Premios Goya 2023: atasco de buen cine para entrar en las nominaciones
- Alcarràs, As bestas y Cinco lobitos parten como favoritas para uno de los mejores años de cine
- Lectura de nominados, en directo, el jueves 1 de diciembre a las 11.00 h en RTVE Play
Ya ocurrió el año pasado y en 2022 casi se multiplica el ‘problema’: las nominaciones de los Premios Goya no bastan para reflejar la gran cosecha de películas del año: el cine español ha ganado el Festival de Berlín (Alcarràs), presentado tres películas en Cannes (Pacifiction, As bestas, El agua), y estrenado un aluvión de buen cine, especialmente durante el otoño.
Y eso que la Academia de Cine ha aumentado hasta cinco los finalistas de cada categoría (anteriormente eran cuatro y solo cinco en mejor película). Pero la mecánica de los premios hace que las cinco finalistas a mejor película acumulen nominaciones en otras categorías y el resultado serán películas multinominadas y otras, aparentemente, ignoradas: por simple aritmética, la lista de ‘olvidadas’ será amplia.
Al margen de eso, los Goya están para que el cine español (o los académicos con derecho a voto) celebren su excelencia. El jueves 1 de diciembre, a las 11.00 h. (en directo en RTVE.es), tiene lugar la lectura de finalistas para una gala que vuelve a Sevilla el próximo 11 de febrero.
Las favoritas
Alcarràs, de Carla Simón, parte como segura. Rompió 40 años de sequía del cine español en los tres grandes festivales europeos con su histórico triunfo en Berlín. Ya fue la elegida por los académicos para representar a España en los Oscar y, además, el naturalista retrato una familia de agricultores devolvió la esperanza de un cine adulto que funciona en taquilla. En cuanto al número total de nominaciones, eso sí, le penaliza la presencia de actores no profesionales que tradicionalmente reciben menos votos.
As Bestas, de Rodrigo Soroyen, ya fue preseleccionada Oscar, arrasó en las nominaciones de los Premios Feroz, y es la película española del momento. El thriller rural sobre la violencia con trasfondo ecologista es el primer gran resultado de Sorogoyen en la taquilla española y también funcionó bien en Francia.
Cinco lobitos, de Alauda Ruiz de Azúa, triunfó en el Festival de Málaga y completó la terna de los Oscar. Retrato sobre la maternidad y los cuidados familiares, puede sumar y seguir en las categorías de interpretación (Laia Costa, Susi Sánchez y Rubén Barea) y es favorita para dirección novel.
Las aspirantes
Modelo 77, de Alberto Rodríguez, parte con un cuerpo de ventaja para acompañar a las tres favoritas como mejor película. Cine histórico sobre la petición de amnistía de los presos comunes durante en inicio de la Transición, añade además su cuidada producción que tendrá su recompensa en las categorías técnicas y, quizá, sea la favorita para acumular un mayor número de nominaciones totales.
Un año, una noche, de Isaki Lacuesta, emotivo drama sobre el duelo de las víctimas del atentado de Bataclán forma parte del nutrido grupo coproducciones hispanofrancesas de este año. Su paso por el Festival de Berlín quedó eclipsado por el triunfo de Alcarràs y su estreno se desdibujó en la avalancha otoñal de películas en la cartelera. Aparecer en los Goya sería al menos una reparación poética para una cinta que merecía más.
Con La maternal, de Pilar Palomero, sucede algo muy parecido. La segunda película de la triunfadora de los Goya 2021 con Las niñas, tendrá difícil cada nominación pese a la buena acogida en San Sebastián, donde ganó la Concha de Plata a la mejor actriz para la asombrosa Carla Quílez (que no puede ser elegida en los Goyas por ser menor de 16 años).
En los márgenes, de Juan Diego Botto, pasó por la sección Orizzonti de Venecia y superó en taquilla las expectativas de una película que es puro cine social. Además de las interpretaciones de actores históricos de los premios como Luis Tosar, Penélope Cruz y el propio Botto, aspira a ser una sorpresa como mejor película y es favorita en dirección novel-
En segundo plano
Los renglones torcidos de Dios, de Oriol Paulo, podría perfectamente repetir lo que La ley de la frontera logró el año pasado: múltiples nominaciones, salvo en las principales categorías, para la adaptación del best seller de Torcuato Luca de Tena.
Cerdita, de Carlota Pereda, basada en el cortometraje homónimo de 2019 ganador del Goya, es otra potente ópera prima que combina terror, bullying, serial-killer y la España vaciada.
Girasoles Silvestres, de Jaime Rosales, es una incursión en el realismo en la que el cineasta rebaja su formalismo. Anna Castillo brilla como como una joven que salta de una relación tóxica a otras problemáticas en mayor o menor grado.
La consagración de la primavera, de Fernando Franco, fue otra de las películas presentadas en San Sebastián que pasaron de puntillas por la cartelera. Una película luminosa que muestra la intimidad sexual entre una joven universitaria sin experiencia y una persona con diversidad funcional y que opta al menos a buscar huecos en las categorías de actores revelación.
Suro, de Mikel Gurrea, tiene en común con As bestas utilizar las problemáticas de lo rural en forma de thriller a través de una pareja urbanita que se traslada al campo para explotar el corcho. Seleccionada en San Sebastián, también aspira a la mejor dirección novel.
Mantícora, de Carlos Vermut, todavía tiene pendiente su estreno (9 diciembre) pero es un depurado ejercicio narrativo con un fondo oscuro por el que al menos su protagonista, Nacho Sánchez, puede ser nominado.
Fuera de foco
Pacifiction, de Albert Serra, la única película española que competía por la Palma de Oro, no parece candidata a nada, aunque -para gustos colores-, sea la más fascinante del año. No ayuda ser una coproducción ni, desde luego, el tradicional desprecio con el que Serra trata al resto del cine español, al fin y al cabo, los votantes de los Goya.
Tenéis que venir a verla, de Jonás Trueba, es una deliciosa miniatura premiada en Karlovy Vary, que ilustra bien la dificultad de encajar en unos premios de categorías. Trueba ganó el Goya al mejor documental el año pasado.
Competencia oficial, de Gastón Duprat y Mariano Cohn, parece una película de la edición pasada: se estrenó en febrero y fue presentada en el Festival de Venecia de 2019. Pero la sátira del cine de autor y el mundo de la interpretación puede suponer una -otra- nominación para Penélope Cruz.
La piedad, de Eduardo Casanova, es otra muestra de un talento visual y dramático único, pero la película, presentada en Sitges, todavía tiene que estrenarse en diciembre y llega fuera de todo momentum.