Los tratamientos biológicos amortiguan la psoriasis, una enfermedad crónica que afecta a un millón de españoles
- Los nuevos fármacos mejoran la situación de los pacientes de esta enfermedad inflamatoria que afecta al sistema inmunitario
- Las personas con mayor grado de afectación tienen problemas para desarrollar con normalidad su vida social, familiar y laboral
La psoriasis es una dolencia crónica que afecta a más de un millón de personas en España, en torno al 2,3% de la población. Se trata de una enfermedad inflamatoria del sistema inmunitario cuya manifestación habitual son las lesiones cutáneas, aunque cerca del 30% de los afectados desarrolla también artritis psoriásica, que produce graves dolores en las articulaciones que complican el desarrollo de la vida cotidiana.
Al ser una enfermedad que influye en el aspecto físico o incapacita para la realización de ciertas tareas, la psoriasis tiene además un componente psicológico que es necesario tener en cuenta. También tiene un importante factor genético por lo que, aunque no es hereditaria, sí es habitual que aparezcan casos en la misma familia.
Afortunadamente, el desarrollo y comercialización de nuevos medicamentos ha mejorado notablemente la situación de estos pacientes y cada día son más las opciones que existen para amortiguar sus efectos. Lo que hace unos años era una dolencia para toda la vida es, desde hace aproximadamente una década, una enfermedad tratable y, en la mayoría de los casos, con buenos resultados, gracias a los tratamientos biológicos.
Son proteínas similares a las humanas y producidas por técnicas de biotecnología que actúan sobre la inflamación de las articulaciones y de la piel, corrigiendo la respuesta inmunológica que provoca los síntomas de esta enfermedad.
Esta misma semana, el Ministerio de Sanidad ha dado luz verde al uso y comercialización de Bimzelx (bimekizumab), un inhibidor dual y selectivo para la psoriasis en placas que es el primero de su clase que se aprueba en España y en toda la Unión Europea. Es un tratamiento de uso hospitalario -es decir, que solo se dispensa en los servicios de farmacia de los hospitales y bajo prescripción del especialista- y que se administra inicialmente de forma mensual y, posteriormente, cada dos meses, lo que también supone una mayor comodidad para el paciente.
Eficacia y seguridad
"La psoriasis es una de las enfermedades para la que más han evolucionado los tratamientos, sobre todo en el campo de los medicamentos biológicos. Cada tratamiento que aparece aporta más eficacia y generalmente conserva la seguridad y la comodidad en la dispensación", señala a RTVE.es Miquel Ribera, dermatólogo del Hospital Universitario Parc Taulí de Sabadell (Barcelona).
Este desarrollo en la investigación permite también que muchos pacientes que están fuera del sistema sanitario, porque habían tirado la toalla, se interesen por los nuevos tratamientos, que ahora les permiten sobrellevar una enfermedad que antes les impedía mantener con normalidad su vida social, familiar o laboral. Ya fuera por su impacto sobre el aspecto físico o por los dolores que provoca la artritis psoriásica.
Santiago Alfonso, director de Acción Psoriasis -una ONG que trabaja para visibilizar este dolencia- asegura que un 27% de los pacientes "no hace nada por su enfermedad, muchos de ellos se resignaron a que es algo para toda la vida y están fuera del sistema sanitario". Por eso, desde la asociación hacen un llamamiento para que acudan al médico y puedan ser tratados, ya que la eficacia en los resultados va en aumento.
“Un 27% de los pacientes no hace nada por su enfermedad, muchos de ellos se resignaron a que es algo para toda la vida y están fuera del sistema sanitario“
El médico de familia es el encargado de diagnosticar inicialmente la enfermedad y, si es de carácter moderado grave, deberá derivar al paciente al especialista. Los primeros tratamientos son tópicos y, si el efecto no es el deseado, se emplean otros como la fototerapia y tratamientos sistémicos -orales, intravenosos-, con la particularidad de que no hay un remedio que sea efectivo para todos los pacientes.
Sin embargo, desde Acción Psoriasis hacen hincapié en el hecho de que la atención y los resultados obtenidos también pueden ser diferentes en función del lugar de residencia. "Los tratamientos son aprobados por la Agencia Europea del Medicamento y posteriormente la Agencia Española los introduce y les pone precio. Pero luego son las comunidades autónomas las que ponen esos medicamentos a disposición de los hospitales y en eso a veces hay hasta dos años de diferencia entre distintas regiones", comenta Santiago Alfonso.
