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La guerra en Ucrania eclipsa al resto de necesidades humanitarias, según MSF

  • Un informe del IECAH y MSF dibuja el panorama de la ayuda humanitaria
  • La asistencia humanitaria internacional ha aumentado apenas un 2,6% en tres años

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Una mujer yemení cuelga ropa en un campamento para personas desplazadas internamente en Saná, Yemen
Una mujer yemení cuelga ropa en un campamento para personas desplazadas internamente en Saná, Yemen

Los diferentes niveles de cobertura de las crisis humanitarias reflejan una atención muy desigual entre crisis "ruidosas", como sería el caso de la guerra en Ucrania o el terremoto de Haití, y otras que podrían calificarse como crisis "olvidadas", como la de Siria, Yemen, los Territorios Palestinos Ocupados o Afganistán. Es una de las principales conclusiones de la decimoséptima edición del informe anual sobre ayuda humanitaria española e internacional del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) y Médicos Sin Fronteras (MSF), que ha sido publicado este jueves.

En el documento, las dos entidades señalan que el efecto mediático contribuye a impulsar el destino de la ayuda humanitaria a una dirección u otra, en lugar de la cifra de personas afectadas por los conflictos o incluso los niveles de mortalidad.

"La acción humanitaria debe responder a principios y valores. Se está aplicando un doble rasero con Ucrania y el resto de las crisis", ha asegurado la coordinadora de MSF España, Raquel González Juárez, en la presentación del informe.

Los dobles raseros en la acción humanitaria

El informe destaca que la desigualdad en la distribución de la asistencia humanitaria está empeorando y que los dobles raseros aplicados a situaciones de crisis ponen en cuestión principios y valores en los que se ha basado la acción humanitaria desde sus orígenes. Por ello, el documento señala que "por solidaridad", debemos "considerar a todas aquellas personas que sufren en los conflictos armados".

"Priorizar los conceptos de imparcialidad y neutralidad en la acción humanitaria permite a los actores mirar objetivamente en todo el mundo para brindar una asistencia significativa que pueda llegar a las personas en mayor situación de necesidad", indica el informe. "La solidaridad, la imparcialidad y la neutralidad pueden estar en tensión entre sí", añade.

En este sentido, la coordinadora de MSF España subraya que "nuestro deber de cuidado hacia el pueblo de Ucrania no debe realizarse a expensas del apoyo y la protección adecuados para las personas que sufren otras crisis". "Es imperativo que aboguemos de modo claro por una acción humanitaria merecedora de ese nombre y que esté basada en las ideas básicas de humanidad e imparcialidad", recalca.

Por su parte, el codirector de IECAH, Jesús Núñez Villaverde, ha afirmado que la guerra en Ucrania es "una tragedia cuyo final no está cerca y que está provocando la ocultación de muchas otras cosas que suceden en el planeta".

Más allá de la guerra en Ucrania

El informe también destaca que, una vez superados los peores momentos de la pandemia de la COVID-19, las principales amenazas para la seguridad humana son la proliferación de armas de destrucción masiva y la emergencia climática.

Núñez Villaverde asegura que "el desarrollo de la guerra en Ucrania, ya en plena escalada rusa para evitar por todos los medios un resultado desfavorable a su aventura militarista, bien puede adentrarnos en un escenario absolutamente desconocido desde el fin de la II Guerra Mundial".

Según el documento, las crisis son cada vez "más prolongadas, complejas y graves" y en 2021 36 países vivían este tipo de crisis prolongadas. En estas naciones vivían el 74% de las personas que necesitan ayuda humanitaria en el mundo. Por ello, el informe asegura que es necesario "aplicar un enfoque conjunto que aborde las necesidades humanitarias inmediatas, así como que fomente la resiliencia a las perturbaciones socioeconómicas y climáticas y que preste atención a las necesidades subyacentes del desarrollo y consolidación de la paz en situaciones de crisis".

Mientras, la cifra de personas en situación de necesidad de asistencia humanitaria continuó aumentando a lo largo de 2021, llegando a los 306 millones de personas. Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en junio de este año se superaron los 100 millones de personas refugiadas y desplazadas en el mundo, una cifra que con la guerra en Ucrania ha aumentado enormemente.

"Los conflictos de alta intensidad, sumados a unos altos niveles de fragilidad socioeconómica y a la alta vulnerabilidad al cambio climático, se entrelazan para incrementar el riesgo y el grado de exposición a las crisis y a los desastres, que en ningún caso deben llamarse naturales, pues la amenaza que los produce ha sido incrementada por la acción humana", concluye Núñez Villaverde.

Déficit de financiación humanitaria

El IECAH y MSF señalan en el documento que, a pesar del continuo incremento de las necesidades humanitarias, la financiación humanitaria internacional entre 2018 y 2021 ha aumentado solo un 2,6%.

Asimismo, los llamamientos coordinados por Naciones Unidas se han mantenido históricamente altos -ha solicitado 38.400 millones de dólares en 48 llamamientos- y aunque los fondos dirigidos a cubrir dichos llamamientos han crecido por sexto año consecutivo, en 2021 se ha registrado el segundo mayor déficit de financiación de la historia y se ha cubierto únicamente el 56%.

En cuanto a las necesidades relacionadas con el género, el informe señala que han crecido rápidamente y recalca que la pandemia ha revertido los avances logrados en el empoderamiento de mujeres y niñas y en igualdad de género. En este sentido, la financiación total en estas cuestiones han crecido, sobrepasando los 1.000 millones de dólares en 2021, pero representa el 3,4% del total de la financiación humanitaria internacional.