China cumple tres años de la detección del nuevo coronavirus en plena ola de contagios
- El país asiático reabre sus fronteras este domingo, poniendo fin así a todas las medidas de su política 'COVID cero'
- La pandemia ha dejado más de 659 millones de contagios en el mundo y más de 6,6 millones de muertos
China cumple este sábado tres años de la detección del nuevo coronavirus que desencadenó la pandemia, el SARS-Cov-2, con una nueva explosión de casos, unos servicios sanitarios saturados y la imposición de nuevas restricciones internacionales a los viajeros procedentes del país para evitar nuevos brotes y variantes.
La oleada de contagios, sin embargo, no ha frenado a China en su reapertura de fronteras, prevista para este domingo, y en la finalización de su política 'COVID cero' tras las protestas ciudadanas por los estrictos confinamientos. La decisión ha generado, en cambio, un restablecimiento de las restricciones por parte de varios países, entre ellos, Estados Unidos, España o Italia, así como la recomendación de Alemania de no visitar el país ante la proximidad del Año nuevo lunar en el que se prevén millones de desplazamientos.
Los primeros casos de COVID-19 en China fueron identificados el 31 de diciembre de 2019 en varios trabajadores de un mercado de Wuhan que se cerró rápidamente al considerarse el epicentro de la infección. Sin embargo, no fue hasta una semana después que cuando China confirmó que la causa era un nuevo virus de la familia coronavirus que se extendía sin control, generando una fuerte neumonía, entre otra centena de síntomas. Tres años después, la pandemia ya suma más de 659 millones de casos en el mundo y 6,6 millones de muertos.
China vuelve a niveles de pandemia de 2019
La situación de 2023 en China recuerda a las imágenes que se sucedían en el país hace tres años. En aquellos momentos, con tan solo 50 casos notificados oficialmente en el país, algunos en estado grave, se construían hospitales de campaña para poder atender a todos los enfermos. Ahora, aunque el Gobierno mantiene opacidad en la información, las redes sociales se han vuelto a inundar de vídeos con las urgencias saturadas.
Tras aquellos momentos, Tailandia fue el primer país extranjero que notificó un caso. A partir de ahí se detectaron por todo el mundo, siendo Francia el primero en Europa en reconocer dos casos el 24 de enero. Poco después, Alemania, Reino Unido e Italia confirmaban sus primeros brotes.
La OMS esperó hasta el 30 de enero para declarar la Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional y se consideró pandemia desde el 11 de marzo. Ahí ya había más de 100.000 casos en 114 países y más de 4.000 personas habían perdido la vida por esta enfermedad. Se sucedieron las restricciones en todos los países del mundo como los confinamientos, siendo Italia y España algunos de los más afectados.
La llegada de las vacunas alivió la situación en algunos territorios, mientras que en otros como los países africanos, llegaban con lentitud. China fabricó sus propias vacunas -- Sinovac, Sinopharm y CanSino- , siendo aceptadas por la OMS, aunque con una eficacia más baja que las generadas por Pfizer o BioNtech. Esto unido a un bajo porcentaje de vacunación en el país - menos del 30% de ancianos tienen la dosis de refuerzo en Pekín - es considerado por los expertos como una de las causas de la nueva explosión de casos.
Preocupación ante la posible aparición de nuevas variantes
Tras las desescaladas, llegaron nuevas variantes como delta y ómicron que pusieron contra las cuerdas las estrategias contra el virus. Mientras, los países occidentales apostaron por el refuerzo de la vacunación y el restablecimiento de algunas medidas, China seguía con su política 'COVID cero' que imponía duros confinamientos y evitaba el contacto entre sus ciudadanos.
De esta forma, se impedía también el desarrollo de la inmunidad natural al virus, siendo este otro de los actuales problemas del país que ha favorecido el actual aumento de contagios. La explosión de casos, de la que hay disparidad de datos, ha hecho saltar las alarmas a nivel mundial ante el temor de nuevas variantes que disficulten nuevamente la gestión de la pandemia.
Ante ello, la UE ha apostado ahora por pedir PCR a los viajeros procedentes del país, algo que ya se hace en Italia y España, y a aumentar la secuenciación del virus. Los expertos confían en que efectividad de las vacunas o, en caso de ser necesario, la rapidez a la hora de adaptarla a nuevas variantes. No obstante, llaman a no bajar la guardia, especialmente, con los más vulnerables. Además, de la vacunación, recomiendan y el uso de la mascarilla en el transporte público y en interiores mal ventilados para intentar no repetir tres años después los errores del 2020.