Solos en Navidad, la "gran tristeza" de muchos mayores: "Ya no tengo ilusión ni por las uvas ni por nada"
- La soledad no deseada es un problema frecuente entre las personas de más de 65 años
- Entre las principales razones se encuentran la viudedad, la falta de descendencia o vivir lejos de la familia
- Si necesitas alguien con quien hablar puedes contactar con la ONG Amigos de los Mayores o con la Fundación Nadiesolo
Soledad Samper se presenta a sí misma como “una niña de la guerra civil”. Nació el 11 de abril de 1936, apenas tres meses antes de que estallase el conflicto español, pero creció en él. Aunque su vida no ha sido fácil, y muchas de sus Navidades tampoco, la de este 2022 será especialmente dura: la pasará en soledad. Es viuda desde hace unos meses y será el primer año que romperá con la tradición de seguir las 12 campanadas con su liga roja. No tiene fuerzas para esa "gran tristeza". "Ya no tengo ilusión ni por las uvas ni por nada", lamenta.
Según la psicóloga y presidenta de la junta directiva de la Asociación Española de Psicogerontología, Ana María González, es común que la soledad no deseada de muchos mayores se recrudezca en Navidad, una época familiar y para “compartir momentos de felicidad” que les recuerda dolorosamente su situación de desacompañamiento. “Algunos se preguntan qué han hecho para acabar solos y si es su culpa”, mientras que otros rehúsan reunirse con sus familiares para no sentirse “una carga” por sus achaques.
Pero hay esperanza para los mayores, demuestra por su parte Amparo Negueroles. Tiene 96 años y, por primera vez desde hace algunos, pasará la Navidad en compañía, pues cenará y se tomará las uvas con la joven que la cuida por las noches, que tampoco tiene familia cercana en España. Cuenta, además, con el apoyo de otra "niña" que la visita todas las semanas, una voluntaria de la ONG Nadiesolo que ameniza sus días y sacia sus ganas de hablar y escuchar. "Hay que continuar "positivos", aconseja.
Desamparo, abandono y nostalgia: el 64% sufre soledad no deseada
La soledad es un problema frecuente entre los mayores. Lo observan tanto Gónzalez en su consulta de psicogerontología como los últimos datos. De acuerdo al Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada, el 11,6% de los españoles sufre esta situación, y el 64% de ellos serían ancianos, apunta al respecto un estudio del Observatorio Social de 'la Caixa'. Una alta cifra que podría estar relacionada con el hecho de que 2.758.500 personas de más de 65 años viven solas (INE, 2020).
En cualquier caso, la profesional de la salud mental explica que la "magia social" de la Navidad hace que la soledad no deseada se incremente durante estas fechas señaladas. "La Navidad nos transmite la imagen de las reuniones familiares y de los regalos", lo que aumenta "aún más" las sensaciones de desamparo, abandono y tristeza que tienden a experimentar muchos mayores e incluso puede hacer que algunos se sientan "culpables" de su propia soledad.
“Hay quien no termina de levantar cabeza“
"Unos lo llevan mejor, otros peor y hay quien no termina de levantar cabeza", describe por su parte Soledad Samper, de 86 años, que cree que su "caso" no tiene "arreglo". Los años de cotillón con amigos quedaron atrás con el paso de las décadas y, al haber perdido a su marido recientemente y no tener hijos, prefiere no pensar siquiera en cómo serán sus Navidades desde ahora. "Me dan mucha tristeza, muchísima", expresa emocionada.
Tampoco es capaz de ver una salida a su soledad Lara Millán, viuda de 89 años. Recuerda con nostalgia aquellos momentos ya lejanos en los que su casa "era un hormiguero de nietos" todos los 6 de enero. Ahora sus hijos la llaman a menudo, reconoce a RTVE.es, pero viven lejos y hace varias Nochebuenas y Nocheviejas que se ha visto obligada a pasarlas con la mesa vacía. Ya lo único que espera y que le hace ilusión es que "pasen los días" señalados sin darse cuenta.
