Las Abuelas de la Plaza de Mayo identifican al "nieto 131" robado por la dictadura argentina
- La organización de Derechos Humanos argentina renueva así su esperanza de encontrar a los 300 nietos que siguen buscando
- Esta es la primera identificación después de que en junio de 2019 presentasen a Javier Matías Darroux como "nieto 130"
Las Abuelas de Plaza de Mayo, que luchan por hallar a niños apropiados ilegalmente durante la última dictadura militar argentina (1976-1983), han logrado este jueves restituir su verdadera identidad al "nieto 131" y han renovado así su esperanza de encontrar a los 300 nietos que siguen buscando.
La nueva identificación, la primera en casi tres años y medio sin noticias en la cruzada de las Abuelas por hallar a sus nietos, corresponde a un hombre de la provincia de Buenos Aires cuyo nombre se mantiene en reserva y a quien este mismo jueves un juzgado le notificó que es hijo de desaparecidos por el régimen militar.
Sus padres fueron Lucía Ángela Nadín y Aldo Hugo Quevedo, dos jóvenes que se conocieron en la Universidad de Filosofía y Letras de Cuyo, en la provincia de Mendoza (oeste) y que militaban en la guerrilla del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
"Seguimos trabajando día a día, con esperanza y con la convicción de que vamos a encontrar a nuestros nietos y nietas", ha dicho la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, en rueda de prensa.
Ardua búsqueda
La pareja de Lucía Nadín y Aldo Quevedo se trasladó a Buenos Aires en mayo de 1976.
Entre septiembre y octubre de 1977, Lucía, embarazada de dos o tres meses, y Aldo fueron secuestrados en Buenos Aires.
La pareja permaneció en los centros clandestinos de detención Club Atlético y El Banco y, por testimonios de sobrevivientes, pudo saberse que Lucía fue trasladada desde El Banco para dar a luz entre marzo y abril de 1978.
Hay sospechas de que el parto podría haberse dado en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), en Buenos Aires, sitio que albergó el mayor centro clandestino de detención durante el sangriento régimen militar.
Desde entonces, no se supo más de la pareja.
La búsqueda de los jóvenes fue emprendida por la familia, que ignoraba que Lucía estaba embarazada, un dato que conocieron con el tiempo, mediante el testimonio de personas que estuvieron con la pareja antes de su secuestro.
La denuncia formal para dar con el niño la hizo el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos de Mendoza ante la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), organismo que, a partir de una investigación documental, logró confirmar en 2004 que Lucía estaba embarazada cuando fue secuestrada.
En 2005, la familia Nadín dejó una muestra de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos y en 2010 la Conadi contactó a un hermano de Aldo y se sumó su perfil al banco de datos genéticos.
Por otra parte, en 2015, a partir de datos aportados a Abuelas, se identificó a un hombre que se sospechaba que podía ser hijo de desaparecidos.
En 2019, tras intentos infructuosos para contactar a este hombre, la Conadi acudió a la Unidad Fiscal Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado y esta presentó una denuncia ante la Justicia.
El presidente de Argentina celebra la noticia
El juez federal Ariel Lijo logró localizar al hombre en septiembre pasado y lo invitó a someterse a un estudio en el Banco Nacional de Datos Genéticos, que este miércoles comunicó que la persona era hijo de Lucía y Aldo.
Lijo dio la noticia este jueves al hombre, quien, según relató la directora de la Conadi, Claudia Carlotto, presente en ese momento, reaccionó con mucha "emoción" y pidió tiempo para conocer a su familia biológica.
"Lo vi muy bien dispuesto y muy emocionado cuando le dimos la foto de su padre. Parece una fotocopia del padre. Es impresionante. La emoción fue enorme. Ahí las palabras sobran y las preguntas, también", contó Claudia Carlotto.
Tras anunciarse la noticia, el presidente argentino, Alberto Fernández, ha celebrado que las Abuelas hayan podido encontrar a un nieto más.
"Es una alegría infinita cerrar el año de esta manera. Como dicen ellas, nos ilusionamos con que cada vez más hombres y mujeres puedan recuperar su identidad como los 131 que ya lo hicieron", ha expresado el mandatario en su cuenta de Twitter.
Tres años y medio después del anterior
La emblemática asociación, integrada desde 1977 por ancianas que buscan a sus nietos, hijos de desaparecidos que fueron apropiados por el régimen y entregados a familias ajenas, está presidida por Estela de Carlotto.
Estima que cerca de 500 bebés fueron robados por la dictadura a sus progenitores, en su mayoría opositores al régimen, y en muchos casos a madres que dieron a luz en centros clandestinos de detención y tortura y fueron desaparecidas para siempre, asesinadas o tiradas con vida, drogadas, al mar.
Según organismos de derechos humanos, el terrorismo de Estado hizo desaparecer a cerca de 30.000 personas.
A mediados de la década de 1980, las Abuelas impulsaron la creación de un banco para almacenar sus perfiles genéticos y garantizar la identificación de sus nietos.
En 1987, el Congreso creó por ley el Banco Nacional de Datos Genéticos, que desde entonces se encarga de resolver la filiación de las niñas y niños apropiados durante la última dictadura.
En todo este tiempo, el banco ha ido sumando técnicas avanzadas de identificación genética y forense y en 2009 se sancionó una nueva ley que jerarquizó a la institución.
La última vez que Abuelas de la Plaza de Mayo anunció la restitución de identidad de un bebé robado fue el 13 de junio de 2019, cuando la organización presentó públicamente a Javier Matías Darroux, de 41 años, como "nieto 130".