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Los desastres naturales asfixian al campo: "No hay recolección, así que tampoco se puede trabajar"

  • La lluvia y las inundaciones suelen ser el origen de la mayor parte de las pérdidas en las cosechas
  • En 2021, los agricultores de La Palma perdieron "50 millones de kilos de plátanos" por la erupción del Cumbre Vieja

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Un agricultor se apoya en la valla de su campo que fue anegado por las lluvias durante el episodio de DANA de noviembre en Riba-roja del Turia.
Un agricultor se apoya en la valla de su campo que fue anegado por las lluvias durante el episodio de DANA de noviembre en Riba-roja del Turia.

Inundaciones, heladas, pedrisco o sequías. Los agricultores se enfrentan de forma cada vez más habitual a desastres naturales que les impiden rentabilizar sus cosechas. "Danas hemos tenido siempre, pero es verdad que teníamos una y a los 10 o 12 años otra, y últimamente es raro el año que no viene alguna y muy importante". Así explica el secretario general de la asociación Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Murcia, Antonio Moreno, cómo es trabajar el campo en la actualidad.

"La forma de llover está cambiando", señala también Joaquín Melgarejo, profesor del Máster en Planificación y Gestión de Riesgos Naturales de la Universidad de Alicante, a RTVE.es. "Ahora son lluvias torrenciales y reiteradas. Ya no llueve de aquella manera sosegada que a todos nos gustaría".

Estas precipitaciones tan intensas provocan las inundaciones con las que tienen que lidiar en los campos. En muchos casos causan el arrastre de los cultivos y la "asfixia radicular" que deja los árboles inservibles. "Hay temporadas que te puedes tirar ocho meses en los que no cae ni una gota de agua, pero luego te caen 150 litros por metro cuadrado en cosa de un día", cuenta Moreno a RTVE.es.

Este mes de noviembre, una nueva DANA llegó a la Comunidad Valenciana y dejó unas precipitaciones que en algunos puntos superaron los 300 litros por metro cuadrado en apenas un día. Además, desde la UPA confirman que este temporal vino acompañado de pedrisco que alcanzó hasta los dos centímetros de diámetro.

Estos fenómenos extremos hacen que la producción caiga y que el empleo se resienta. No se trata solo de la fruta que se pierde, también impacta en los empleos que dependen de la huerta. "Todas las labores que había que hacer desaparecen. No hay recolección y esa fruta no va a las cooperativas, así que tampoco pueden trabajar porque no tienen producto", lamenta Moreno. "Estas situaciones afectan a toda la comarca, porque no hay movimiento económico".

Según un estudio realizado por la fundación Aon España, las catástrofes naturales producidas en 2021 provocaron que las empresas españolas dejaran de ingresar de forma directa en el pasado ejercicio alrededor de 1.500 millones de euros corrientes. El 99% de esta pérdida se concentró en actividades agrícolas y ganaderas, el sector más expuesto a los fenómenos meteorológicos.

Los datos sitúan a la lluvia y las inundaciones como el origen de la mayor parte de estas pérdidas, seguidas por las heladas y el viento.

A nivel mundial, los desastres naturales han causado durante 2022 unas pérdidas económicas equivalentes a 260.000 millones de dólares (247.500 millones de euros), lo que supone un 11% menos que en 2021, según se desprende de un informe publicado este jueves por la empresa de reaseguro Swiss Re.

"Perdimos casi 50 millones de kilos de plátanos el año pasado"

El 19 de septiembre de 2021 la tierra se resquebrajó y comenzó la erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma. El proceso duró 85 días, hasta el 25 de diciembre. En la actualidad, casi un año después, los palmeros luchan por recuperarse del desastre.

La agricultura, motor económico de la isla, sufrió la devastación de las cenizas y de la lava que ha dejado sepultadas cerca de 230 hectáreas. "El año pasado perdimos alrededor de 50 millones de kilos de plátanos", asegura a RTVE.es Miguel Martín, presidente de la Asociación Palmera de Agricultores y Ganaderos (ASPA).

