.
En términos de ocupación,
la verdad es que la ocupación en verano
ha sido muy cercana a la que teníamos en 2019
lo que es muy reconfortante para nosotros
el ver que nuestra actividad se recupera.
En este sector,
el impacto de la subida del combustible es enorme.
Aunque la ha mitigado la compra anticipada y a precio pactado.
Tras un verano de fuerte recuperación,
el sector afronta los próximos meses con cautela.
-Evidentemente el mes de noviembre
es un mes más bajo por estacionalidad
que el mes de julio o el de agosto.
Pero cuando comparamos con meses similares de años anteriores,
no estamos observando un cambio de tendencia,
la demanda sigue siendo robusta.
Pero, dicho esto, sí que somos prudentes,
porque evidentemente hay un montón de amenazas macroeconómicas
que tienen que ver con la inflación, que tienen que ver con la guerra,
con otros factores,
que nos hacen pensar que pudiera haber una recesión,
al menos desde un punto de vista técnico,
que hubiera dos trimestres en que el crecimiento fuera negativo,
en el horizonte.
Los protocolos sanitarios son especialmente exigentes
para estos colosos que surcan el mar
y atracan en puertos de diferentes países.
Sus costes han aumentado un 25 %,
pero la concentración del sector les favorece,
y permite bajar tarifas.
En todo el mundo, sólo 5 grandes grupos navieros mueven al 87 %
de los pasajeros de cruceros.
-En el caso de la inflación nos está provocando un esfuerzo
a MSC Cruceros muy fuerte por intentar contener los precios,
comparándolos con el 2019, nosotros en el verano 2022,
aunque los costes laborales a los que tenemos que enfrentar
no sólo hemos mantenido los precios en verano,
sino que los estamos ofreciendo a una media de un 10, un 15 % menos,
de lo que estaba en 2019.
En 2022, la compañía ha incrementado en un 20 % los pasajeros de 2019.
Cuando finalice el año
calcula que 200.000 personas habrán pernoctado en sus 19 barcos.
-La realidad que hoy tenemos es que,
lo que estamos vendiendo para los meses de otoño invierno,
que para nosotros el invierno llega hasta Semana Santa,
es un crecimiento muy fuerte
comparado con el invierno anterior a la pandemia.
En el sector hotelero, la disparidad es la norma.
En el sector hotelero, la disparidad es la norma.
Las perspectivas del otoño son muy diferentes entre destinos,
más o menos frecuentados
y entre las empresas que han innovado
buscando un producto distinto,
y las ancladas en la clásica oferta de sol y playa.
Los turistas siguen llegando,
aunque la subida de precios les empuja a replantearse el gasto.
-He sido más prudente de lo habitual
porque la inflación a nivel mundial está afectando a todo el planeta
y realmente uno se vuelve más prudente
en el momento de gastar, o sea, no gastar como antes,
sino que se cuida un poco más.
-Está el miedo de lo que podría pasar,
por todo lo que está pasando con el tema de Ucrania
y esto también te replanteas cuánto costarán las cosas
y que la inflación afectará al turismo,
pero, dentro de todo,
no ha afectado a los planes de viajar,
creo que si tienes plan de viajar a España lo vas a hacer,
especialmente si vienes de muy lejos.
Para los 30 grupos hoteleros asociados en Exceltur,
el verano ha sido alentador.
El sector ha pasado de perder
170.000 millones de euros durante la pandemia,
a generar más de 150.000 millones de actividad, directa e indirecta.
-La macroeconomía marca un horizonte de incertidumbres
pero, vuelvo a insistir,
la realidad de las reservas a 2 y 3 meses
que tienen muchas empresas turísticas,
todavía no manifiestan que esa preocupación se torne
en nada parecido a una recesión.
-El panorama que tienen para el otoño
no es francamente de preocupación
en cuanto a ingresos, sí de nuevo el tema de costes
que influye de una manera distinta a unos y a otros,
pero que en definitiva augura un cierre del año 2022
donde probablemente, según nuestras estimaciones,
recuperaremos un 98 % del total del PIB
que se generó en el año 2019,
el último año completo sin incidentes,
150.000 millones de euros.
Entre los destinos preferidos por los viajeros,
las Islas Baleares.
