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Muere Benedicto XVI

Benedicto XVI: un pontificado marcado por los escándalos de pederastia, 'Vatileaks' y una renuncia histórica

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Imagen de archivo de Benedicto XVI en el Vaticano
Imagen de archivo de Benedicto XVI en el Vaticano

El papa emérito Benedicto XVI ha muerto este sábado a los 95 años de edad en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Allí residía desde 2013, momento en el que el papa sorprendió al mundo al anunciar su renuncia al pontificado. Ocho años después de su llegada a la Santa Sede, Benedicto XVI tomó una insólita decisión alegando "la falta de fuerzas".

Su pontificado estuvo marcado por luces y sombras desde su llegada en abril de 2005. Con 85 años, fue el primer pontífice en siete siglos que decidió poner fin a su labor al frente de la Iglesia Católica de manera voluntaria y realizó renovadoras encíclicas, pero los escándalos de pederastia en la Iglesia fueron un constante en el día a día de la curia. Además, la corrupción en el Banco Vaticano y el caso Vatileaks, o sus polémicas palabras sobre la homosexualidad, el aborto, o los musulmanes, también marcaron su pontificio desde el inicio.

En septiembre de 2006, poco más de año y medio después de ser nombrado como el sucesor de Juan Pablo II, Joseph Ratzinger visitó su tierra natal en Ratisbona, Baviera. Allí realizó una intervención que provocó las protestas de la comunidad musulmana. Durante su discurso, el papa alemán citó a un emperador bizantino del siglo XIV que aseguraba que el islam solo había traído el mal al mundo, lo que generó el rechazo por parte de gran parte del mundo musulmán.

Días después, Benedicto aseguró estar "profundamente apenado" por la reacción musulmana a su discurso, que, según él, fue malinterpretado. Pero entonces, desplegó sus mejores armas de diplomacia y condujo aquella crisis a buen puerto. Su viaje a Turquía, sólo tres meses después del polémico discurso, cicatrizó la herida.

Tres encíclicas en sus más de siete años de papado

En sus más de siete años de pontificado publicó tres encíclicas. La primera de ellas fue Dios es Caridad, en 2006. Tan solo ocho meses después de llegar a lo más alto de la Santa Sede, Ratzinger señaló que la misión de la iglesia era el amor y no la política.

Posteriormente, en noviembre de 2007 publicó la segunda: Salvados por la esperanza. En esa segunda encíclica Benedicto XVI previene de la tentación del individualismo y califica el Juicio Final como el término del Sufrimiento.

La tercera encíclica, Caridad en la verdad, en 2009, supuso una vuelta a los temas sociales en mitad de la crisis económica que empobreció a todo el mundo en aquel momento, aunque a nivel pontificio fue un año muy conflictivo.

Durante esos primeros meses de 2009 viajó por primera vez a África y en Camerún realizó unas polémicas declaraciones contra el uso del preservativo para luchar contra el SIDA.

2009, un año muy convulso

Pero no fueron sus únicas declaraciones controvertidas en ese viaje. En ese mismo periplo por el continente africano, tan solo un día después de las palabras sobre el SIDA, el papa mostró en Angola su rechazo al aborto aunque el embarazo pusiese en riesgo a la vida de la madre. Era la primera vez desde su elección que la Iglesia Católica se oponía específicamente al aborto.

Unos meses antes, el pontífice había causado revuelo al levantar la excomunión de cuatro obispos ultratradicionalistas, incluido la de un negacionista del Holocausto. Y es que la sombra del nazismo siempre persiguió a Ratzinger durante todo su papado, ya que durante su adolescencia fue obligado a unirse a las juventudes hitlerianas. Además, apenas un año antes de este suceso, el papa había eliminado una referencia a los judíos en la oración del Viernes Santo.

A finales de ese polémico e intranquilo 2009, hubo una oleada de casos de pederastia con cientos de víctimas en Irlanda, y luego en otros países de Europa, Norteamérica y Latinoamérica, cuyas sociedades comprobaron con estupor la protección que la jerarquía eclesiástica había dado a los sospechosos, que contaban con impunidad dentro de la Iglesia. Aunque ya llevaba años saliendo con cuenta gotas decenas de casos en el seno de la iglesia católica, a partir de este momento ver alguna noticia sobre los abusos en la iglesia se convirtió en tónica habitual.

Desde un primer momento se acusó a Benedicto XVI de no haber dado la importancia que tenía el problema durante los 24 años en los que fue prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe antes de ser papa.

Pero, al contrario que otras personalidades del Vaticano que hablaban de un complot mediático, él reconoció los “pecados” de la Iglesia y puso en marcha una operación de “limpieza” que condujo a la dimisión de decenas de obispos.

Vatileaks, el otro gran escándalo junto a los abusos

Con los abusos a la orden del día y controvertidas declaraciones a sus espaldas sobre el SIDA y el aborto, en noviembre de 2010 durante una visita de dos días a España, el alemán volvió al centro de la polémica al atacar nuevamente el aborto y el matrimonio homosexual, que acababan de ser legalizados en España recientemente, en una crítica acentuada de lo que él llamó "agresivo laicismo".

Pero fue en 2012 cuando su papado se vio sacudido por el gran escándalo junto al encubrimiento de abusos sexuales. A lo largo de aquel año el caso Vatileaks provocó la filtración de numerosos documentos que demostraban las luchas internas entre los ayudantes de Benedicto y la disfuncionalidad general de la administración eclesial.

El escándalo expuso ante todo el mundo la corrupción financiera que existía en la Banca Vaticana y descubrió la existencia de un llamado "lobby gay" que utilizaba el chantaje a curas homosexuales para proteger a miembros de la curia.

En octubre de ese mismo año, un tribunal del Vaticano declaró culpable de la filtración al exmayordomo de Benedicto XVI por robar documentos sensibles y lo sentenció a un año y medio en prisión. Paolo Gabriele dijo que había actuado por amor "visceral" por la Iglesia Católica Romana y el papa. Benedicto luego perdonó a Gabriele y el Vaticano lo recuperó más tarde para un trabajo en un hospital. Gabriele murió en 2020.

Renuncia histórica y retirada de la vida pública, aunque no del todo

Ratzinger renunció a su pontificado pocos meses después, al comienzo del año 2013, pero aunque se retiró para siempre del ojo mediático, Benedicto XVI volvió en varias ocasiones al centro de la polémica a pesar de ya estar retirado de la vida pública.

En enero de 2022, un informe sobre presuntos abusos sexuales en la archidiócesis de Múnich, en Alemania, señaló al entonces arzobispo alemán por no haber actuado al menos en cuatro casos y el papa emérito volvió al ojo del huracán.

El documento, encargado por la archidiócesis a un equipo de abogados, señalaba directamente a Joseph Ratzinger como encubridor y que estaba al corriente de los actos, aunque él rebatió en varias ocasiones de manera "contundente" estas acusaciones.

Según relataba el texto, Ratzinger faltó a la verdad al afirmar que no estaba presente en la reunión de enero de 1980, ya que según las actas sí que intervino en ella.

Pocos días después de conocerse el informe, el alemán reconoció que sí estuvo presente en aquella reunión. Unas semanas más tarde, volvió a pedir perdón de nuevo a las víctimas de los abusos sexuales y expresó su dolor por los "errores" ocurridos durante sus mandatos en los diferentes cargos que ha tenido en lo que fue el último capítulo de su sombría vida dentro de la iglesia católica.