No solo los agricultores perdieron su modo de vida tras la erupción del volcán, también los trabajadores indirectos que sustenta el sector del plátano. "Todo el personal de empaquetado, el personal que elabora y procesa el plátano para poderlo llevar al mercado, se fue al ERTE y se han ido incorporando según ha vuelto la actividad", comenta Martín.

El director de ASPA subraya la importancia de la agricultura y la ganadería en la isla y recuerda que "somos el motor económico de la isla, por lo tanto, no podemos perder ni un metro de producción ni un kilo de producción, porque todo afecta al empleo".

Medidas de prevención para minimizar los daños

Aunque los desastres naturales no se pueden evitar, sí se pueden llevar a cabo medidas de prevención y de alerta temprana que ayuden a minimizar los daños que traen consigo.

Así lo cree Moreno, que explica como, a través de nuevas formas de trabajar, se pueden reducir las pérdidas. "Los agricultores llevamos desarrollando durante años técnicas como el no laboreo o plantar en sentido contrario a la pendiente para intentar frenar el agua".

Uno de los temporales más duros llegó en septiembre de 2019 con una tormenta sin precedentes, que dejó el área de la Vega Baja del Segura arrasada. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica, en 24 horas se acumularon los mismos litros de agua que se recogen de promedio en un año en la zona. Se superaron los 400 litros por metro cuadrado en al menos seis estaciones de la Comunidad Valenciana y los 100 litros por metro cuadrado en al menos 47 estaciones de la red de AEMET.

La limpieza de los cauces o la creación de nuevas infraestructuras que permitan reciclar la lluvia son algunas de las ideas que plantean desde el sector. "Al final estamos aprendiendo a lidiar con el cambio climático, que es algo que se nos ha echado encima. Necesitamos mucha investigación para ver qué medidas tenemos que implementar y así minimizar su impacto", concluye Moreno.

La agricultura, el sector más amenazado por el cambio climático . Ver ahora

La erupción del Cumbre Vieja, la más larga de La Palma desde que hay registros, también ha cambiado la visión de los ciudadanos. "A partir de ahora lo que tenemos es que tener un protocolo para que sepamos qué es lo que hay que hacer cuando se produzca", sostiene Martín.

El presidente de Aspas sabe que no están libres de que vuelva a suceder, pero asegura que no "pueden abandonar la isla" por eso reclaman un mecanismo de actuación claro.

Los agricultores reclaman mejores seguros

Los desastres naturales dejan pérdidas millonarias en el sector, que ve como el trabajo de la temporada queda reducido a la nada. Una de las herramientas de las que disponen son los seguros agrarios, sin embargo, desde las asociaciones reclaman una mayor cobertura para no tener que hacer frente a los daños solos.

Se encuentran con limitaciones a la hora de asegurar todos los kilos que producen o con compañías que no contemplan los daños por viento o nieve. Por esta razón, desde UPA Murcia proponen un nuevo tipo de seguro que tenga un núcleo muy básico que contraten la gran mayoría de agricultores y al que luego se le incluya capas de cobertura. "Hay que permitir que el agricultor pueda asegurar lo que corre riesgo y los kilos que produzca y luego se le pone el precio".

Carmen, portavoz de prensa de ASAJA Toledo, todavía recuerda "el auténtico desastre" que fue Filomena. La nieve hundió multitud de naves y rompió mucha maquinaria agrícola. Además, según explica a RTVE.es, "los dueños de los olivares se encontraron sin cobertura porque la mayoría de los seguros no contemplan el daño por nieve". "Los agricultores estuvieron desamparados", insiste.

En este contexto, Melgarejo, reivindica la importancia de los seguros, pero considera que se deben "implementar, acrecentar y proteger desde las instituciones públicas". "Es imprescindible mantener el tejido productivo de estas actividades que son en gran medida pequeñas empresas o pequeños agricultores que se lo juegan todo", añade.

Este martes, el Consejo de Ministros aprobó el Plan de Seguros Agrarios Combinados para 2023, que tendrá una dotación de 317,7 millones de euros, lo que supone un 23% más que los 256,7 millones del plan de este año.