La patronal hotelera de Mallorca,
que representa a más de 840 establecimientos y 200.000 plazas,
espera cerrar el año alcanzando,
casi, los 16 millones de visitantes de 2019.
Pero hay en su balance, optimismo y prudencia.
De momento,
la planificación de los turistas británicos y alemanes
han garantizado la ocupación hasta octubre.
Lo que pase, a partir de noviembre, es una incógnita.
-Para ser realistas,
el otoño en estos momentos pinta regular.
Nosotros siempre hemos tenido unas reservas
que nos han acompañado toda la temporada tres meses vista,
que nos dan ocupaciones por encima del 50 %
y en estos momentos las reservas last minute
cada vez van cogiendo más fuerza,
y por tanto dependemos casi a semanas vista
del día que estás estudiando
y en estos momentos tenemos muy poca información
de los que acontecerá en noviembre.
Baleares acoge a 4,5 millones de turistas alemanes cada año.
Las previsiones que apuntan a una posible recesión en Alemania
en 2023, enciende las alertas.
Aunque, en la última década, el 68 % de los hoteles de Mallorca
ha invertido 2.000 millones en mejorar su oferta.
Y eso, asegura la patronal,
les permite afrontar nuevos desafíos.
-En estos momentos, la incertidumbre es tal
que no sabes cual es la variable más importante
o que más va a afectar.
Por tanto, a medida que vayan surgiendo estas variables,
o una sea más pesada de llevar que otra,
vamos a tener que buscar y ser resolutivos y proactivos
como siempre hemos hecho.
-Tenemos que ser en este sentido, no pesimistas ni alarmistas,
creo simplemente que tenemos que ser realistas
y que todo el mundo con los datos del dia
y todas las variables nacionales más las extranjeras,
ir tomando las decisiones acertadas.
-Hola, ¿como llevas la mañana?
-Yodo full, por suerte todo bien.
A pie de playa,
las inquietudes macroeconómicas parecen lejanas.
Este restaurante contrata a 12 empleados en cocina,
durante los meses de mayor actividad.
Pero el panorama varía en otoño.
Hay menos clientes y menos personal.
Estos días prueban el menú de invierno.
-Qué diferencia entre agosto y diciembre,
todo el año abrimos,
en agosto 600 comensales, ahora 350.
Un sol tibio atempera el descanso.
Hay luz verde en los registros de reservas hoteleras y vuelos.
Todo indica que España terminará el año
recuperando el 95 % del gasto turístico de 2019,
y el 85 % de visitantes.
Pero la caída del consumo
y la incertidumbre económica de los próximos meses,
no permiten bajar la guardia al sector,
que tuvo que reinventarse, tras la pandemia
y lo sigue haciendo.
La embajada de España ante la Santa Sede,
es la misión diplomática permanente, más antigua del mundo.
Y cumple 400 años.
Desde que abrió sus puertas ha albergado
a los mayores representantes
de la cultura, el arte, la política, la razón, y la fe.
Por el Palacio Monaldeschi pasaron
Garcilaso de la Vega, Velázquez o Casanova.
Informe Semanal ha recorrido los salones y galerías
de lo que fue un auténtico epicentro de poder,
donde aún late la rivalidad de dos genios, Bernini y Borromini.
Desde Gregorio XV y 32 papas después,
la Embajada sigue custodiando
documentos, historias, anécdotas y obras
de incalculable valor.
Fernando el Católico envió en 1480 a Roma a su primer embajador
y, en 1622, España compraba la sede de su legación diplomática
ante el Vaticano.
Así que llevamos 400 años en esta casa.
Es la embajada más antigua del mundo, y está llena de arte,
está llena de historia, claro que hay que cuidarla
porque es nuestra querida amiga de 400 años.
Tenemos aquí los vestigios
de los dos grandes artistas rivales de la época barroca,
Bernini y Borromini.
Es uno de los pocos casos
en los que Borromini abandona las formas redondas y elípticas
que caracterizan su arte,
para crear algo muy distinto al estilo español.
Con aristas como el saqueo de Roma por las tropas de Carlos I,
antes de ser coronado en Bolonia
con el primer discurso diplomático en español en 1530.
Y cuadrada es la escalera de su legación más antigua.
