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Lotería de Navidad

El tercer premio cubre de millones a los empleados de una única empresa: "Este dinero no lo gano yo en un año"

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La empresa Tragsa está de celebración tras llevarse el tercer premio de la Lotería de Navidad 2022: "Estamos todos sin dar crédito"

Si hay un lugar que este jueves era la viva imagen de la alegría, ese es la sede de Tragsatec, en Madrid. Esta empresa pública adquirió la mayor parte del número 45.250, agraciado con el tercer premio de la Lotería de Navidad, y lo repartió entre sus trabajadores en participaciones de 10 euros. Ahora, miles de ellos se han encontrado con 25.000 euros, y el aparcamiento de la compañía, que casualmente estaba ya preparado para celebrar allí la comida de Navidad, se ha convertido en algo muy parecido a una sala de fiestas.

"Tapar agujeros" es con diferencia la expresión más escuchada, mientras la felicidad se desborda en forma de abrazos, risas e incluso una conga que se abre paso entre la multitud. En esta ocasión, la suerte también ha sonreído al personal externo, como es el caso de Pilar, Marisol, Mariana y Santiago, los empleados que se encargan de limpiar la sede. Ellos compraron un décimo entre los cuatro, por lo que les ha tocado 12.500 euros a cada uno.

"Primero tengo que creérmelo, porque estoy en una nube", expresa Marisol. A su lado, Pilar la rodea con su brazo y asegura que "yo sabía que me iba a tocar tarde o temprano, porque tengo mucha fe en la lotería". Preguntadas sobre lo que van a hacer con ese dinero, ambas reconocen que se van a permitir algún capricho, aunque la mayor parte lo van a guardar, "porque el dinero se va muy fácilmente". "Tampoco es tanto, pero es un año de trabajo que me lo voy a ahorrar de mis costillas, porque 12.500 euros no los gano yo en un año", confiesa Pilar.

Estas mujeres llevan 19 años encargándose de la limpieza de las instalaciones, y son conscientes de que, cuando termine la fiesta, su trabajo solo habrá hecho que comenzar. "Ahora, cuando acabe todo, tendremos que limpiar, e igual nos toca hacerlo a gatas. Pero con todo el trabajo que tenemos durante todo el año, esto ya no es nada, y con alegría se hace todo mejor", manifiesta Pilar con una sonrisa interminable.

Décimos comprados un martes y 13

El artífice de ese décimo compartido es José, un trabajador de Tragsatec que se encargó personalmente de acudir a la administración de lotería, situada en la cercana Calle de Alcalá, para comprar unos décimos y repartirlos entre sus compañeros. Por supuesto, cada uno pagó su parte, pero José no se olvidó del personal externo, de los compañeros que se ocupan de la limpieza, el mantenimiento o la seguridad. "En los últimos días, con todos los que me cruzaba les recordaba que tenían que comprar la participación. Incluso a gente que no conocía", cuenta.

"Insistí mucho en que la gente que era de empresa cogiera la lotería a través de los canales oficiales, la intranet, pero había personal externo que no tenía acceso a ella, y por eso, en cuanto salieron los billetes a la venta en ventanilla, me presenté allí para hacer cola. Recuerdo que fue el martes 13 de diciembre", declara con seguridad en sí mismo, como si hubiese desafiado a la mala suerte. "Lo hice más que nada por la ilusión de esta gente, porque nunca pensé que realmente nos fuese a tocar. Son compañeros con los que compartes mañanas, tardes, te recogen las papeleras, limpian tu mesa... Es gente que conoces desde hace muchos años", prosigue, mientras recalca que "yo no he hecho nada, solo me he desplazado a recoger unos décimos que me solicitaron".

Aunque buena parte de los empleados de la sede de Tragsatec en Madrid han recibido un buen pellizco económico, otros muchos no han visto un euro, porque decidieron no jugar, o también porque se olvidaron de comprar una de las participaciones. La empresa habitualmente adquiere dos números, diferentes cada año, y da a sus trabajadores la opción de comprar una participación de 10 euros de cada uno de ellos.

Susana es una de las empleadas que no adquirió ninguna. "En las empresas en las que he trabajado, nunca he comprado Lotería de Navidad, así que no me siento triste. Como no compro nunca, no puedo arrepentirme", dice, mientras insiste en que eso no quita que se alegre por sus compañeros.

"Igual hago sufrir al banco"

Junto a ella, Lucía sí que se hizo con una participación de 10 euros, y ahora empleará las ganancias en llevar a su hijo a Eurodisney. "En realidad, me da un poco lo mismo, porque yo me como con mi niño un bocadillo de mortadela en el parque y también hago una fiesta", expone, mientras asegura que no sabe en qué invertirá el resto del dinero: "No sé si voy a liquidar la hipoteca, porque como ya solo pago capital, igual hago sufrir al banco". Lo que tiene más claro es que lo celebrará con su familia y que invitará a Susana "a carabineros y al musical Los niños del coro", porque era algo que ya tenían pendiente.

En esta fiesta improvisada que se ha montado en los aparcamientos de Tragsatec, Quique va de un lado a otro disfrazado de extraterrestre. "Hoy se celebraba la comida de empresa, ya estaba organizado, y esta mañana antes de salir de casa, he decidido traer el traje para ponérmelo y hacer reír un poco la gente. Pero cuando he llegado y he visto que nos había tocado la lotería, me he dicho que ya sí que me iba a poner el disfraz pasara lo que pasara", cuenta.

Quique es ingeniero y lleva dos años en la empresa. Admite que el dinero ganado lo va a ahorrar, aunque "seguramente algún capricho me dé, con cautela". "Un viajecito, seguro, pero pensando en ahorrar por lo menos veinte de los 25.000 euros", calcula.

Otros empleados, como Bianca María, se han subido al carro de la suerte a última hora. Ella lleva contratada desde marzo por Tragsatec, y su madre le dijo que "ahora que tenía un sueldo de verdad, que ya no era becaria, podía permitirse comprar un décimo, porque nunca había comprado lotería". "Quería hacerlo, pero se me pasó, y lo he compartido esta misma mañana con una compañera, que tenía un décimo entero y me ha ofrecido la mitad", relata.

Como casi todos allí, Bianca María aún no sabe lo que va a hacer con el dinero. "De momento, ahorrarlo y darles un buen regalo a mis padres, que se lo merecen. Luego ya veremos", asegura, sin poder borrar la sonrisa de su rostro.