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Los cuatro nuevos magistrados del Constitucional toman posesión de sus cargos tras meses de bloqueo

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Los cuatro nuevos magistrados del Constitucional toman posesión de sus cargos tras meses de bloqueo

Juan Carlos Campo, Laura Díez, María Luisa Segoviano y César Tolosa han tomado posesión de sus cargos este lunes como nuevos magistrados del Tribunal Constitucional (TC) en un acto solemne en el que se ha consumado la renovación parcial del TC, pendiente desde el pasado 12 de junio y que inclina la balanza hacia una mayoría de magistrados progresistas, aunque aún queda por decidir quién lo presidirá.

El hasta ahora presidente del Constitucional, Pedro González-Trevijano, uno de los cuatro magistrados del tribunal que cesa en su mandato, ha impuesto a los recién llegados la medalla de magistrado del TC, simbolizando así su desembarco en la corte de garantías.

El 12 de junio había expirado el mandato del tercio de los magistrados que la Constitución encarga nombrar a Gobierno y Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a partes iguales: Trevijano y Antonio Narváez, designados en su día por el Ejecutivo de Mariano Rajoy; y Juan Antonio Xiol y Santiago Martínez-Vares, que fueron los nominados por el órgano de gobierno de los jueces.

En su lugar entran Campo, ex ministro de Justicia del Gobierno de Pedro Sánchez, y Díez, ex alto cargo de Moncloa, propuestos por el Gobierno el 29 de noviembre; así como Segoviano, ex presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo (TS), y Tolosa, hasta ahora presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TS, a los que postuló el CGPJ en su Pleno extraordinario del 27 de diciembre.

Los cuatro candidatos ya juraron o prometieron el cargo ante el rey el 31 de diciembre, después de que el Pleno del TC les diera su 'placet' tras comprobar que cumplían los requisitos legales para el puesto: ser ciudadanos españoles; magistrados, fiscales, abogados, profesores universitarios o funcionarios públicos; y "juristas de reconocida competencia con más de 15 años de ejercicio profesional o en activo en la respectiva función".

Trevijano: "El TC no revisa cuestiones políticas sino jurídicas"

En su discurso, Trevijano (uno de los magistrados que cesan por tener el mandato caducado), ha recordado que los poderes políticos están sometidos a la Constitución y no son “inmunes” a ella. Así, ha asegurado que. “Sin supremacía constitucional ni imperio de la ley” y sin “sujeción real y cumplimiento responsable” por parte de los poderes públicos al orden jurídico y constitucional “no habría democracia”, “libertad” ni “constitución a la postre”. Por todo, ha pedido no convertir los consensos parlamentarios ni mayorías cualificadas en “regímenes de cuotas”. En este sentido, ha criticado sin citarla expresamente el intento de reforma del Ejecutivo para rebajar las mayorías en el Poder Judicial para designar sus candidatos al TC.

Trevijano se ha referido veladamente a la decisión inédita del Constitucional de paralizar en el Senado la tramitación de dicha reforma. Una decisión que tomó dividido entre conservadores y progresistas tras admitir el recurso del PP y rechazar las recusaciones que pedían PSOE y Podemos del propio Trevijano y otro magistrado, Antonio Narváez. La medida del Constitucional desembocó en acusaciones cruzadas de golpismo entre el Gobierno y la oposición.

El Tribunal Constitucional cumple con su exigente cometido, que no es el de revisar cuestiones políticas sino jurídicas”, ha determinado Trevijano, que ha recordado que el Constitucional no constituye “una tercera cámara” parlamentaria. Y ha cargado contra las “injustificadas recusaciones en cascada” que reclaman partidos políticos en un “burdo fin” de obstaculizar el funcionamiento del Constitucional, de afectar a su “credibilidad” y “alterar su función”.

Trevijano ha recalcado que el procedimiento de designación de un magistrado "no implica un mecanismo de representación", porque "el magistrado no representa a nadie. Ni al órgano por el que fue elegido ni a la fuerza parlamentaria que impulsó su proposición. Está a solas con su conciencia y solo de ella depende". Con ello, ha rechazado "la falsa dicotomía entre conservadores y progresistas" que se relaciona con la composición del tribunal así como "las reclamaciones de imposibles unanimidades" de la misma manera que ha afirmado que "no hay tampoco sentencias parciales de la mayoría". "Hay, sin más, sentencias", ha añadido.