Aquí los palafreneros
repartían la correspondencia y encendían el fuego.
Recibían las visitas
y las introducían en la estancia de los embajadores.
El embajador tenía el poder de un rey.
Su capricho era lo que dictaba la norma del momento.
Recibía a veces desde el zampanaro, que era su cama.
Realmente como el rey Sol.
En cuatro siglos la sede de la embajada ante el Vaticano
ha prestado sus estancias
a los protagonistas políticos y culturales.
Papas y reyes; de Cervantes a D'Annunzio.
Desde el teatrino de la ópera al de la política.
Siempre bajo la mirada de los dos bustos de Bernini.
Un alma condenada a las penas infernales,
que tiene ante sí una visión dantesca:
el cuello torcido, los ojos desorbitados,
el pelo, lenguas de fuego.
Tensión de las venas y las arterias.
El grito.
El alma salvada la realiza
según criterios renacentistas, clásicos, porque el bien es armonía.
El Barroco es falta de compostura, es desorden, es caos.
Pero las unidades aristotélicas para hablar del bien,
de esta alma que dialoga con el más allá,
sin ninguna implicación terrenal.
Los pasillos como un desfiladero de la historia.
En las paredes el damasco rojo.
Que se sigue haciendo en la sedería de Caserta.
La fábrica de los Borbones que sigue funcionando
para la embajada de España, Buckingham Palace y la Casa Blanca.
Los tres tapices de Prometeo
eran la envidia de Mussolini y de su yerno, Galeazzo Ciano,
hace cien años.
Sabemos que cuando Mussolini venía a visitar al embajador,
y se daba bastante frecuentemente, al momento de la despedida,
hacía una larga parada ante el tapiz de Prometeo.
Y ahí caía la pregunta:
Embajador, ¿qué opina usted,
no luciría mejor en el palacio de Venecia?
El embajador diplomáticamente le decía:
Signor duce, haré todo lo posible para satisfacer su vivo anhelo.
Y Ciano, el yerno de Mussolini,
habiendo visto que el duce no había podido lograr su objetivo,
volvió a la carga.
Esta vez proponiendo, a cambio del tapiz,
uno de los palacetes más bonitos de Roma.
Y nunca se dio el caso.
Y nunca se dio el caso, gracias a Dios.
Mussolini hizo famosa con sus discursos
la plaza de Venecia, con el palacio del mismo nombre,
como la de España por su embajada ante la Santa Sede.
Donde un día a Diego Velázquez
se le cayeron los pinceles y el caballete
después de hacer bocetos en Villa Borghese,
en las escaleras que llevan a la fuente de Bernini.
En línea recta con la iglesia de los frescos de Caravaggio
que inspiraron sus claroscuros de la Fragua de Vulcano.
Y las vistas paisajísticas
tomando como inspiración la vida real de Roma,
y no las recreaciones de la antigüedad clásica,
como se venía haciendo hasta entonces.
400 años de Papas hasta Francisco.
Trabajamos mucho las relaciones con la curia
y, desde luego, tenemos una gran fortuna de disponer de un papa,
el papa Francisco, que pisa tierra firme,
que ha situado al ser humano en su mayor necesidad,
justamente en el centro de sus preocupaciones.
Se preocupa de los inmigrantes, de los refugiados,
de las personas más desposeídas, de todos los vulnerables.
Pío Nono bendijo en 1857 la columna de la Inmaculada Concepción
frente a la embajada,
uno de los tesoros españoles en Roma.
Como las cuatro basílicas mayores;
edificios en las calles a orillas del Tíber
donde se prestaba dinero para luchar contra los otomanos.
O el palacio Madama, de Margarita de Austria,
hija de Carlos I y madre de Alejandro Farnesio,
actual sede del senado italiano.
Y el epicentro de la influencia española, la plaza Navona.
A vista de pájaro, desde lo alto de sus colinas,
como la del Gianícolo,
la ciudad eterna se vislumbra como el gran locus amenus,
el lugar común de una historia siempre compartida.
Hoy es el día después, para Juan Mayorga,
que ayer recibió el Premio Princesa de Asturias de las Letras.
Creativo y modesto,
Mayorga prefiere pensar que el premio no es solo suyo,
sino de todos los dramaturgos que mantienen vivo el teatro.
