Las vidas de Chaplin y Sergio Leone en viñetas
- Laurent Seksik y David François recrean la vida de Charlot en una trilogía que comienza con Chaplin en América
- Nöel Simsolo y Philan narran la historia del director italiano en Sergio Leone
Uno de los grandes cómics de este año ha sido Lugosi (Desfiladero ediciones), en el que el ilustrador israelí-estadounidense Koren Shadmi narraba la trágica historia de Bela Lugosi, el primer Drácula de Hollywood. Y ahora la misma editorial nos sorprende con otras dos biografías cinematográficas en viñetas, igual de espectaculares e interesantes: Chaplin en América, de Laurent Seksik y David François, que nos cuenta la llegada de Charlot a Hollywood, y Sergio Leone, en el que el cineasta, Noël Simsolo y el dibujante Philan repasan la vida del director italiano que inventó el spaghetti western.
La difícil infancia de Chaplin y su llegada a América
Chaplin en América (Desfiladero ediciones), es el primero de los tres volúmenes en los que Laurent Seksik y David François repasarán la vida de Charles Chaplin (Charlot), uno de los grandes iconos de la historia del cine pero que no tuvo una vida precisamente fácil.
Destacar el guion de Seksin, que combina estupendamente las luces y las sombras que rodearon la vida de Chaplin, y los espectaculares dibujos de David François, que nos retrotraen inmediatamente a esa época de los inicios de Hollywood, cuando la industria cinematográfica estaba en pañales. Un nuevo negocio que solo pretendía hacer reír, pero que Chaplin acabaría elevando a la categoría de arte.
El cómic comienza en Octubre de 1912, con el viaje en barco que lleva a Charles Spencer Chaplin y a su amigo Stanley a Estados Unidos, donde quieren triunfar como actores de teatro en la Quinta Avenida. Un viaje en el que ya quedan patentes las habilildades como conquistador de Chaplin. Por cierto, que ese Stanley no es otro que Stan Laurel (el flaco de El gordo y el flaco), que aquí ejerce de confidente del protagonista.
Durante la travesía, Chaplin recordará su difícil infancia. Nació en un barrio pobre de Londres y fue hijo de dos padres artistas fracasados, un padre alcohólico y una madre trastornada. Por eso debutó sobre los escenarios a los 5 años, pero nunca lograron triunfar. Esa dura infancia y la sombra del fracaso de sus padres lo perseguiría toda la vida, lo que explica su perfeccionismo a la hora de rodar las películas, que rozaba la obsesión.
Del fracaso al éxito
Su llegada a Nueva York no fue lo que él esperaba y la obra que montó con Stanley fue un sonoro fracaso que los llevó a pensar en regresar a Londres. Todo cambió cuando Mack Sennett (el actor y director que fue el gran renovador de la comedia física o slapstick) vió la obra y adivinó el potencial cómico de Chaplin, al que invitó a viajar a Hollywood.
Destacar la escena en la que Chaplin construye su famoso personaje de "El vagabundo", adaptando elementos de los grandes cómicos que lo precedieron, como la chaqueta de Charles Avery, las botas de Ford Sterling, el bigote de Mack Swain o los pantalones de Fatty Arbuckle (Os recomendamos la biografía de este genial actor, que fue la primera víctima de la cancelación en Hollywood, que acaban de publicar Julien Frey y Nadar)
Con solo 25 años Chaplin se convertiría en la mayor estrella del cine de la época y su personaje de Charlot en un mito en todo el mundo. En el cómic se narra ese ascenso al estrellato y su importancia a la invención del cine moderno.
También se resalta su papel como productor inmensamente rico, artista comprometido en todas las batallas de su tiempo, severo con los suyos, y cuyo amor por las mujeres le convertía en un coloso con pies de barro en la América puritana.
En 1920 (cuando acaba este tomo) Chaplin ya era la estrella más famosa del mundo (incluso tenía sus propios cómics), lo que no lo salvó de las polémicas por no participar en la I Guerra Mundial (su contrato le impedía abandonar EE.UU.). Por eso Chaplin rodó la primera película de propaganda para recaudar fondos para el conflicto.
El cómic tampoco elude su polémico matrimonio con Mildred Harris, la actriz con la que Chaplin se casó el 23 de octubre de 1918, de forma un tanto precipitada porque ella estaba embarazada. Fue un gran escándalo en la época debido a que a Harris le faltaba un mes para cumplir 17 años, mientras que Chaplin tenía 29.