A ello se une la escasez de especialistas en algunas zonas rurales y en varios hospitales provinciales, lo que complica la atención a los afectados. También aquí existe el problema de la 'España vaciada'.
Daños irrecuperables
Montse Ginés, vicepresidenta de Acción Psoriasis, comenzó a padecer la enfermedad hace 14 años, aunque en su caso la primera manifestación no fueron las manchas en la piel, como suele ser habitual, sino que empezó con fuertes dolores en manos, pies y en la zona lumbar. Esto dificultó notablemente el diagnóstico, que tardó varios meses.
"Tenía un trabajo en el que viajaba mucho, tenía muchas responsabilidades y pensaba que era el estrés o algo así", cuenta. Hasta que finalmente le diagnosticaron artritis psoriásica y comenzó los tratamientos pero el daño en las articulaciones ya fue en parte irrecuperable.
"Cuando te diagnostican una enfermedad crónica tienes que hacer un duelo de las cosas que te pasan, ser muy resiliente si tienes secuelas físicas e intentar tirar para adelante. Lo que nosotros siempre decimos: aceptar la enfermedad, que nunca es resignarse sino intentar que la vida que tienes ahora sea lo mejor posible", apunta.
“Cuando te diagnostican una enfermedad crónica tienes que hacer un duelo de las cosas que te pasan, ser muy resiliente“
Montse tuvo que dejar el trabajo y tiene incapacidad laboral. "Me afectó muchísimo, pero con el tiempo vas conociendo tu cuerpo, cómo reacciona y lo vas llevando de la mejor manera posible", añade la vicepresidenta de Acción Psoriasis.
Una fase inicial en la que ahora se encuentra Carmen Ciborro, diseñadora de moda de 47 años, quien apenas lleva unos meses diagnosticada de psoriasis. "Estuve dos años yendo a la doctora de familia, porque encontraba muy mal, muy cansada y me decía que era lumbago o una tendinitis. Pero este año me mandó a Medicina Interna y después de varias pruebas me dijeron que tenía una artritis psoriásica", cuenta.
En su caso, aún están intentando dar con el tratamiento que le alivie por completo pero asegura que "hay días que no puedo ni coger una aguja y en mi trabajo eso es fundamental. Ahora estoy un poco desubicada", reconoce la diseñadora.
Impacto en la imagen externa
Uno de los aspectos más delicados de la psoriasis es que perjudica a la imagen externa de los pacientes, muchos de los cuales presentan lesiones cutáneas de color rojizo y recubiertas de escamas blancas. Incluso hay personas que piensan, sin fundamento, que es contagiosa.
"Las lesiones cutáneas de la psoriasis estigmatizan al paciente y eso le produce ansiedad, depresión, que deje de ir a espacios públicos... Y por otro lado, ese mismo estrés puede a su vez desencadenar brotes de psoriasis", asegura el doctor Miquel Ribera.
"Nuestra enfermedad a veces debuta en la adolescencia y esa es una época muy mala para ser diferente. Los chicos y chicas no quieren salir a la calle, ir al gimnasio o a la playa porque sienten rechazo", afirma Monste Ginés.
“Nuestra enfermedad a veces debuta en la adolescencia y esa es una época muy mala para ser diferente“
Por ello, cada año Acción Psoriasis lleva a cabo una campaña que, con el lema '¡Destápate!', anima a los pacientes a que se pongan en pantalón o bañador, vayan a la playa y expliquen cuál es su dolencia y que no son distintos. "Pero para eso también se requiere una madurez y haber superado en parte el impacto tan negativo que tiene esta enfermedad", añade Ginés.
Por suerte, los nuevos medicamentos han avanzado y muchos afectados "con el 70% o el 80% del cuerpo recubierto de placas logran blanquear hasta el 95% de las lesiones", añade el dermatólogo Miquel Ribera.
El paso definitivo sería lograr que la psoriasis deje de ser algún día una enfermedad crónica y pueda curarse, una circunstancia en la que confía Santiago Alfonso, director de Acción Psoriasis: "El sistema inmunitario es muy complejo pero debemos apostar por la investigación y por el desarrollo de nuevos medicamentos. Con el éxito de la medicina, nuestra población vivirá más años y, sobre todo, con mayor calidad de vida".