A él le condujo, el amor por las palabras.
Crecer entre libros.
Emocionarse como espectador.
E imaginar, partiendo de su propia experiencia.
Hablamos con Juan Mayorga,
considerado el mejor autor teatral español de este siglo.
Mayorga, príncipe de las letras
Yo estoy recibiendo ya desde hace tiempo
mucha más atención de la que merezco.
De forma que si alguien dice este hombre está sobrevalorado,
seré el primero que le diga tiene razón, lleva razón.
El Premio Princesa de Asturias
me excede si pienso en mi modesto trabajo.
Estoy convencido de que es un premio muy por encima
de lo que yo haya hecho y de lo que puedo hacer,
pero entiendo que el premio no solo me señala mi modesto trabajo,
sino que también quiere de algún modo reconocer el valor
de la literatura dramática
y el trabajo de los autores de teatro.
Que por mi trabajo,
que por cierto muchas veces es ignorado u orillado
o arrinconado.
Mi padre leía en voz alta, tenía esa costumbre
y eso hizo que la casa estuviese poblada de palabras.
Y yo recuerdo estar jugando con mis hermanos, con Alfre,
y por ahí estaba la voz de mi padre leyendo, por ejemplo,
La montaña mágica de Thomas Mann".
Creo que ese es un recuerdo de algún modo teatral,
pero que es que da cuenta de una experiencia fundante,
porque en alguna medida me parece que está en la base de mi convicción
de que la palabra pronunciada tiene un poder enorme
y que de algún modo somos cuerpos ocupados por palabras.
Juan Mayorga, madrileño, 57 años,
es doctor en matemáticas y en filosofía
y está considerado el mejor autor teatral español del siglo XXI.
Su obra, prolífica,
se representa continuamente en España
y en numerosos países del mundo.
Es miembro de la Academia de la Lengua, la RAE,
donde en su día estuvo otro dramaturgo
con quien a veces se le compara, Antonio Buero Vallejo.
Mayorga duda y piensa a borbotones,
desde una modestia que se desmiente a sí misma
a cada frase.
Asegura que el dramático es el arte de la memoria
y que todos los seres humanos, también los muertos,
son nuestros contemporáneos.
No voy al teatro hasta que a los 16 años,
siendo un estudiante de segundo de bachillerato
No voy al teatro hasta que a los 16 años,
en el Instituto Ramiro de Maeztu, la profesora de Lengua y Literatura,
de la que tengo un recuerdo muy afectuoso,
nos pide que vayamos a ver Doña Rosita, la soltera,
y yo fui con cuatro compañeros tampoco preparados para eso,
como yo, y recuerdo con fascinación aquella experiencia.
Y recuerdo que en aquel momento descubrí el teatro como arte
de la reunión y de la imaginación.
Yo me convierto en mi adolescencia, en un espectador apasionado,
en alguien que iba al teatro y sigo haciéndolo con emoción,
con cierto temblor,
porque creo que ahí me puede suceder algo.
Y desde ahí pasé a la a la dramaturgia
y un día me atreví a dirigir.
Me gusta el compromiso que tiene con su familia,
el que la palabra y el teatro para él sean fundamentales,
sean pilares de su vida,
pero donde de pronto si hay un cumpleaños familiar,
él va a ir a ese cumpleaños por encima del teatro,
por encima de la palabra.
Creo que eso es amor hecho persona.
Me parece que es indudable.
El dramaturgo se alimenta del matemático
y muy especialmente del filósofo,
lo que le hace discurrir sobre el misterio del tiempo.
Estoy entre los que creen que el pasado es imprevisible,
el futuro lo es, pero el pasado desde luego lo es.
El pasado de las sociedades y el pasado de las personas.
Sucede que un día entras en un vagón del metro
y hay un gesto de un pasajero que te recuerda a tu abuelo
y empiezas a pensar en tu abuelo y ves a tu abuelo
acaso como nunca lo viste.
El pasado no está nunca clausurado y por tanto esa experiencia poética
a la que llamamos teatro puede abrirlo.
Mayorga es autor de obras tan destacadas como
"El chico de la última fila",
exitosamente llevada al cine, "Cartas de amor a Stalin"
o "Copito de nieve".
