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Una sonda de tres milímetros facilita con imágenes 4D las cirugías de corazón de niños y bebés

  • Permite reproducir el órgano en tres dimensiones y además capta su movimiento a tiempo real
  • Desarrollado por el Hospital Vall d'Hebron, puede usarse también en cateterismos y pruebas: "La gran ventaja es la seguridad"

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Un bebé hospitalizado, en una imagen de archivo
Un bebé hospitalizado, en una imagen de archivo

Una sonda de solo 3,5 milímetros de diámetro, desarrollada por el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, facilita con imágenes de calidad 4D las cirugías de corazón de niños pequeños e incluso neonatos, a partir de los 5 kilogramos, que nacen con cardiopatías.

Este instrumento, creado durante siete años junto a la empresa especializada General Electric Healthcare, permite conocer la fisiología exacta del corazón de los pacientes infantiles y, de este modo, los médicos pueden hacer un diagnóstico preciso y decidir el tratamiento, según han destacado desde el centro barcelonés, donde se ha probado durante un año antes de lanzarlo al mercado mundial. Cada día, nacen en España diez niños con una cardiopatía congénita.

Se trata de una sonda para una ecografía transesofágica pionera en el mundo y puede utilizarse en neonatos o bebés a partir de 5 kilos y en niños, ya que tiene 3,5 milímetros de diámetro, frente a los 10 milímetros de diámetro de la sonda que se emplea para el paciente adulto. Las imágenes en 4D reproducen el órgano en tres dimensiones y además capta su movimiento a tiempo real.

Como ocurre en las ecocardiografías convencionales, la transesofágica usa ultrasonidos para producir una imagen del corazón y ver cómo funciona. La diferencia radica en que esta nueva técnica no es invasiva, pues basta con un contacto con la piel en la zona torácica. En cambio, en la convencional hay que anestesiar al paciente para introducir un tubo por la boca y la garganta hasta llegar al esófago, desde donde se envían los ultrasonidos.

En esta zona del cuerpo, las estructuras cardíacas se aprecian con mucha más precisión, porque no entorpece en la ecografía la grasa de la piel, ni las costillas y ni los pulmones.

Para cateterismos, pruebas y operaciones con más seguridad y precisión

Además de las operaciones cardiacas de neonatos y niños pequeños, los cardiólogos pueden emplear la sonda diminuta durante los cateterismos -introducción de otro tipo de sonda delgada y flexible por un vaso sanguíneo hasta llegar al corazón- o los estudios electrofisiológicos, que son pruebas para tratar arritmias infantiles.

"Esta sonda cambiará la forma de tratar a los niños a partir de ahora, supone un antes y un después", ha destacado Ferran Rosés, jefe clínico de Cardiología Pediátrica de Vall d'Hebron, donde alrededor de 300 niños que se operan de cardiopatías cada año.

Uno de ellos es Tobías, que padece el síndrome Wolff-Parkinson-White, que le causa una arritmia cardíaca que no se ha podido solventar con medicación. Ahora, con apenas 4 años, el equipo médico ha optado por operar. "Hemos pasado por taquicardias muy feas en urgencias y esto será un cambio de vida", ha deseado la madre de Tobías, Agustina Soraluce, nerviosa por la intervención pero agradecida de que se le apliquen estos avances a su hijo.

La intervención, dirigida por el doctor Rosés, consiste en introducir un catéter para quemar la parte del corazón que provoca la arritmia. Los médicos esperan que la sonda, ubicada en el esófago, permita localizar en tiempo real y con mucha precisión el catéter dentro del corazón, para así poderlo guiar hasta la zona donde debe actuar.

"La gran ventaja es la seguridad de poder ver en tiempo real el corazón y con mucha precisión", ha incidido el doctor Rosés, que ha destacado que cuanto más pequeño es este órgano más difícil es el procedimiento: si en los adultos en reposo late 60 veces por minuto, en niños lo hace a 170.