Y en cuanto a su etapa en el tribunal, ha explicado que el TC ha emitido múltiples sentencias de las que por "azar" ha sido ponente, "que afectan a la estructura del Estado, a los derechos de las minorías, a la legislación básica estatal, al acatamiento de la Constitucional, a la suspensión de la autonomía de una comunidad o a la constitucionalidad de ciertos aspectos de la excepcionalidad". "No han sido tiempos fáciles. Nunca lo son. Ahora tal vez lo son aun un poco menos" ha reconocido el presidente saliente.

Trevijano abandona el tribunal tras nueve años en el mismo, el último de ellos como presidente. Tras su discurso ha ocupado su lugar de forma interina el magistrado más antiguo del tribunal Ricardo Enríquez y acto seguido han tomado posesión los cuatro magistrados entrantes.

Cambio en el equilibrio de fuerzas

La toma de posesión de este 9 de enero es el último acto solemne que ha consumado la decimocuarta renovación parcial del Tribunal Constitucional. Con ello, se ha producido un cambio en el equilibrio de fuerzas en el TC, ya que pasa de una mayoría conservadora -de 6 magistrados frente a 5- a una progresista más holgada -de 7 a 4-. Aún está vacante la plaza de Alfredo Montoya, que renunció el pasado verano por motivos de salud.

Este magistrado fue nombrado por el Senado, por lo que debe ser la Cámara Alta quien designe a su sustituto mediante un proceso de selección que ya ha puesto en marcha.

Además, se da la circunstancia de que dos de los magistrados salientes, González-Trevijano y Juan Antonio Xiol, ostentan la Presidencia y la Vicepresidencia del TC, respectivamente, por lo que habrá que elegir a los nuevos titulares de estos cargos.

El CGPJ elige a César Tolosa y María Luisa Segoviano magistrados del TC por unanimidad y cierra la crisis

Pumpido y Balaguer, en las quinielas para presidir el TC

Antes de arrancar esta nueva etapa, el tribunal deberá elegir al nuevo presidente, un puesto que se disputarán el magistrado Cándido Conde Pumpido y la magistrada María Luisa Balaguer.

Se da por hecho que los cuatro conservadores no votarán por Conde Pumpido, que se ganó cierta enemistad con anteriores magistrados conservadores por unas declaraciones en relación a la sentencia del primer estado de alarma y por su cercanía con el PSOE tras ocho años como fiscal general durante la etapa de Rodríguez Zapatero, algo que este sector tiene muy presente. Sus votos irían así a Balaguer, una magistrada con una ideología reconocida progresistas y vinculada con el feminismo, pero alejada del foco de los partidos políticos.

Y en cuanto a los cinco progresistas, exceptuando a los dos contendientes, la tendencia apunta a apoyar a Conde Pumpido con la duda de si Segoviano hará lo mismo y apoyará al que, como ella, llegó al tribunal de garantías desde el Supremo.

La presidencia es un puesto clave porque controla los tiempos de los asuntos a manejar que, en esta nueva etapa, abordará la agenda social de Sánchez: desde la eutanasia a la ley Celáa, la ley de la Infancia o el Ingreso Mínimo Vital, con el polémico recurso del aborto parado en el tribunal de garantías 12 años y aún sin fecha para resolverlo.

La votación para su designación será secreta y requerirá mayoría absoluta pero, si no hubiera 'fumata blanca', se procederá a una segunda votación que se resolverá por mayoría simple. En caso de empate se hará una última votación y, de persistir las tablas, se propondrá para el cargo al magistrado de mayor antigüedad: Enríquez.

Una vez seleccionados, los candidatos a presidente y vicepresidente del TC se elevarán al jefe de Estado, a quien corresponde realizar dichos nombramientos para un periodo de tres años, renovable solamente por otros tres.

Por otra parte, la toma de posesión de los cuatro magistrados frena también la urgencia en la propuesta de renovación impulsada por el Gobierno y en la que están trabajando los grupos parlamentarios. Así lo señaló el domingo en rueda de prensa el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, quien sin embargo cree que son los grupos quienes deben decidirlo. "Está claro que después de la renovación que se va a materializar mañana ya no existe urgencia, pero en todo caso es una decisión que corresponde a los grupos parlamentarios y tendrán que adoptarla en ese foro", aseguró Bolaños.

Este lunes, Bolaños también ha pedido a Feijóo "un ejercicio de autoridad" y que "firme lo que pactó" respecto a la renovación del CGPJ, ya que, ha asegurado, se acordó tanto los nombres para renovar este órgano como un proyecto de ley "que refuerza la independencia judicial" del órgano de gobierno de los jueces. “Tenemos pactada hasta la última coma”, ha proseguido, y ha subrayado que renovar "está en manos exclusivas de Feijóo”, que “no tuvo autoridad suficiente para firmarlo”.