Su teatro tiene un marcado acento político,
entendiendo el término político en un sentido amplio.
Con frecuencia, sus piezas teatrales parten de experiencias o anécdotas
vividas por el propio autor.
"El teatro, es un arte político,
porque por encima de cualquier otro, a mi juicio,
es el arte de la crítica y de la utopía.
Es el arte del examen, de lo que hay y de la imaginación,
de lo que puede haber.
Es el arte que examina esta vida e imagina otras formas de vivir".
El teatro ha de ser un acto de amor.
Pero el amor es respeto y, por tanto, no hay que entregar
al espectador lo que está buscando, sino aquello que teme,
aquello que no desea ver o ver o escuchar.
A veces he dicho que habría que hacer un teatro
que asustase a los pusilánimes,
que cuando un pusilánime viese la entrada de un teatro
habría de decir ahí no me voy a meter
porque puede sucederme algo.
"La tortuga de Darwin", un animal de 200 años
"La tortuga de Darwin", un animal de 200 años
que ha ido evolucionando a mujer.
Juan Mayorga es un grande en muchos aspectos.
Yo creo que lo primero en cuanto al ser humano,
es absolutamente asombroso,
porque la energía que tiene es impresionante.
No puedes entender que en esa cabeza quepa tanta brillantez,
tanto ingenio, tanto talento".
Entre las caracterizaciones más luminosas que se han hecho
del teatro está aquella de Borges,
según la cual el teatro es el arte en que una persona finge ser
lo que no es y otra finge que se lo cree.
Y creo que da en el clavo porque el teatro es un pacto
entre fingidores".
"Yo puedo ser todo lo que tú, espectador,
quieres que sea.
Si yo consigo convocar tu complicidad, yo puedo ser doña
Rosita, o puede ser Segismundo, o puedo ser Basilio,
o puede ser Rey Lear, o puede ser como hizo la genial
Carmen Machi, la tortuga de Darwin.
En la Fábrica de Armas de Oviedo, varios grupos de estudiantes
representaron dos obras escritas a partir de una frase
que una señora le dijo a otra y que un día escuchó Mayorga
Esta noche lo dejo dormir en casa, pero mañana le pido que se vaya.
Juan Mayorga es, por encima de todo, autor teatral,
pero desde hace unos años dirige también sus obras.
Alguna vez ha tenido la tentación de ser actor,
pero con escaso éxito, tal y como explicaba
a un grupo de estudiantes de arte dramático
en la universidad laboral de Gijón.
En el escenario Casa de América participé en una experiencia teatral
y yo tenía que hacer dos cosas.
En el primer acto tenía que pronunciar un largo monólogo.
Y en el segundo acto,
tenía que dar dar un grito y decir traidor.
Y cuando salí, cuando acabó la función,
mi familia elogió el grito.
¿Cómo haría el monólogo?
En "Himmelweg", Mayorga se acerca al Holocausto,
una tragedia que ha dado argumento a varias de sus obras,
y que le permite reflexionar
sobre el modo más adecuado de acercarse a un fenómeno
que nos sobrepasa.
El teatro ha de ser una y otra vez un arte de la distancia.
Si haces una obra sobre el Holocausto
has de recordar una y otra vez que yo actor y que tú espectador
no estuvimos allí y que, por lo tanto,
nuestra representación siempre será insuficiente.
Hay que evitar cualquier ilusión de estar allí.
Pero luego, por otro lado,
creo que hay otro riesgo a evitar y es el de ofrecer al espectador
que se deslice hacia la posición de la víctima.
El autor de "Siete hombre buenos"
cree que el teatro vive un buen momento en España,
pero considera que no hay que perder la perspectiva ni dejarse
llevar por ningún tipo de triunfalismo.
Si bien creo que están sucediendo cosas muy importantes
en nuestros escenarios,
hemos de recordar una y otra vez que sólo en esta ciudad
en la que estamos hablando, trabajaron y hicieron teatro
gigantes como Lope de Vega, Calderón de la Barca, Valle Inclán,
Federico García Lorca.
Solo esos nombres deberían llamarnos a la prudencia y a la modestia.
Yo creo que siempre tenemos que buscar la excelencia
y buscar una y otra vez nuevas formas para la para hacer un teatro
a la altura de nuestro tiempo.
