Pelé, el 10 de Brasil: el origen de un dorsal y un apodo de leyenda
- El número que lució el astro del fútbol en la camiseta de la selección se le asignó por casualidad
- Sigue las reacciones a la muerte de Pelé en directo en RTVE.es
La muerte de Pelé, el 10 del Santos y de la histórica selección brasileña del siglo pasado, obliga a reparar en el origen de los dos símbolos que identifican al legandario futbolista: su apodo y su dorsal.
[Especial Muere Pelé]
El diez. Un dorsal icónico que, cosas del destino, le llegó por casualidad. Fue en el Mundial de 1958 cuando la Confederación Brasileña envió la lista de jugadores, pero olvidó asignar los números, por lo que la FIFA los asignó por orden, otorgándole el número 10 al décimo jugador de la lista, Pelé.
Su impacto fue tal que, desde ese momento, ese dorsal se convirtió en un símbolo. Ya era el dorsal de un fenómeno, un número que han llevado algunos de los más grandes de la historia, como Maradona o Messi después que él.
Pelé. El apodo de Edson Arantes do Nascimento, fallecido este jueves a los 82 años, tiene su origen, según la versión más extendida, en un problema de dicción y en la figura de un ídolo de su infancia: el portero José Lino da Conceição Faustino, Bilé.
Bilé era el portero del Vasco de São Lourenço, un modesto equipo del estado de Minas Gerais, en el que también militaba el padre de O Rei, João Ramos do Nascimento, Dondinho, informa Efe.
De pequeño, a Edson, que por aquel entonces era llamado Dico por su familia, jugaba también de portero y, cada vez que hacía una parada, se gritaba a sí mismo "¡Segura, Bilé!" ("¡Agarra, Bilé!"), inspirado en el compañero de su padre.
Sin embargo, por su corta edad, pues tenía apenas cuatro años, aún no conseguía pronunciar correctamente el nombre de Bilé, y los amigos con los que jugaba por las calles de Bauru, en el interior de Sao Paulo, creían que decía algo parecido a "Pelé", siempre según la versión que recoge la agencia.
El apodo cuajó entre sus colegas de pelota, que pasaron a llamarlo "Pelé", algo que en un principio irritó al joven Edson, aunque no le quedó más remedio que aceptarlo. Y con el tiempo el mote se convirtió en una marca global.