Un primer volumen realmente espectacular y que nos deja con muchísimas ganas de leer los siguientes, que se nos avanzan en una última y espectacular doble página donde vemos a Charlot recorriendo el famoso cartel de Hollywood haciendo los gestos de algunas de sus películas más recordadas, como El Chico (1921), con los panecillos que hacía bailar en La Quimera del oro (1925), o con las llaves inglesas de Tiempos Modernos (1936).
Sergio Leone, el cineasta de culto que inventó el 'spaghetti western'
Desfiladero Ediciones también publica Sergio Leone, otro gran cómic en el que el cineasta, Noël Simsolo y el dibujante Philan repasan la vida del director italiano que inventó el spaghetti western, que arrasasía en los años 60 y 70.
Destacar que Simsolo era amigo íntimo de Leone, al que conoció con motivo de una entrevista, por lo que se conoce de maravilla su vida y sus obras. Por eso, este cómic es un bello homenaje al gran cineasta de culto que nos descubrió a Clint Eastwood en su mítica Trilogía del dólar. Además, Simsolo ya había realizado antes otras estupendas biografías sobre estrelllas cinematográficas como Alfred Hitchcock, François Truffaut, Jean Gabin u Orson Welles.
El cómic comienza en España, en 1965, en el plató de La muerte tenía un precio, cuando Sergio Leone ya había conocido el éxito gracias a Por un puñado de dólares. Conversando con un periodista nos descubre que el cine le vino de familia, ya que era hijo del director Roberto Roberti (seudónimo de Vincenzo Leone), uno de los pioneros del cine italiano, y la actriz de cine mudo Bice Waleran (Edvige Valcarenghi). Como se ve en el cómic, el propio Mussolini quiso que Roberto llevase al cine una novela que había escrito, a lo que el director se negó porque no estaba de acuerdo con el fascismo. Una decisión que le hizo quedarse sin trabajo.
Un director revolucionario
En el cómic somos testigos de su debut en el mundo del cine, con apenas 20 años, como ayudante de dirección de Vittorio de Sica en Ladrón de bicicletas (1948). Después trabajaría en grandes producciones estadounidenses rodadas en Europa, entre ellas Quo Vadis? (1951) de Mervyn LeRoy, Helena de Troya (1955) de Robert Wise, Historia de una monja (1959) de Fred Zinnemann y, sobre todo, Ben-Hur (1959) de William Wyler, donde fue el encargado de dirigir la escena más importante de la película, la carrera de cuadrigas, en la que ya se adivinaba su talento como director. Y como descubridor de estrellas, ya que fue él quién dio su primera oportunidad a Brigitte Bardot.
Aunque estaba cansado del peplum, comenzó su carrera como director con El coloso de Rodas, que él casi se planteó como una parodia de las películas del oeste. Pero tuvo mucho éxito y se enfrascó en su obra más personal, la Trilogía del dólar, para la que contrató a un joven y casi desconocido actor norteamericano, Clint Eastwood, que venía de una serie de televisión. Juntos construyeron un icono del cine, ese "hombre sin nombre", frío, duro, solitario, de pocas palabras y al que solo le importa el dinero. También nos descubrió a uno de los mejores compositores de la historia del cine, Ennio Morricone, que fue un amigo de la infancia y con el que mantiene largas conversaciones en el cómic sobre la importancia de la música en el cine.
A pesar del éxito, Sergio Leone estaba obsesionado con hacer una película sobre la vida de cuatro gánsteres judíos en la Nueva York de las décadas de 1920 y 30, que quería titular Érase una vez en América. Un sueño que le costó muchísimo hacer realidad y que, curiosamente, fue su único fracaso en la taquilla, aunque hoy está considerada su obra maestra.
Por cierto que Sergio Leone sigue siendo uno de los directores más influyentes de la historia del cine por su manera realista de rodar la violencia. Preguntadle a a Tarantino, que es un gran fan del italiano.
El cómic también es un homenaje al cine de aquella época. En sus páginas, además de las estrellas ya mencionadas, Leone coincidirá con Charlton heston, Fellini, Orson Welles, Lee Van Cliff, Henry Fonda (al que dio su primer papel de villano), Jean Gabin, Dario Argento... Un cómic que nos habla de una época fascinante, en la que el cine era el mayor espectáculo del mundo y solo se podía disfrutar en la gran pantalla.