El director teatral Andrés Lima ha llevado a los escenarios
varias obras de Mayorga, entre ellas "Hamelin",
en la que se acerca al tema de la pederastia,
de una manera sutil que obliga al espectador
a ser parte activa de la función.
Juan seguirá calando hondo y todavía está por escribir
su gran obra.
Yo le veo muy activo, con una inquietud tremenda,
cada vez por profundizar más en los temas y con más libertad
a la hora de escribir.
Y por supuesto que puede ser tan importante como lo fue
Buero Vallejo en su tiempo.
A mí me gusta más, con perdón, que Buero Vallejo,
y poco a poco su preocupación por el lenguaje
le puede poner en sitios muy importantes
que ha transitado muy poca gente, como Valle-Inclán, por ejemplo,
que es el súmmumde aquello.
Y gran maestro de escritura de Juan, que yo sepa.
Quizá recuerde todo esto como sueño mañana cuando busque
en una hoja blanca letras que si me esfuerzo
y tengo suerte acaso una noche quieran pronunciar
ante unos espectadores en un escenario
en que quepa el mundo.
Mañana buscaré esas letras.
Hoy, en este preciso teatro de la preciosa Asturias,
solo diré unas pocas más.
Cuatro palabras: De corazón, muchas gracias.
Hemos llegado al final.
Ya saben que pueden volver a ver nuestros reportajes en RTVE Play,
y en las redes sociales.
Nos vemos el próximo sábado.
Adiós.
Pero más presión para el entorno y el mercado de la vivienda en las islas
En las islas preocupa, de hecho, la conveniencia del modelo. Un entorno tan delimitado y ya presionado por el turismo tradicional, ¿puede permitirse aumentar la demanda?
Lo cierto es que las dos partes consultadas, tanto teletrabajadores como empresarios, reconocen los posibles efectos negativos para la población local y coinciden al hablar de la escalada de precios en los últimos años. Según el empresario Diego Gaspar, entre las causas se mezcla la inflación generalizada con la intención de recuperar lo perdido en la pandemia, una espiral de precios que retroalimenta el mismo sector turístico.
"Si no está regulado, afecta igual que acá, que es imposible mudarse. No hay pisos porque todos están alquilados de otra manera en la que se saca más dinero", sostiene Nadia Foti sobre el encarecimiento de las viviendas, aunque agrega: "Hay otras cosas que también benefician a los locales, porque quizás la gente que se queda por más tiempo puede terminar alquilando un auto o con una segunda residencia".
A este respecto, a Gaspar, de InnRemote, también le inquieta la "gentrificación", como ha ocurrido en otros destinos turísticos y nómadas como Lisboa, y lamenta la falta de vivienda pública. Pero va más allá. "Pienso, por ejemplo, en Fuerteventura o La Gomera (...) los chicos y las chicas jóvenes se tienen que ir a estudiar fuera", señala sobre la falta de oportunidades en las islas, si bien cree que su sector puede hacer también por tener un impacto social positivo.
De este modo, ya está organizando, junto a asociaciones locales, encuentros entre los institutos del barrio de La Isleta de las Palmas con los teletrabajadores. Su objetivo final es "intentar formarles y que puedan trabajar para las empresas de Berlín, darle la vuelta a la historia".
Y al final, el Gobierno de Canarias también prefiere cogerlo desde el lado positivo. En palabras de la consejera de Turismo, Yaiza Castilla, este julio: "No solo es que los trabajadores en remoto pueden suponer un gran impulso para cualquier economía, sino que también pueden jugar un papel esencial a la hora de promover la emprendeduría entre las comunidades en las que se alojan, creando núcleos tecnológicos por el mundo".
El visado para nómadas digitales y teletrabajadores que introduce la nueva Ley de Startups (a falta de ratificarse en el Congreso, tras pasar por el Senado) solo puede acentuar la tendencia. "Canarias puede ser una especie de paraíso de trabajadores", valora Fátima Rahmouni, de la patronal de inmobiliarias ACEGI, y destaca las ventajas fiscales de las islas. Todo parece indicar que los beneficios y las externalidades de este fenómeno se irán desvelando con el tiempo.