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Barcelona prohíbe las macrococinas y los 'súpers fantasma'

  • La ciudad condal solo permitirá que se instalen macrococinas en la Zona Franca

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Imagen de una persona cocinando.
Imagen de una persona cocinando.

Barcelona solo permitirá que se instalen macrococinas en la Zona Franca -no en el resto de la ciudad- y obligará a los 21 almacenes alimentarios que ofrecen reparto a domicilio, los llamados 'súpers fantasmas', a dejar de hacerlo o reconvertirse en supermercado abierto al público a partir de final de mes.

Además, en el plazo de 24 meses, los restaurantes y bares que hagan reparto a domicilio deberán comunicarlos al ayuntamiento y demostrar que tienen abierto al público el 40% de su espacio y permitir a los repartidores el acceso al local y sus servicios, y ofrecerles un lugar donde descansar.

Si superan los 200 metros deberán poner a su disposición espacio para sus vehículos.

Las tenientes de alcalde Janet Sanz y Laia Bonet han presentado este viernes el plan de usos para restringir y poner orden a las actividades basadas en el reparto a domicilio de alimentos que llevará a aprobación definitiva en el próximo plenario -este mismo mes- y que tiene el objetivo de evitar molestias y preservar la vida cotidiana de los barrios.

21 'súpers fantasmas' que operan en la alegalidad

Sanz ha explicado que en Barcelona no hay macrococinas, pero sí dos proyectos que tienen permiso de obras y que ha asegurado "nunca tendrán licencia de actividad" porque no están en la Zona Franca, la única zona de la ciudad donde se permitirá que en un futuro se instalen, aunque la distancia entre ellas deberá ser de como mínimo 400 metros.

También que se han detectado en la ciudad 21 'súpers fantasmas' que operan en la alegalidad ya que no existe una licencia para esta tipología de establecimientos y que deberán pedir inmediatamente licencia para abrir al público como supermercados ordinarios si quieren seguir distribuyendo a domicilio.

La teniente de alcalde Bonet ha destacado que es "una norma pionera" que por un lado impide las cocinas fantasma de la zonas residenciales y elimina los 'súpers fantasma' y, por el otro, mejora las condiciones de trabajo de los repartidores a domicilio y cuida el uso del espacio público.