Las principales razones de la soledad de los mayores en Navidad
Hay muchas variables que pueden influir en que los mayores pasen la Navidad en soledad sin desearlo. No obstante, algunos de los principales motivos que suelen estar detrás de esta problemática son las relaciones familiares tensas e inestables, no tener descendencia, ser viudo o vivir lejos de la familia, sugiere la presidenta de la Asociación Española de Psicogerontología, Ana María González.
Samper, por su parte, cuenta que las barreras físicas del edificio sin ascensor en el que vive su sobrina "dos calles más abajo" le impiden cada año disfrutar las fiestas en compañía. "Veré la tele, me iré a la cama y solo pido que al día siguiente haga sol para que no sea tan triste", lamenta. También siente el peso de la falta de movilidad Millán, quien asegura que no puede subir "ni un escalón" de la casa de su hija en Girona, la más cercana a su vivienda.
Asimismo, hay quien, pese a tener familia próxima y a no disfrutar de la soledad, prefiere quedarse en su hogar durante la Navidad para "no molestar" y "no ser una carga". La propia Samper, por ejemplo, explica que su poco y delicado apetito no casa con las copiosas cenas que se acostumbran a cocinar en estas reuniones, lo que le hace sentir que mantenerse al margen es la mejor decisión para "dejar celebrar" a los demás.
"Quiero mucho a mi familia, pero todos son jóvenes y no quiero estropearle la fiesta a nadie", cuenta también en esta línea Amparo Negueroles, de 96 años, viuda y sin hijos, aunque con "muchos sobrinos". Tiene dificultad para desplazarse por una lesión en una de sus piernas y teme que su dolencia "les dé más trabajo" a sus seres queridos. Un pensamiento habitual de muchos mayores, asegura la psicóloga.
Cómo ayudar a quienes sufren soledad no deseada
A Negueroles, sin embargo, le encanta la Navidad, y por eso está especialmente feliz este año, que no la pasará sola, sino con la compañía de la joven que la cuida por las noches. "La niña", como ella la llama cariñosamente, es natural de Latinoamérica y no tiene familia en España, por lo que ambas se harán compañía mutua en una época tan hogareña. Seguirá echando de menos a sus sobrinos y a quienes ya no están, pero al menos a este 2023 entrará con alguien que le hace reír "durante horas".
Pero la mujer, de 86 años, viuda y sin hijos, no tiene visitas solo durante las Navidades, también cuenta con la presencia semanal de Alba, una voluntaria de la ONG Nadiesolo. Esta misma plataforma ha logrado igualmente que Samper reciba la visita de Cristina todas las semanas. "La tele ya cansa" y con ella las horas de la tarde se le hacen más amenas mientras juegan a las cartas. "Me ayuda mucho a sentirme más acompañada", asegura.
En España existen además otras organizaciones como la Fundación Amigos de los Mayores, que pone en contacto a ancianos que sufren soledad no deseada con distintos voluntarios, y no solo en Navidad, sino a lo largo de todo el año. Es el caso de Lara Millán que, aunque pasará los días señalados sin poder abrazar a nadie, recibe los jueves las visitas de Juan, un hombre de 70 años "con muy buen corazón" que dedica su tiempo a construir una amistad con ella.
Como recuerda Ana María González, estas plataformas ayudan a los mayores a involucrarse en una comunidad y a participar en actividades sociales para luchar contra la "sociedad individualista" actual, que agrava el desacompañamiento de los ancianos. Algunas organizan incluso cenas navideñas u otro tipo de fiestas y reuniones, y otras envían felicitaciones a las personas que viven en residencias, que también pueden llegar a sentirse realmente solas. Por lo que poner a los mayores en contacto con las ONG es un buen comienzo para paliar la soledad.
“Hay que agradecer que seguimos vivos“
Para Negueroles, no obstante, lo más importante es la actitud positiva. Gracias a ella sigue animándose a "cruzar la calle", saliendo a comer con su voluntaria al centro de mayores y conociendo a personas que, como ella, buscan conversación y amistades. "Hay que agradecer que seguimos vivos, eso es lo único importante", insiste a RTVE.es